La propietaria del Relais & Châteaux La Torre del Visco, en Teruel, ha recibido el trofeo a la Mujer del Año 2019 que otorga cada año la prestigiosa asociación de hoteles en el mundo.
Ubicado en la comarca aragonesa de Matarranya y rodeado de 100 hectáreas de olivos, almendros y un huerto ecológico que autoabastece a su restaurante, La Torre del Visco, reconocido como uno de los hoteles más remotos y tranquilos de España. Desde el año 2000, pertenece a la exclusiva asociación hotelera Relais & Châteaux, una marca de calidad que engloba establecimientos muy diferentes entre sí, pero unidos por unos valores en común como son, ubicaciones muy especiales, un rico legado histórico y cultural, el compromiso con el medio ambiente y la atención e implicación personal de los hosteleros que los regentan. En La Torre del Visco esa anfitriona que recibe, agasaja y mima a los clientes es Jemma Markham, quien, por su labor diaria, su empuje y su esmero, acaba de recibir el Premio a la Mujer del Año de Relais & Châteaux. Un trofeo que se entrega en el marco del congreso mundial anual de la asociación, que este año ha reunido a todos sus miembros en Quebec, Canadá.
Nacida en el suroeste de Inglaterra, en la región conocida como West Country, Jemma Markham se licenció en Historia en el King´s College de Londres cuyo catedrático fue el renombrado hispanista Sir John Elliott. Después de la universidad y tras un año trabajando en el British Council de la capital británica, en 1973 se trasladó a Madrid con la intención inicial de pasar unos meses aprendiendo español. Hoy, 46 años después, continúa viviendo en nuestro país. Aquí trabajó como directora general para España y Portugal de la editorial Longman (ahora Pearson Education) y de Penguin Books. Además, fue propietaria con su esposo Piers Dutton y el editor Manuel Arroyo (como inversión privada) de las librerías Turner, toda una institución dedicada a la venta de libros de ensayo, literatura y poesía, y en idiomas extranjeros por toda España, y socia también de Turner Música Clásica.
En 1991 Jemma y Piers decidieron cambiar radicalmente de forma de vida, abandonando el mundo corporativo para volver a sus raíces en el entorno rural. Tras dos años de búsqueda intensiva, descubrieron una antigua masía fortificada del siglo XV, escondido en un valle de río dentro la desconocida región de Matarranya, en la frontera de Aragón con Cataluña y la Comunidad Valenciana. Un exuberante y bello paisaje conocida hoy como la “Toscana Española”, salpicado por pequeñas ermitas, cipreses, campos de almendros, olivos centenarios, viñedos y pueblos medievales protegido de la costa mediterránea (a tan solo una hora) y por la barrera natural del Parque Nacional de Ports de Beceite.
Debido a la ausencia de alojamientos de calidad en la zona, Jemma y Piers se animaron a levantar aquí un pequeño hotel con restaurante gastronómico. Así, después de dos años de reformas financiadas por la venta de sus propiedades en Madrid y Segovia y de la librería, en 1995 abre sus puertas La Torre del Visco. Un establecimiento que actualmente alberga 17 habitaciones y un restaurante de kilómetro cero que se nutre de carnes, quesos y la caza, setas y trufa negra de la comarca del Matarranya, de pescados y mariscos del Mediterráneo y el Delta del Ebro y de la fruta, verduras y aceite de oliva virgen extra que ellos mismos cultivan en las 100 hectáreas de finca orgánica que rodean La Torre del Visco junto con unos preciosos jardines románticos con más de 50 variedades de rosas y donde trabajan a tiempo completo 17 personas, todas de la región.
A día de hoy, La Torre del Visco está considerado uno de los mejores y más singulares hoteles de España y su principal reto, asegura Jemma, es «mantener altos niveles de calidad y suministro en una localización tan remota». Y es que, el acceso al hotel es por medio de una carretera sin asfaltar, de unos 5,5 km, que lleva al valle desde el río, con las montañas como telón de fondo. Entre las actividades que se organizan en el hotel se encuentran noches de astronomía (el hotel es miembro de la Fundación Starlight), catas de vino y aceite de oliva virgen extra, incluyendo experiencias en torno a la molturación (cosecha y prensado) de las aceitunas, recolección de trufas y setas, clases de cocina, catas de queso y miel y cursos de fotografía nocturna, entre muchas otras. También se organizan visitas a bodegas locales, excursiones a caballo y rutas de senderismo con cesta de picnic incluida.
Instintiva, políglota y fuertemente comprometida con España y su cultura, Jemma es ante todo una profunda enamorada de la gastronomía y el vino. Citando a su madre, afirma: «no importa lo mal que se pongan las cosas mientras haya una buena comida esperándote en la mesa».