Binche, municipio de Valonia, región del sur de Bélgica, celebra uno de los carnavales más famosos y curiosos de Europa, cuyo origen se remonta a 700 años atrás. Reconocido en 2003 como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, la fiesta destaca por la desfilada de 1.000 curiosos personajes, los Gilles. Estos hombres tienen sus propias normas: solo desfilan el Martes de Carnaval (Mardi Gras), no pueden salir de la ciudad de Binche y solo pueden disfrazarse de este modo si residen en el municipio durante cinco años o sus familias son oriundas de allí.
Durante ese martes, los Gilles, con sus máscaras de cera y trajes de intensos colores desfilan por la ciudad al son de los tambores, al tiempo que sostienen unos palos con los que agitan los espíritus malignos y arrojan naranjas a los espectadores.
La desfilada de los Gilles pone el broche a unos preparativos que han estado en marcha durante meses. Durante este periodo, los trajes son cuidadosamente cosidos o restaurados a mano, los extravagantes sombreros con plumas de avestruz han sido desempolvados y hasta 1.000 hombres y niños locales han ensayado y practicado las estrictas normas que rigen el desfile.
La tradición del Carnaval en Binche se remonta al siglo XIV, cuando hay constancia de la celebración de fiestas paganas. Sin embrago, la figura de los Gilles, con sus locos disfraces, tiene un origen más tardío, aunque sigue sin saberse cómo surgen. Una de las teorías más extendidas defiende que el desfile de Carnaval y sus curiosos protagonistas fueron una idea de María de Hungría, dirigente de los Países Bajos en 1549. Ese año, la regente quiso impresionar a su hermano, el emperador Carlos V y I de España, con una fiesta inspirada en los gobernantes del imperio inca, que estaban siendo conquistados por la corona española. Seducidos por ello, los habitantes de la ciudad quisieron imitar las indumentarias que vieron en sus mandatarios colocándose plumas en la cabeza y ataviándose con vestidos multicolores.
El traje de Gille consiste en una blusa de yute y pantalones decorados con 150 motivos (estrellas, leones y coronas) en fieltro negro, amarillo y rojo. Al vestir el gille, la blusa se "rellena" con paja en la parte delantera y trasera, rematada con una campana en el pecho. En la cintura, lleva un cinturón de lana roja y amarilla, montado sobre lienzo, llamado "apertintaille" y compuesto de campanas de cobre.
Situada 60 kilómetros al sur de Bruselas, Binche cuenta con una población media de 30.000 personas. A parte del Carnaval, el municipio tiene otros encantos como el Campanario de Binche, Patrimonio Mundial de la Unesco. Esta torre está coronada por un bulbo barroco que alberga un carillón (varias de sus campanas datan del s. XVI). Los escudos de armas de Carlos V y de su hermana María de Hungría adornan el edificio.