Finalizan las obras de remodelación del Faro de La Mola de Formentera, que ha consistido en la rehabilitación de la planta baja y de la fachada, para adecuarlo a usos culturales.
Conocer Formentera desde sus faros es una de las experiencias más gratificantes que todo buen viajero debe descubrir. Además de servir de guía de las embarcaciones, también han sido vivienda, refugio e inspiración de artistas. Entre ellos, hay uno, llamado por Julio Verne como ‘el faro del fin del mundo’, que no deja indiferente a ninguna expectativa. El Faro de La Mola es un lugar con vistas en primera línea al Mediterráneo y que ahora, tras una remodelación de varios meses, comienza un proceso museográfico que concluirá en marzo y que acogerá un centro de interpretación y de las señales marítimas que, además de una colección permanente, alojará una sala de exposiciones temporales.
Lugares para perderse, puestas de Sol donde encontrarse. Un lugar de tranquilidad donde se desvanece el estrés, donde las agujas del reloj reducen su velocidad para disfrutar del tiempo y el espacio de una isla que enamora. Formentera es bien conocida por sus playas de aguas cristalinas y sus espectaculares paisajes donde seducir la vista.
La pequeña de las islas pitiusas ofrece, además, un amplio recorrido por lugares enigmáticos. Ejemplo de ello son sus faros, mágicos y fotogénicos; atractivos turísticos imprescindibles que se convierten en concurridos puntos de encuentro donde dar rienda suelta a ese moderno arte de los selfies mientras cae el sol. En invierno, se trasforman en escenarios de paz, espacios solemnes de tranquilidad y calma.
El Faro de La Mola, el más antiguo de Formentera, está situado en uno de los enclaves más espectaculares de la isla. Construido sobre un acantilado de más de 120 metros de altura, ofrece todo un espectáculo nocturno con un despliegue de doce haces luminosos que giran entre el mar y la tierra. Tan solo ha dejado de funcionar en dos ocasiones desde que se inauguró en 1861. Fue durante la Guerra Civil Española y la guerra de Filipinas.
Cuenta la historia que Julio Verne escribió su novela ‘Hector Servadac’ inspirándose en la Isla de Formentera y en este faro. Una placa conmemorativa de 1978 recuerda que el escritor convirtió La Mola en el lugar donde transcurre la acción de dicha novela y que seguramente también inspiró su obra ‘El faro del fin del mundo’. Alrededor del faro existen varios senderos por los que se puede pasear cerca del acantilado y disfrutar de la inmensidad del mar.
Un museo sobre el mar y un espacio cultural polivalente
El Faro de La Mola ha estado varios meses de remodelación y ahora, por fin, se puede contemplar y visitar un nuevo espacio dedicado al mar.
La intervención impulsada por el Consell, que ha supuesto una inversión de unos 800.000 euros, ha creado “un espacio que acogerá un centro de interpretación de los faros de Formentera, que también tendrá información sobre la relación de la isla con el mar, la pesca y los movimientos migratorios, así como material audiovisual que explique la historia marítima de Formentera”.
Por otro lado, se ha creado un espacio polivalente para actos de diferente carácter cultural, como exposiciones, conciertos, conferencias, recitales o representaciones teatrales de pequeño formato. La zona exterior -el patio de entrada- también se ha habilitado para poder acoger actos culturales y educativos al aire libre
Concurso de fotos del faro
El Consell ha lanzado un concurso en Instagram con un premio sorpresa. Para participar solo hay que compartir una foto desde el faro hecha durante el mes de febrero, sea de grupo, de detalle, panorámica o selfie, con la etiqueta #Fardelamola2019.