Con una programación activa durante todo el año, la isla blanca se ha convertido en una elección por parte de muchas compañías para celebrar congresos y desarrollar actividades de incentivo.
Tras su paso la pasada semana por la feria IBTM World (la más importante del sector de turismo MICE), Ibiza ya es considerada como una apuesta segura por muchas empresas que deciden desarrollar en la isla sus actividades de teambuilding.
Mucho más allá de sus salas e instalaciones para encuentros profesionales, la mayor de las islas pitiusas, reúne todo un catálogo de oferta cultural, natural, gastronómica y de arraigada tradición. El carácter de sus gentes, sus playas y la multitud de rincones que esconde esta isla llevan a cada visitante a sentirse un ibicenco más.
Una de sus instalaciones estrella es su Palacio de Congresos, con un auditorio para más de 400 personas y 14 salas auxiliares. Además, aquí se encuentra el recinto ferial FECOEV, lugar idóneo para celebrar eventos para un aforo de 1.000 personas.
En paralelo, Ibiza dispone de una oferta hotelera en pleno crecimiento, con más de 8.000 habitaciones de 4 y 5 estrellas, algunos de ellos de reciente apertura este 2018 (Paradiso Ibiza Art Hotel, Cubanito Ibiza Suites o el hotel Eurostars Ibiza) o a punto de abrir el próximo 2019 (es el caso de W de Ibiza, la nueva marca en la isla de W Hotels Worldwide de Marriott International). Incorporaciones que se unen así a una oferta hotelera Premium con hoteles como Aguas de Ibiza, Atzaró, Torre del Mar o Ibiza Gran Hotel entre otros muchos.
También un gran abanico de empresas DMC como Ibiza Project, Ibizan Group, Incentivos Ibiza, Maximice Events Group, Global Star Events o LifeXperiences DMC dotarán de carácter ibicenco cada encuentro profesional.
Un sector turístico que con el tiempo va generando más volumen de negocio para la isla, cada vez más posicionada como destino europeo prioritario para celebrar eventos, congresos y diferentes actividades de incentivo a lo largo de toda la isla. Agroturismos llenos de autenticidad, bodegas, fincas y antiguas almazaras se están convirtiendo, cada vez más, en puntos obligados de paso no solo para el turista de a pie, sino también para el sector empresarial.
Su patrimonio, con el recinto amurallado de Dalt Vila, la Necrópolis púnica o el poblado fenicio de Sa Caleta, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, constituyen el marco perfecto para una excursión en equipo.
Y su gastronomía, basada en los productos de proximidad como el arroz de matances, el bullit de peix, su flaó, sus orelletes o los Vinos de la Tierra son la mejor excusa para las largas sobremesas. Una experiencia 360 que se cierra al caer el sol en los mejores beach clubs con el ambiente más sofisticado.
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