La movilidad compartida en patinetes eléctricos se ha convertido en un fenómeno a nivel internacional y, en poco más de un año, ha llegado a muchas de las principales ciudades del planeta. Se trata de una alternativa sostenible, respetuosa con el medio ambiente y asequible para realizar viajes cortos en ciudad sin contaminar el aire ni aumentar el tráfico.
Sin embargo, su reciente implantación en algunas ciudades españolas aún genera dudas sobre cuestiones fundamentales, como por dónde pueden circular y cómo estacionar los patinetes. Por eso, Bird, líder en transporte compartido Rideshare 2.0 que acaba de iniciar su actividad en España, propone una serie de recomendaciones para que los usuarios de patinetes eléctricos se muevan de forma segura, tanto para ellos, como para los peatones y el resto de vehículos.
El casco no es obligatorio, pero sí muy recomendable
Aunque el uso del casco no es obligatorio para circular en patinete, es innegable que ofrece una valiosa protección. Bird siempre recomienda el empleo del casco y los regala a través de su app para que sus usuarios circulen de la forma más segura posible.
Un paseo sin imprudencias ni distracciones
Montar en patinete es realmente sencillo, pero su correcto manejo exige llevar siempre ambas manos en el manillar para un mejor control. Y, por supuesto, hay que evitar todo tipo de distracciones, como el teléfono móvil y escuchar música con auriculares.
La acera es para los peatones
Una de las cuestiones que suscitan más dudas y debates es: “¿por dónde pueden circular los patinetes?”. Y la respuesta no siempre es sencilla, ya que hay numerosas ciudades que todavía no han regulado su uso y, entre las que sí lo han hecho o están a punto de aprobar sus nuevos planes de movilidad, hay importantes diferencias. Sin embargo, lo que sí está claro es que la acera nunca será una opción, puesto que debe quedar reservada sólo a los peatones.
El carril bici, la mejor opción para moverse en patinete
Hoy por hoy, el carril bici es el espacio ideal para moverse en patinete eléctrico, libre de coches y atascos. No obstante, en ciudades como Madrid, los patinetes también pueden circular por calles (excepto carriles bus) con un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora o inferior.
La velocidad adecuada es la que se adapta al entorno
La velocidad máxima a la que se puede circular en patinete puede variar de una ciudad a otra, aunque la norma general fija el máximo en 30 km/h. En cualquier caso, no hay por qué circular al límite permitido y lo más recomendable es hacerlo a una velocidad adecuada a la situación de la vía, el tráfico y, muy importante, a la experiencia de quien lleva el patinete. Bird, además, limita la velocidad de sus patinetes a la media de una bici (24 km/h), para mayor seguridad.
Un trayecto conocido para librarse de obstáculos
Siempre que sea posible, es conveniente elegir una ruta conocida. Es la mejor opción para evitar imprevistos, como calles con alta densidad de tráfico o zonas donde no esté permitido el uso del patinete.
Aparcamiento responsable
Una de las cuestiones que está generando más debate social es cómo y dónde deben aparcar los patinetes. Una vez más, lo más probable es que la norma no sea homogénea en todas las ciudades españolas cuando regulen el uso del patinete en sus ordenanzas municipales de movilidad. Pero lo que nunca podrá fallar es el sentido común: jamás se debe aparcar un patinete donde suponga un obstáculo para los peatones u otros vehículos. Esto es especialmente importante en el caso de las aceras: es obligación de todos mantenerlas limpias y seguras.
En ciudades como Madrid, la nueva Ordenanza de Movilidad permite estacionar los patinetes en las reservas de motos y aparcabicis, así como en cualquier banda de estacionamiento donde esté permitido aparcar. También, excepcionalmente, en aceras de más de 3 metros que no hayan sido declaradas de ‘especial protección para el peatón’.
Bird cuenta además con un servicio de ‘observadores’, que se encargan de que sus patinetes estén bien estacionados, en zonas permitidas y sin molestar. Los ‘observadores’, además, vigilan que no haya patinetes dañados, y en caso de encontrar alguno no apto para su uso, se encargan de que sea retirado.
“Los patinetes eléctricos son una solución de movilidad sostenible y eficaz para las ciudades, pero somos conscientes de que es necesario enseñar a los usuarios cómo usarlos de forma segura para ellos y para los demás”, explica Clara Vallvè, Responsable de Expansión EMEA de Bird. “Por eso incluimos instrucciones para su uso seguro y responsable en nuestra app, que los usuarios siempre ven antes de cada trayecto, y regalamos cascos cada vez que llegamos a una nueva ciudad”, añade Vallvè.
Desde que Bird introdujo los patinetes eléctricos de uso compartido como una alternativa de transporte limpio en septiembre de 2017 en EEUU, la empresa se ha expandido a más de 120 ciudades en todo el mundo, entre ellas París, Viena, Zurich, Londres, Bruselas y Amberes, y ha evitado que más de 5.440 toneladas de emisiones de carbono se hayan liberado en el aire, al mismo tiempo que ha ayudado a disminuir la congestión en los centros urbanos y a liberar plazas de aparcamiento.