Desde hace ya varios años, noviembre es el mes de la salud masculina, en el que se pretende concienciar a los hombres de aquellos problemas y enfermedades que le pueden afectar tarde o temprano, como el cáncer de próstata o de testículos, pero también muchos otros. El distintivo de esta campaña de solidaridad es el bigote, del cual nos habla Alejandro Hernández de Salones David Künzle, así como de la barba, aportando algunos consejos y tipos que más les pueden favorecer.
Joe Jonas + Zac Efron luciendo bigote “Chevron”
Con motivo de la movilización y concienciación social contra enfermedades como el cáncer de próstata u otros problemas de la salud masculina, y con el objetivo de recaudar fondos para su investigación, algunos hombres optan por la solidaridad y visibilidad dejándose bigote llegado el mes de noviembre, apoyando así una iniciativa que anima a todos ellos a dejar crecer el vello facial por esta causa. Un ejemplo reciente ha sido el futbolista del Athletic de Bilbao Iñigo Martínez, por medio de una foto en su cuenta de Twitter, o los jugadores del UCAM Murcia de baloncesto. Fuera de nuestras fronteras, lo han hecho figuras tan conocidas como Adam Levine, David Beckham, Joe Jonas, Brad Pitt, Colin Farrell o Zac Efron, este último en un reciente tour europeo por países como Francia, Islandia o Italia, tal como muestra en su red social de Instagram.
¿Con qué barbas y bigotes nos quedamos?
Alejandro Hernández, estilista de los salones David Künzle en Madrid, señala que además de solidarios, conviene pensar antes qué estilo es el que mejor nos puede quedar: “Un hombre de cierta edad ya sabe perfectamente si le queda mejor el bigote, la barba o la perilla, no suele innovar o hacer cambios, a lo que es más proclive un chico joven. El bigote es uno de los símbolos de la masculinidad por excelencia, si bien no son muchos los que se atreven con él, queda mucho mejor en caras angulosas y alargadas que en rostros redondos u ovalados, para los que se recomienda perilla, porque afila la cara, y en menor medida la barba, porque afila si se deja larga por la barbilla, pero la hace más ancha por los laterales”.
Concretando aún más, Hernández apuesta por las barbas en ancla o de candado real, y por el bigote chevron, un mostacho alto que casi roza la nariz: “No todos los hombres pueden llevarlo porque es sumamente denso, ancho y espeso, y no a todos les crece la misma cantidad de vello. Digamos que es el bigote por excelencia, muy al estilo Tom Selleck o Burt Reynolds en los setenta, cubriendo bien los labios y su comisura, que queda mejor si le aplicamos gomina al final y lo arreglamos recortándolo”. Aunque todas las opciones se pueden combinar, hay que arriesgar y jugar con la longitud e incluso con el color, que puede teñirse o decolorarse para darle un toque determinado: “Si hablamos de los tipos de bigote que se pueden probar, todo dependerá de lo lampiño o velludo que se sea. En el primer caso, obviamente un bigote lápiz o tal vez el inglés, y en el segundo, un buen moustache en herradura, walrus (que se mezcla con la barba), imperial o el ya citado chevron”.