Tacita de Plata inaugura establecimiento en el corazón más antiguo y tradicional de Madrid, concretamente en la calle Mayor. Con más de 100 años de historia, en esta churrería chocolatería se puede disfrutar de un tradicional chocolate acompañado de unos churros y porras “al más puro estilo madrileño” a la vez que adaptados a los nuevos tiempos.
Un local que apuesta por el arte del “showcooking”. Una cocina abierta al público, con paredes de cristal, para que los clientes puedan ver todo el proceso de elaboración, lo que garantiza la calidad e higiene del proceso. Además, seleccionan materia prima de máxima calidad, como la masa y el aceite, que se cambia a diario. Algo fundamental para conseguir el sabor inconfundible propio del buen churro y de las porras.
Chocolate de elaboración propia, preparado con leche de primera calidad para una espesura y textura únicas. Una receta tradicional que ahora se presenta una amplia gama de formatos para adaptarse a las necesidades de todos sus clientes.
Cuenta con una amplia y variada carta de productos artesanales elaborados a diario en su obrador. Desde los churros y porras más tradicionales hasta el churro bombón, los rellenos de distintos sabores como crema o dulce de leche, flores de azúcar, pestiños, croissants, napolitanas y cañas de crema horneados cada mañana, e incluso deliciosas tartas caseras.
El diseño de este local está inspirado en su totalidad en las churrerías y chocolaterías de antaño. Su interior cuenta con una cuidada y esmerada decoración que transmite calidez y buen gusto: paredes que recuerdan a los edificios más emblemáticos de la zona, mesas de mármol, sillas de madera y lámparas de cristal. Un establecimiento acogedor ideal para mayores y pequeños.
Al frente de este negocio familiar, los bisnietos de D. Florencio, su fundador, quienes trabajan con la misma ilusión y dedicación que hace 100 años. Como comenta Raquel Gorrachategui, directora de marketing y comunicación de Tacita de Plata, “esta churrería chocolatería representa unos de los oficios más antiguos de Madrid, con más historia en nuestra familia. Sin dejar esa esencia del tradicional ‘chocolate con churros’ que nos ha acompañado siempre, nos hemos adaptado a los nuevos tiempos incorporando frescas e innovadoras ideas. Queremos ser un referente para todo aquel que visite Madrid y quiera probar un chocolate con churros, como nos gusta decir, al más puro estilo madrileño”.
Una churrería de toda la vida que ahora, además, da continuidad a la experiencia de sus clientes a través de las redes sociales, con cuentas en Facebook y Instagram, desde donde interactúan con los más apasionados del chocolate.