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Toro, Historia y Arte en el Balcón del Duero

Situada sobre una atalaya, desde donde contempla el lento discurrir del río Duero, se encuentra Toro “la muy noble, muy leal y muy antigua”. Declarada Conjunto Histórico-Artístico, esta ciudad zamorana fue sede real, y morada de nobles y clérigos. Escenario privilegiado de hechos históricos, jugó un papel importante en el enfrentamiento entre Juana la Beltraneja e Isabel la Católica, aquí convocó Fernando el Católico las Cortes de 1505, que alumbraron las Leyes de Toro y fue parte activa en la lucha de las Comunidades en tiempos de Carlos I. Acontecimientos que llenaron libros de historia, y que tuvieron reflejo en un vasto patrimonio monumental.

Patrimonio Religioso

La Colegiata de Santa María la Mayor es fiel reflejo de la importancia alcanzada por la ciudad de Toro en el siglo XII, momento en el que se inicia su construcción. Con un estilo arquitectónico que transita entre el románico y el gótico, la primera imagen que tenemos de ella es su cimborrio que forma parte del grupo de cimborrios leoneses que completan los de las catedrales de Zamora, Plasencia y Vieja de Salamanca. Mención especial merece la “Portada de la Majestad”, esculpida en piedra en el siglo XIII y que conserva su policromía original.

Situada sobre una atalaya, desde donde contempla el lento discurrir del río Duero, se encuentra Toro

Toro es uno de los núcleos más importantes de Castilla y León del arte románico-mudéjar, un interesantísimo catálogo de templos religiosos construidos entre los siglos XII y XIII. Iglesias como San Lorenzo el Real con una nave y ábside que guarda en el interior el sepulcro gótico-flamenco de los Castilla-Fonseca y el retablo de Fernando Gallego; San Salvador de los Caballeros, antiguo templo perteneciente a la Orden de los Caballeros del Temple, en la actualidad es sede del Museo de Arte Sacro, donde se exponen interesantes piezas como tallas románicas y góticas y donde se pueden admirar pinturas murales de estilo románico; la iglesia del Santo Sepulcro, que perteneció a la Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro; la Ermita de Nuestra Señora de la Vega, situada en un bello paraje junto al río Duero da cobijo a la imagen del Cristo de las Batallas, patrón de la ciudad. Y por último San Pedro del Olmo, en cuyo ábside se pueden ver restos de pinturas murales de estilo gótico.

El patrimonio religioso toresano se completa con las iglesias de San Juan de los Caballeros, la Santísima Trinidad, Santo Tomás Cantuariense, San Sebastián de los Caballeros y Santa Catalina de Roncesvalles y los monasterios y conventos como el Real Monasterio de Sancti Spíritus, Monasterio de Santa Sofía, Convento de San José, Convento de la Purísima Concepción y San Cayetano, Real Monasterio de Santa Clara y Convento PP. Mercedarios.

Patrimonio civil y militar

En lo que se refiere al patrimonio civil y militar de la ciudad de zamorana de Toro, éste se podría dividir en dos partes. Por un lado están los edificios que forman parte del municipio, a los que en la actualidad se les da una utilidad pública y que están dentro de la ruta conocida como “Monumentalia” y aquellos otros recursos turísticos que no pertenecen a la ciudad.

Entre estos últimos nos encontramos un número considerable de palacios como el de Valparaíso construido en el siglo XVIII fiel a la típica edificación palaciega toresana con rejas de hierro en la parte baja y balcones en la superior; el de las Bolas del siglo XVII y en el que destacan las dos torres y unos relieves de piedra en forma de bola, de donde proviene su nombre; la Casa de la Nunciatura, considerado uno de los edificios civiles más importantes de Toro; el palacio de Bustamante, construido en el siglo XIV por Pedro I rey de Castilla y reformado en el XVI; el de los Marqueses de Alcañices, última residencia del Conde Duque de Olivares y lugar donde se celebró la boda entre Doña Juana, hija de Carlos I, con don Juan Manuel, rey portugués; y por último, el palacio de las Leyes, palacio perteneciente a la corona castellano-leonesa, en 1505 se leyó aquí el testamento de Isabel la Católica proclamando heredera de Castilla a su hija Juana y regente al rey Fernando, también fue escenario de la promulgación de las ochenta y tres leyes que llevan el nombre de Toro. Lamentablemente, solo se conserva la portada de estilo gótico.

Es uno de los núcleos más importantes de Castilla y León del arte románico-mudéjar

Patrimonio civil que se completa con el verraco celtibérico, de la segunda Edad de Hierro y que dio nombre a la ciudad y definió su blasón; el Puente Mayor sobre el río Duero, de origen romano aunque su traza actual pertenece al románico tardío; diferentes puertas como la de Santa Catalina, del siglo XVIII en ella juró Felipe II respetar los fueros y privilegios de la ciudad; la de Corredera, construida en 1602 en honor de Felipe III con motivo de su visita y por último, el Arco del Postigo, uno de los postigos del segundo recinto amurallado y en él aparece el relieve de la Asunción.

Para finalizar con el patrimonio civil y militar nos ocuparemos de la “Ruta Monumentalia”. Realizar esta ruta nos permite descubrir monumentos como el Alcázar, fortaleza donde se encuentran los orígenes de la ciudad que hoy conocemos. Aunque ha sufrido diferentes reconstrucciones, reformas y mutilaciones, de la edificación original conserva los muros y los volúmenes, siendo además testigo de numerosos episodios históricos como la proclamación como rey de Fernando III, la celebración de varias sesiones de cortes medievales, así como bastión portugués en la guerra entre Juana la Beltraneja e Isabel la Católica. Fue utilizada como cárcel durante el siglo XIX y en la actualidad su uso está destinado a Oficina de Turismo y Centro de Recepción de Visitantes, siendo visitable su adarve, desde donde se pueden disfrutar de unas espléndidas vistas de Toro y de la Vega del Duero. La Casa Consistorial que preside la Plaza Mayor desde su construcción en el año 1778. Encargada al arquitecto real Ventura Rodríguez, destaca su monumental fachada coronada por una amplia galería superior. En el interior sobresalen la escalera principal de doble tiro, así como el Salón de Plenos, la Sala de Juntas y la bodega subterránea. Destacables son también algunas muestras del patrimonio mueble de la ciudad, como un crucifijo barroco de marfil y carey. El Hospital de la Cruz, uno de los casi veinte hospitales de caridad y beneficencia con que contó la ciudad en el pasado. Fundado en el año 1508 con el mecenazgo de Juan Rodríguez de Fonseca, en él destacan el patio a dos niveles decorado con esbeltas columnas de piedra y la armadura octogonal de la capilla, una de las techumbres morisco-renacentistas más destacables de Toro. El Palacio de los Condes de Requena, construido en el siglo XV, en su interior se conserva un monumental patio, a caballo entre los estilos gótico y renacentista y que es uno de los mejores ejemplos de arquitectura entre estilos de toda la comunidad de Castilla y León. De una gran riqueza decorativa con escudos heráldicos y escenas de temas profanos, vegetales y de cacerías, sobresale un pequeño relieve con una escena relacionada con la tauromaquia, único en su época. El resto del edifico responde a la reforma realizada durante el siglo XIX y de esta época es su otro patio, conocido como Patio del Siete. Bajo este suntuoso palacio se conserva una bodega de dos naves. El Teatro Latorre, que debe su nombre al intérprete toresano Carlos Latorre, uno de los actores más importantes del siglo XIX y que tiene entre sus logros haber representado al primer Don Juan Tenorio de la historia de la literatura. Levantado a mediados del siglo XIX en estilo isabelino, su techo está decorado con pinturas alegóricas dedicadas a dramaturgos clásicos. En la actualidad es el teatro municipal de Toro y núcleo central de la vida cultural de la ciudad. La Torre del Reloj, levantada en el siglo XVIII sobre la antigua Puerta del Mercado de la muralla, tiene una curiosa leyenda relacionada con su construcción. Cuentan los vecinos que durante su edificación, y ante la escasez de agua, su mortero fue realizado con vino por sobrar éste en los hogares de Toro, por lo que era más barato que acarrear el agua desde el río Duero. El Palacio de los Condes de Castrillo, propiedad de la Fundación González Allende y sede de la Casa de Cultural Municipal, este palacio fue construido en el siglo XVI y en la actualidad alberga la biblioteca, fonoteca, salón de actos y salas de exposiciones. En él destaca su patio con logia y la colorida policromía del artesonado de la torre septentrional. La Plaza de Toros, conjunto único dentro de la arquitectura tradicional del siglo XIX, finalmente fue inaugurada en el año 1928 conservándose prácticamente igual que cuando fue construida. Edificada íntegramente en madera sobre muros de tapial y ladrillo, conserva las partes propias de una plaza de toros, siendo de especial interés el Patio de Suertes. Acabamos con el repaso a “Monumentalia” con un recurso que forma parte del patrimonio religioso, la Iglesia de la Concepción, último vestigio del antiguo convento de Santa Ana, pasó a formar parte del patrimonio municipal durante el siglo XIX. Edificada en el siglo XVII, su arquitectura presenta planta de cruz latina y cubierta de medio cañón y cuenta con una portada clasicista adintelada. En el interior destaca el Retablo Mayor de rico estilo churrigueresco con una temática propia de la orden de San Francisco y esculturas de Santa Teresa de Jesús y San Félix de Cantalicio. Fue restaurado en el año 2016 bajo el patronazgo de la Fundación González Allende de Toro. La iglesia se encuentra en la actualidad en proceso de restauración, y en el futuro será la sede del Museo Municipal.

Bodegas subterráneas testigos de una tradición

Las bodegas tradicionales de Toro son un magnífico testimonio que permite conocer la identidad de una ciudad que sabe a vino. Excavadas bajo las edificaciones del casco urbano daban forma, junto con las cuadras, paneras y demás dependencias de las viviendas, a las casas de labranza desde la Edad Media hasta principios del siglo XX. Paseando por sus calles y plazas podemos descubrir los respiraderos o “zarzeras” que indican los emplazamientos exactos de estas joyas subterráneas, espléndidas en muchas ocasiones y en otras más humildes, contadas por centenares y convirtiéndose en la tipología más común de la arquitectura civil de Toro. Después de muchos años de abandono y gracias a un proyecto de conservación de las bodegas tradicionales de Toro y Tierra del Vino puesto en marcha por el Instituto Español del Patrimonio se restauraron tres bodegas de titularidad pública que dan forma a la “Ruta por las Bodegas”.

Un número considerable de palacios como el de Valparaíso del siglo XVIII fiel a la típica edificación palaciega toresana

La Bodega del Ayuntamiento se conoce de su existencia antes del año 1778 momento en que se construyó el Ayuntamiento, aunque su fecha exacta de construcción es un enigma. Fruto de diferentes transformaciones a lo largo del tiempo, inicialmente se trataba de varias propiedades que se agruparon con motivo de la edificación del Ayuntamiento. La construcción que en la actualidad se puede visitar es un conjunto de tres naves a distintos niveles, con bóvedas de cañón y enlazadas por las esquinas. La Bodega de la Cámara Agraria es conocida como la Niña Bonita de las bodegas toresanas. Se trata de la bodega de la antigua Cofradía de Labradores siendo en la actualidad propiedad de la Junta Agropecuaria de Toro o Cámara Agraria. Se conoce su existencia desde el año 1652 y consta de varias naves que se suceden en diferentes niveles y espacios, conservando en perfecto estado el lagar y la zona de producción. En la actualidad alberga la Bodega Histórica del Vino de Toro, un centro de interpretación y promoción de los vinos de Toro, donde es posible conocer la historia, usos, costumbres y aspectos históricos y sociales, así como del territorio, de la vid y de la Tinta de Toro, fruto que aporta la identidad a los caldos toresanos. Finaliza esta ruta con la Bodega del Palacio de los Condes de Requena En el subsuelo de este magnífico palacio de estilo gótico se encuentra esta bodega que consta de dos cámaras de diferente altura, siendo probablemente la original del palacio. En su interior guarda uno de los tesoros más peculiares de la ciudad, el Archivo Histórico de la Denominación de Origen Toro y en el que se pueden admirar todas las muestras de certificaciones desde su creación en 1987.

Para poder realizar tanto la ruta “Monumentalia” como la “Ruta por las Bodegas” es necesario pasarse antes por el Centro de Recepción Visitantes, situado en el Alcázar de Toro (Plaza de San Agustín, 3).

Fiesta de la Vendimia

Declarada de Fiesta de Interés Turístico Regional por la Junta de Castilla y León en el año 2003, la Fiesta de la Vendimia es un símbolo de la recuperación de los festejos tradicionales. Durante estos días, siempre en torno a la festividad de la Virgen del Pilar, los toresanos llevan a cabo un viaje en el tiempo para recordar aquellos añorados días. El acto central de la Fiesta de la Vendimia, y de alguna manera en el que se resumen todas las tradiciones es el Desfile de Carros Tradicionales. Las calles se llenan de carros antiguos, tirados por animales, cargados de cestos llenos de uvas y acompañados por vecinos ataviados con antiguos trajes de vendimia que portan cestas repletas de alimentos típicos de vendimia. Otras actividades importantes son: el mercado medieval que cuenta con cerca de doscientos puestos de artesanía, gastronomía…, certámenes de pintura, literarios y de dibujo, concursos, catas dirigidas, flamenco, espectáculos musicales, teatrales y deportivos y jornadas gastronómicas. Así mismo, desde hace varios años la Plaza de Toros es el escenario elegido para la celebración de un Torneo de Justas Medievales que atraen a numeroso público.

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