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Cola de Gallo, la cocteleria de Sergio Padilla
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Cola de Gallo, la cocteleria de Sergio Padilla

A sus 34 años, el barcelonés Sergio Padilla es uno de los bartenders más prestigiosos y punteros de nuestro país. Comenzó trabajando como camarero a los 15 años para después pasar a maître y terminar como bartender, su verdadera pasión.

Entre 2007 y 2010 fue jefe de barra de Espai Nuva, Temple de Siam y Tapiñas, en Terrassa, y en 2012 de O'clock, en Madrid, y desde 2011 ejerce como director y beverage maganer de Boca Chica (Barcelona), un exclusivo local diseñado por Lázaro Rosa-Violán. A lo largo de su trayectoria ha sido guest bartender en establecimientos de la talla del Nitghjar de Londres, el Little Red Room de París o el hotel W en Santiago de Chile y actualmente es consultor en El Mama y La Papa y Puerto Chico, en Barcelona, en el hotel Casa Suecia de Madrid y en el Jncquoi de Lisboa, además de Mixing Master de Schweppes junto a otros grandes cocteleros del país.

Con numerosos reconocimientos en su haber, entre ellos el Premio al Mejor Bar del Noroeste de España en 2016, Padilla inaugura ahora en Aribau (donde se encuentran la coctelerías más míticas de la Ciudad Condal) su primer proyecto propio.

Cola de Gallo es la puesta al día de la coctelería de toda la vida. Un local en el que la diversión y la calidad están garantizadas y cuyo nombre hace alusión a la historia y los orígenes del cóctel, que etimológicamente proviene del inglés cock's tail, que significa cola de gallo. El diseño del espacio es obra de Gisela Steiger, arquitecta y co-fundadora del estudio Light Squad de Barcelona y especializada en iluminación arquitectónica, y en él ha querido aunar el espíritu elegante y sofisticado de la coctelería clásica (con lámparas y acolchados años 30, espejos y abundante vegetación) con un toque canalla y rompedor, alejado de tópicos y de lo que predomina en la zona. Destacan los grafitis de gallos sobre ladillo visto y, muy especialmente, la iluminación con neones que va variando en intensidad y colores al ritmo de la música y el animando ambiente que se respira en el local.

Twisteando los clásicos

Para Padilla, a quien acompaña detrás de la barra Luis Bustamante (formado en la mítica Torre Rosa de Jordi Reig), «la mixología moderna no podría entenderse sin la base de la coctelería clásica» y, por ello, en la carta de Cola de Gallo predominan las versiones de cócteles conocidos, todos ellos con un twist de vanguardia, el toque personal de su autor y una historia detrás. Destacan, por ejemplo, el Mojito de Gallo, a base de mezcal (un destilado de plena tendencia), fruta de la pasión, canela, menta y lima; el Boulevardier & Sour (que fusiona dos clásicos logrando un resultado excepcional gracias a la potencia del limón y el Campari, la suavidad de la miel y el toque dulzón del bourbon) y el cóctel bautizado Nails, inspirado en un arañazo de pasión: «es punzante pero agradable a la vez».

Para ellas

Con actuaciones de música en directo y acciones de guest bartering cada semana, Cola de Gallo es un espacio vivo, alegre, cosmopolita y abierto a todo tipo de públicos. «Queremos que todo el mundo se sienta a gusto aquí. Detrás del título ‘Ellas son las jefas’ está otro de mis socios, Marc Lozano, el cual me convenció para abrir ‘Cola de gallo’ junto a él por su gran pasión por la hostelería y empatía por los clientes», explica su artífice. Se ha pensado especialmente en el público femenino (hay una gran tocador para ellas al fondo del local) y un fotomatón para inmortalizar los buenos momentos de todo el que se lo quiera pasar bien. Además, Padilla y Bustamante ha diseñado una gama de cócteles con Scwheppes Tónica & Hibiscus. Un mixer floral y muy rompedor que encarna la filosofía de Cola de Gallo (clásicos con un twist para sorprender al consumidor) y que protagoniza el trago estrella del establecimiento: el Jardín Secreto.

Se trata de una versión de un gin tonic a base de ginebra seca, Tónica & Hibiscus, licor de flor de sauco, sirope de rosas, perfume de azahar y frutos rojos, muy refrescante, fácil de beber y en línea con las tendencias que abogan por gin tonics más florales y afrutados. Su nombre es toda una declaración de intenciones: «elaboramos cada copa como un jardinero cuidaría de su jardín», esto es, «con mucho mimo». En esta línea, de sabores dulces y cócteles suaves pero con complejidad aromática, sobresalen también el Spritz de Hibiscus y el Gin Fizz de Hibiscus, ambos con Tónica & Hibiscus en vez de soda.

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