Aunque parezca mentira hay a quienes no les gusta el verano. Y es que a todo el mundo no le apetece tener que hacer cola para poner la sombrilla en la playa o soportar al niño que se tira a bomba en la piscina. Para aquellos que se marean cuando el termómetro sube unos grados y desean con ansia la llegada del otoño, el portal Weekendesk.es, ha preparado una serie de escapadas a los lugares con las temperaturas más suaves y frías de la península.
Lugares y alojamientos donde se tendrán que usar sábanas, incluso manta, para arroparse por la noche.
El Valle de Tena, Aragón
El Pirineo aragonés es una buena opción para quienes busquen huir del calor. Aunque en el verano los termómetros pueden llegar hasta los 40º, por la noche las temperaturas son muy suaves. El norte de la provincia de Huesca es una opción perfecta para desconectar, estar en contacto con la naturaleza y respirar aire puro.
Allí se encuentra el Abba Formigal Hotel, donde tienen un plan formidable para las noches de verano: subir a su terraza panorámica, desde donde se puede admirar la impresionante vista de los Pirineos mientras se toma algo. Eso sí, se necesitará una mantita cuando caiga la tarde.
El Valle de Arinsal, Andorra
A más de 1.200 metros de altitud, Erts, un pequeño pueblo de 400 habitantes de Andorra, es un plan perfecto para los amantes de la montaña. En el valle de Arinsal se encuentra el Hotel Sant Gothard, donde se tienen unas impresionantes vistas a las montañas y del río Arinsal. El alojamiento tiene zona de spa con piscina climatizada y sauna y durante el verano también dispone de piscina exterior y una amplia terraza, ideal para hacer barbacoas.
Picos de Europa, Cantabria
Con temperaturas que no suben de los 24º, la localidad de La Hermida, perteneciente al municipio cántabro de Peñarrubia, es un lugar sensacional para admirar los bellos Picos de Europa. Justo en la entrada al Parque Natural, puedes alojarte en el Balneario de la Hermida, cuyas aguas fueron declaradas mineromedicinales desde mediados del siglo XIX. Un balneario de 2.000 metros cuadrados entre rocas y distribuido en tres espacios te espera para olvidarse del calor.
Serra do Candán, Galicia
¿Y quién no ha soñado alguna vez un verano con mínimas de 13º? Es la temperatura que tienen actualmente en Silleda, en la provincia de Pontevedra, cuya localización ofrece una buena oportunidad para visitar la bellísima reserva natural de la Serra do Candán.
El Hotel SPA Vía Argentum, situado en una finca 27.000 metros cuadrados, es la mejor opción para un fin de semana de pura naturaleza. Desde allí se puede llegar a la Fervenza Do Río Toxa, una cascada de visita obligada para los visitantes de la zona. Lujo y relax gracias al diseño moderno del alojamiento y un completo spa para una escapada refrescante.
Sierra Grazalema, Andalucía
Y por último, el punto donde más llueve de toda España. Y no está en el Norte, sino en el Sur y se trata de la Sierra de Grazalema. En el extremo más occidental de la Cordillera Subbética, cae una media de 2.100 mm de agua al año, que, en ocasiones, ha llegado a superar los 4.000 mm. Y aunque las temperaturas son altas durante el día, ¿qué mejor que pasarlas en un tipo de alojamiento que es el más fresco de la península?
El tradicional cortijo andaluz se edifica tradicionalmente en la Andalucía rural con el fin de soportar el calor extremo gracias a sus materiales de construcción y el color blanco de sus paredes. En el Hotel El Horcajo, un antiguo cortijo situado en el corazón de la Serranía de Ronda, en la provincia de Málaga. Un remanso de paz para evadirte durante las vacaciones.