Con la llegada del verano y las vacaciones propias de esta estación del año, son muchos los amantes de los animales que deciden llevarse a su mascota de viaje con ellos. Un punto en el que su seguridad y la propia logística de transporte se convierten en algo clave. Porque, ¿es posible cruzar el charco con nuestro mejor amigo en avión? ¿Qué necesitamos para hacerlo? ¿Y si escogemos el tren? ¿Cómo evitar que sufran un golpe de calor en el coche?
El comparador de seguros acierto.com ha respondido a estas y otras cuestiones al respecto.
El medio de transporte
Como decíamos, es posible viajar con nuestras mascotas en casi cualquier medio de transporte. Sin embargo, es importante conocer las condiciones que nos ofrece cada uno de ellos y comprobar cómo se adapta a los requerimientos y particularidades de nuestro pequeño amigo. Habrá que tener en cuenta el precio, el lugar o asiento donde viaja y, sobre todo, que su seguridad esté garantizada. Unas consideraciones que llevan a muchos usuarios a decantarse por el coche. De hecho, más de un 85% de los dueños se decantan por el coche para viajar con su mascota. Los adeptos al tren y al avión se reducen al 11,4% y al 3%. Aquí la ignorancia de los usuarios y las restricciones de las propias entidades cobran especial relevancia.
Por ejemplo, Renfe limita su servicio a las mascotas que no excedan los diez kilos de peso. Y para los trenes de larga distancia, además, es obligatorio comprarles su propio billete –cuesta el 25% de la tarifa ordinaria y no incluye asiento–. Esto cambia si viajamos en Preferente u otra clase superior, donde la posibilidad se encuentra incluida en el precio.
Las objeciones que fijan las aerolíneas son parecidas. Además, la documentación y pruebas sanitarias que se llevan a cabo y que son acordes con la legislación del país de destino pueden llegar a condicionar el viaje. En todo caso, todo dependerá de la entidad, pues las hay que permiten viajar a las mascotas tanto en la bodega como en la cabina y otras que solo admiten dos animales por trayecto.
En el caso de los autobuses, muchos circunscriben la presencia de animales al maletero, independientemente de su tamaño. Un lugar en el que nuestro pequeño amigo puede no pasarlo demasiado bien.
Cómo viajar en coche con tu mascota
Pero si nos centramos en el coche más concretamente –dada la clara preferencia de los dueños de mascotas para desplazarse con ellas así– el Reglamento General de Circulación no recoge explícitamente cómo deben transportarse. No obstante, el artículo18 reza que el conductor deberá prestar atención a “la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”. Es decir, solo infrigiríamos la normativa en caso de que el animal nos impidiera movernos correctamente o interfiriese en nuestro campo de visión. Para evitar complicaciones podremos elegir el sistema para llevar a nuestra mascota en el coche que creamos más conveniente –rejillas divisorias, cinturones, transportín–.
Llegado a este momento, algunas de las preguntas lógicas que surgen son: ¿qué pasa si tengo un accidente con mi mascota dentro del coche? ¿Quién se hará cargo de ella si me hospitalizan? Tal y como indica acierto.com, es poco frecuente que una aseguradora incluya en su póliza la recogida de animales. Sin embargo y, por razones obvias, el animal no puede compañarnos en la ambulancia. La primera opción será llamar a algún familiar o conocido para que se responsabilice de él. Si nos encontramos lejos de casa, lo mejor será ponerse en contacto con el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) o con alguna protectora. Algunas comunidades también cuentan con servicios veterinarios para recoger animales heridos.
6 consejos para viajar con tu mascota
En todo caso y más allá del medio escogido, podemos establecer una serie de criterios básicos para viajar con nuestra mascota:
- Informarse: esto atañe al medio de transporte, al destino, etcétera. Una buena idea sería, entre otros, elegir un destino pet friendly, un hotel específico y demás con antelación. De hecho es otra manera de viajar que puede resultar interesante poner en marcha.
- Visitar al veterinario los días previos. Con el objetivo de que se cerciore de que nuestra mascota se encuentra en las condiciones de salud óptimas para afrontar el viaje. También podemos consultarle cuál es el mejor sistema de retención, si existen la posibilidad de darle algún tranquilizante, etcétera. Lo importante es asesorarse bien.
- No darle de comer antes de emprender el viaje; al menos durante las tres o cuatro horas previas. ¿La razón? Que pueden marearse –con todas las consecuencias que puede conllevar que esto ocurra–. En todo caso y con la consulta al veterinario, es posible contener este tipo de situaciones a priori.
- Llevar juguetes con los que se sienta cómodo, un empapador y provisiones. Este primero le ayudará a calmarse, con el segundo evitaremos complicaciones, y la comida y el agua serán clave para cubrir sus necesidades durante la marcha
- Elegir un transportín en el que se encuentre bien y acostumbrarle a él. Va a pasar mucho tiempo dentro y debe contar con el espacio necesario para darse la vuelta y moverse con cierta soltura. Lo ideal es que lo asocie con algo positivo, de manera que resulta conveniente ir acostumbrándolo en casa, con sistemas de premios y similares.
- Fijar descansos. Como en el caso de los niños, viajar con mascotas requerirá que paremos más a menudo –sobre todo si nos desplazamos en coche–. También habrá que tomar precauciones a la hora de aparcar cuando nos detengamos. Si lo hacemos en una vía de servicio, deberemos tener a nuestra mascota controlada antes de abrir las puertas, ya que podría salir del vehículo disparada. Y aunque la parada vaya a ser corta, no deberemos dejarlo nunca solo en el interior del vehículo. Ni siquiera con el aire acondicionado puesto. Es peligroso.