La innovación en tecnología y un diseño inclusivo pueden ayudar a las personas con discapacidades. En este sentido, solo con el trabajo conjunto de la industria se pueden lograr que todas las personas cuenten con las mismas oportunidades.
Por ello, Microsoft ha colaborado con diferentes organizaciones de la industria para desarrollar un estándar de Diseño de Interfaz Humana (HID-Human Interface Design) para pantallas braille. El nuevo estándar, anunciado por el USB Implemementers Forum (USB-IF), permitirá el soporte plug and play para pantallas braille. Dicha norma ha recibido un amplio apoyo de la industria tecnológica, empresas de tecnología de asistencia (TA) y ONGs que trabajan para mejorar la vida de las personas ciegas o con baja visión.
"El braille es la clave de la alfabetización, la educación, el empleo y el éxito de las personas invidentes en todo el mundo", ha declarado Mark Riccobono, presidente de la Federación Nacional de Ciegos de EE.UU. "Un estándar HID para permitir la integración de pantallas braille en todos los dispositivos facilitará a los lectores de braille el uso de esta herramienta fundamental en casa, en la escuela, en el trabajo o en cualquier lugar. Desde la Federación Nacional de Ciegos nos enorgullecemos de ser socio en la colaboración entre empresas de tecnología para hacer del braille una prioridad que cambie el paradigma en el siglo XXI".
La Organización Mundial de la Salud estima que 253 millones de personas tienen alguna forma de discapacidad visual. La tecnología puede desempeñar un papel importante en la creación de oportunidades para esas personas, y todo el sector tiene la responsabilidad de ayudar a crear condiciones equitativas para todos. Además, en la actualidad, los usuarios esperan que la tecnología funcione de forma inmediata en diferentes dispositivos y plataformas.
El trabajo conjunto permite avanzar en la tecnología destinada a personas con discapacidad y crear un escenario mucho más favorable para los proveedores de tecnología de asistencia. La estandarización HID mejorará la implementación de las pantallas braille, disminuirá los costes y los plazos de comercialización de nuevos dispositivos y, en última instancia, potenciará a las personas ciegas y con baja visión. Esto simplificará el desarrollo, eliminando la necesidad de que los dispositivos braille tengan software y controladores personalizados para cada sistema operativo o lector de pantalla en particular.