Todos los apasionados por el Antiguo Egipto tienen una cita ineludible en Madrid esta primavera. Hasta el próximo 27 de mayo, la Biblioteca Nacional acoge la exposición ‘Aida: el Egipto imaginado’, dedicada a la célebre ópera que Giuseppe Verdi estrenó en el Teatro de El Cairo en la Nochebuena de 1871 y que ensalza el Egipto mítico de los faraones.
Talleres
En paralelo a la exposición, la Biblioteca Nacional también acogerá dos talleres: Aida, orígenes del libro exótico, que permitirá a sus participantes adentrarse en el mundo de los exploradores y arqueólogos que en s.XIX viajaron a Egipto; y Caligrafía egipcia antigua, con sesiones de escritura jeroglífica y una introducción a las escrituras hierática, demótica y al copto. Los interesados en participar en estos talleres deberán inscribirse a través de la web de la Biblioteca Nacional.
La muestra ‘Aida: el Egipto imaginado’, que se organiza en paralelo a la programación de la ópera Aida en el Teatro Real, viene a reivindicar dentro de la agenda cultural madrileña la atracción inagotable que ejerce la civilización egipcia sobre el público occidental. Aunque son muchas las razones para viajar hoy en día a Egipto, los turistas españoles tradicionalmente se sienten atraídos por la historia milenaria y la singular estética del Antiguo Egipto.
Sin duda, ‘Aida: el Egipto imaginado’ contribuirá a avivar el interés en torno a un destino turístico que nunca pasa de moda.
Una ópera inmortal
‘Aida’ tiene como argumento el amor imposible entre el guerrero Radamés y una princesa etíope, capturada y llevada como esclava a Egipto. Radamés se encuentra dividido entre su lealtad al faraón y su amor por la princesa. La situación se complica aún más cuando la hija del faraón también se enamora de Radamés.
El encargo de esta obra ambientada en el Antiguo Egipto fascinó a Verdi, quien dio rienda suelta a su creatividad para componer una de las óperas más famosas de la historia. La puesta en escena fue grandiosa, con un gran despliegue escénico y fastuoso vestuario que se encargó a París. El éxito de Aida fue enorme y catapultó la imagen del Egipto mítico dos años después de la inauguración del Canal de Suez (1869).
Aunque el gobernador de Egipto que encargó a Verdi la obra buscaba con este gran montaje mostrar la modernidad de Egipto ante los ojos de Occidente, el poderoso influjo del Antiguo Egipto, sus misterios y colosales monumentos, era demasiado potente. La imagen de Egipto a ojos de los occidentales siguió siendo la de la tierra de los faraones.
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