Con Javier Ramírez Utrilla, Director General de Turismo de Castilla y León, tuvimos la ocasión de hablar durante la presentación en Madrid de la Semana Santa de Castilla y León 2018.
La primera curiosidad, ¿por qué Madrid para presentar y promocionar la Semana Santa de Castilla y León?
Madrid es nuestro principal mercado nacional, y nuestra principal entrada de turismo internacional, porque ese turismo entra por el aeropuerto de Madrid-Barajas. Madrid, por cercanía, por proximidad, por conocimiento es un mercado que supone casi el 30% del total de nuestros turistas nacionales, por tanto son más de 5 millones de personas, un mercado potencial magnífico para nosotros, y creemos que debemos hacer un esfuerzo, aquí en Madrid, para dar a conocer la Semana Santa y toda nuestra oferta turística.
Lo que diferencia la Semana Santa de Castilla y León es la parte más humana, el sentimiento, la emoción….
Javier Ramirez, aunque nacido en Madrid, se siente totalmente castellano y leonés, ya que es en esta Comunidad donde lleva viviendo muchos años, tiene a sus amigos, su familia, su gente…
Este licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, tras su paso por el sector privado, que le proporcionó una visión mucho más global de la situación real del sector turístico y de cuál debe ser la actitud de la Administración, es el responsable de la promoción del turismo de la región más grande de Europa. Y uno de los puntos fuertes del turismo de Castilla León es su Semana Santa…
Háblenos de la Semana Santa de Castilla y León…
La Semana Santa de Castilla y León se ha convertido, ya desde hace años, en la manifestación artística, cultural, religiosa, espiritual…, probablemente más importante de España, además se ha convertido en un momento especialmente importante desde el punto de vista turístico, posiblemente en uno de los más importantes del año para nuestro sector, por el número de turistas, por la repercusión que tiene, y a mí me gustaría destacar fundamentalmente la estrecha colaboración de la Junta de Castilla y León con quienes son los verdaderos protagonistas de la Semana Santa, las Juntas de Cofradías, quienes verdaderamente han sabido entender que más allá de esa dimensión cultural, religiosa y artística, la Semana Santa tiene un efecto turístico y de dinamización económica muy importante, que hay que saber aprovechar y valorar. Por eso trabajamos muy de la mano con ellos, tanto desde el punto de vista promocional, como en el día a día a lo largo del año para convertir estos diez días, no solamente los días de Jueves Santo a Domingo de Resurrección, en un motivo, o si me permite la expresión, en una magnifica excusa para visitar Castilla y León.
¿Qué diferencia la Semana Santa de Castilla y León de otras?
Es muy complicado, yo con independencia y al margen de lo que es el impresionante valor patrimonial y artístico de las tallas, de los pasos, de los entornos monumentales donde se desarrolla, al final creo que lo que diferencia la Semana Santa de Castilla y León es la parte más humana, es el sentimiento, la emoción, el recuerdo, la capacidad de unir a los amigos, a las familias, durante unos días en torno a un ritual religioso, rodeado de arte, de un verdadero museo al aire libre. También, una forma de atracción a muchas familias y a muchas personas de Castilla y León que han tenido por diversos motivos que irse a trabajar fuera, y que a lo largo del año si tienen una cita obligada para volver ,es la Semana Santa. Ese sentimiento, ese recuerdo, esa emoción que viven los castellanos y leoneses con su Semana Santa quizá sea el elemento más diferenciador y quizá sea lo que la hace más especial, al margen, como digo, de lo que es el atractivo cultural, patrimonial de la Semana Santa de Castilla y León.
Debemos de evitar eso de estar todo el tiempo contando turistas
Como director de Turismo, que destacaría del trabajo que se ha realizado en cuanto a promoción de la Semana Santa
Destacar algo en concreto creo que es muy difícil, si creo que, debemos destacar desde el ámbito más turístico, lo que ha sido una extensión, por decirlo de alguna manera, de esa repercusión turística, de ese efecto turístico, no solamente en las grandes Semanas Santas de Castilla y León, que son más reconocidas, y que son las que tienen esa declaración de interés turístico internacional, sino también en pequeños rincones, en los pueblos, en el medio rural, donde se celebran procesiones, tradiciones y costumbres vinculadas a la cultura, vinculadas a la propia gastronomía y que desde el punto de vista estrictamente turístico nos ha permitido extender ese efecto a todo el territorio de la Comunidad, y eso es muy importante. Estamos viendo como en los últimos años el turismo está creciendo en números de viajeros, en pernoctaciones, pero también en términos de turismo rural, durante todo el año. Pero especialmente en esos días, que suponen de alguna manera un termómetro de cuál va a ser la evolución del sector turístico a lo largo del año, en Semana Santa los datos suelen reflejar el anticipo de lo que va a ser, y si que hay un efecto digamos de extensión del atractivo de la Semana Santa a todo el territorio, no solamente a las grandes ciudades, sino al turismo rural, que es también uno de nuestros objetivos y también esa extensión forma parte de unos de nuestros retos de futuro, que es llevar toda esa repercusión turística, no solamente a los cuatro días grandes, del Jueves Santo al Domingo de Resurrección, si no a los diez días que componen una Semana Santa que empieza el Viernes de Dolores y a partir del cual durante esos nueve o diez días se desarrollan multitud de manifestaciones, procesiones, eventos, actos vinculados a la Semana Santa en todas las ciudades y pueblos de nuestra Comunidad.
¿La desestacionalización de la demanda es uno de los principales retos de futuro para el sector?
La estacionalidad de Castilla y León es diferente a la que tenemos a nivel nacional, tenemos una estacionalidad vinculada a los puentes y a los fines de semana, es decir no tanto al verano, a los meses de julio y agosto, como puede pasar en destinos de sol y playa, que están mucho más condicionados por la meteorología; en nuestro caso es más buscar esa desestacionalización de domingo a jueves, por decirlo de alguna manera, a través del turismo de congresos, a través de la formación, a través del turismo de empresas, a través del turismo sénior…, es decir buscando aquellos colectivos que durante esos días entre semana tienen la posibilidad de viajar, y en esa línea estamos trabajando, de hecho tenemos un programa de desestacionalización que va en esa línea, impulsar el atractivo turístico para esos colectivos, y en ese ámbito estamos trabajando con los Convention Bureau de Castilla y León, las oficinas de congresos, para fomentar esa parte turística, es decir la posibilidad de realizar incentivos, de realizar reuniones, congresos; a lo mejor congresos de menor tamaño que en Madrid que quizá están buscando otro tipo de sitios que tengan otra oferta complementaria, instalaciones que tienen buenos servicios y que tienen la facilidad de una ciudad cómoda y que tienen también mucho atractivo turístico, ese es nuestro reto de desestacionalización, no tanto el reto de las estaciones de invierno a verano, si no de entre semana y en ese sentido estamos teniendo buenos datos, en el sentido de que las estancias cada vez se están alargando más, y un dato muy importante es el índice de repetición, somos una de las Comunidades que mayor índice de repetición tiene, es decir gente que repite, que vuelve, estamos en torno a un 70% de índice de repetición, lo cual supone una magnífica noticia, desde el punto de vista del grado de satisfacción, porque si vuelves es porque has tenido una experiencia positiva y en ese sentido el grado de satisfacción es alto. El boca a boca funciona muy bien, ya tenemos posibilidades de multiplicar ese mensaje exponencialmente a través de las redes sociales, ya no dependemos tanto de la intermediación turística, y por tanto ese contacto directo con el público, y ese grado de satisfacción, nos está haciendo crecer y tener unos datos muy buenos en el último año, y hemos empezado el año 2018 también bien.
Hemos superado el millón ochocientos mil turistas internacionales, la mejor cifra histórica
¿El mercado turístico de Castilla y León es principalmente nacional?
Fundamentalmente es turismo nacional, estamos en un porcentaje en torno al 80% de turismo nacional y el otro 20% de turismo internacional, pero es verdad que estamos creciendo mucho en turismo internacional, el año pasado superamos el millón ochocientos mil turistas internacionales, la mejor cifra histórica, crecimos muy por encima de la media nacional, lo cual es importante y estamos consiguiendo que determinadas propuestas turísticas, o productos turísticos, tengan mucha demanda en el mercado exterior y tengan demanda, desde el punto de vista de nuestra política de impulsar la calidad turística, de buscar un perfil de turista que genere gasto. Debemos de empezar a evitar estar todo el tiempo contando turistas, aquí lo importante es que vengan turistas que generen repercusión económica, que generen gastos, que tengan una rentabilidad empresarial, y en ese sentido nosotros contamos con una oferta que se adapta muy bien a esas características. Por poner un ejemplo, las rutas del vino, el enoturismo, es un producto que está funcionando magníficamente, cada vez tiene más turismo internacional y una mayor demanda en mercados como Alemania, Norteamérica, o de Asia-Pacífico, donde las rutas del vino tienen una aceptación tremenda y donde nos permite captar a un turista que tiene un nivel adquisitivo medio y medio-alto y que, por un lado no genera incomodidad a los residentes, cosa que en algún que otro sitio si está pasando, y por otro está favoreciendo mucho el desarrollo del sector a través de la generación de gasto y de impacto económico, que el año pasado en el conjunto del año, el sector turístico generó más de 2.000 millones de euros en Castilla y León, lo cual va muy en la línea de lo que es esa apuesta de un modelo de desarrollo turístico que está más basado en la calidad que en la cantidad, buscando un perfil de turista que responda también a las características de nuestra oferta, una oferta de mucha calidad patrimonial, monumental, con un importante nivel cultural y, por tanto, da muy buena respuesta a ese tipo de demanda que se corresponde luego con ese grado de satisfacción que comentábamos antes.
Las rutas del vino, es un producto que cada vez tiene más turismo internacional
¿Para Javier Ramirez por donde pasa el futuro del turismo?
Creo que el futuro pasa por la especialización, por hacer trajes a la medida de lo que la gente quiere, al final estamos viendo como esta creciendo mucho el tipo de turista que busca cosas muy específicas, muy singulares, muy especializadas y productos que mueven también ese perfil de turista, por poner un ejemplo en el ámbito de la naturaleza, el turismo ornitológico es un tipo de turismo que nos está funcionando muy bien para la potenciación del medio rural, y estamos comprobando como hay operadores internacionales que están especializados en ese tipo de turismo. Y el poder tener contacto con esos operadores en Ferias como la de Rutland, en Birmingham, en Reino Unido, luego nos lleva a que multitud de grupos, de autobuses de esos operadores vienen a Castilla-León, porque quieren ver la cigüeña negra en Arribes Del Duero, o un buitre leonado… o porque quieren ver cosas muy específicas, ese es el tipo de turismo, cada vez la gente quiere algo más específico, el micoturismo… ese tipo de turismo de productos muy especializados que son los que nosotros estamos trabajando.
¿Cuáles son los productos turísticos fuertes de Castilla y León?
Nosotros tenemos dos productos fuertes por excelencia, que es por lo que somos reconocidos, que es el turismo cultural, y el turismo monumental ligado al patrimonio, y por otro lado el turismo de naturaleza, vinculado al turismo natural, al turismo rural y al turismo activo, que también nos está funcionando muy bien, gente que quiere hacer deportes de aventura, tirolina, descensos en piragua, esos son los dos grandes puntos fuertes y queremos añadirles un tercero que digamos que son esas propuestas singulares, muy específicas de productos que tenemos en Castilla-León, que para poder verlos hay que venir aquí, otro ejemplo, el turismo minero, todo el tema de posibilidad de visitar antiguas minas, yacimientos…
¿Y funciona bien?
Sí, está funcionando muy bien, porque hay mucha gente que le resulta curioso y cada vez tiene más atractivo lo que es diferente, lo que es singular y que no se puede ver en otros sitios… Una catedral, por ejemplo, se puede ver en más sitios, pero hay determinadas cosas que sólo pueden verse en un destino, y por tanto esa singularidad y esa especialización del producto es el reto y creo que por ahí pasa el futuro. Porque al final la gente cada vez es más exigente, tiene más herramientas de información y quiere buscar cosas más específicas.