El hotel con encanto Relais & Châteaux A Quinta da Auga, un remanso de serenidad campestre a solo 3 kilómetros del casco histórico de Santiago de Compostela, es desde su apertura en 2009 un pionero en materia de responsabilidad social y medioambiental. El establecimiento incorpora instalaciones de última generación que consiguen la máxima eficiencia y ahorro energético, como un suelo radiante alimentado por energía geotérmica y paneles solares que le ha permitido reducir el consumo medio por habitación un 50%.
Además, su restaurante Filigrana ofrece una carta protagonizada por los productos ecológicos y de kilómetro cero y, en su spa, el cliente puede elegir entre diversos tratamientos con productos de cosmética biológica y origen vegetal.
Ahora, la propiedad ha querido sumarse a La Hora del Planeta, una iniciativa mundial impulsada por la organización WWF que se celebra anualmente el último sábado de marzo (este año, el día 30) como símbolo de lucha contra el cambio climático. Sensibilizados con la necesidad de reforestación de la zona, tras los devastadores incendios que asolaron los montes de Galicia el pasado año, María Luisa García, su marido José Ramón Lorenzo y su hija Luisa Lorenzo (propietarios de A Quinta da Auga) han decidido poner su grano de arena y donar tres euros de cada estancia que se realice en el mes de marzo, que serán destinados a comprar castaños autóctonos y plantarlos en una finca de su propiedad, situada a menos de un kilómetro del hotel. En palabras de Luisa Lorenzo, directora del hotel, «hemos puesto en marcha esta acción para concienciar a la sociedad en la necesidad del cuidado del planeta, y más después de los graves incendios de este verano en Galicia».
En otoño, cosecha de boletus y castañas
Se trata de castaños micorrizados procedentes de Hifas da Terra, un centro de investigación con sede en Pontevedra especializado en micología aplicada. Su equipo de científicos estudia los hongos para utilizar sus beneficios en dos ámbitos principales: la mejora de la salud de las personas y la rehabilitación medioambiental. Una de sus líneas de éxito es la creación de un vivero de árboles micorrizados, entre los que se encuentran estos castaños inoculados en la raíz con los hongos adecuados para producir Boletus edulis y seleccionados para la producción de castañas de gran calidad (con un calibre especial, más grande). Generan una gran riqueza económica en la zona donde se plantan –su productividad en un terreno apropiado a los quince años de plantación alcanza los 6.100 €/ha/año, entre setas, castañas y madera–, ya que además son resistentes al fuego y a la enfermedad de la tinta (la más grave que afecta a esta frondosa).
La idea original de A Quinta da Auga era regalar un árbol a cada uno de sus clientes, pero la descartaron por diversos motivos: en primer lugar, porque se trata de una especie autóctona que no podría desarrollarse adecuadamente en determinadas zonas, y, en segundo, porque los ejemplares listos para ser plantados tienen un metro de altura como mínimo. Con el asesoramiento de Hifas da Terra, se optó entonces por el donativo de un porcentaje de cada reserva equivalente al importe necesario para comprar y plantar en sus terrenos uno de estos árboles micorrizados. La plantación estará muy cerca del hotel y los frutos se recogerán en los próximos otoños para ser utilizados en la carta del restaurante Filigrana siguiendo la filosofía de cocina de kilómetro cero de los Relais & Châteaux: «del árbol a la mesa».
Un hotel ecosostenible
La sostenibilidad del entorno y la sociedad en que se ubican es uno de los pilares de los establecimientos con el sello Relais & Châteaux, la selecta familia hotelera y marca de calidad y excelencia a la que pertenece A Quinta da Auga desde sus inicios. El hotel, ubicado en un entorno natural privilegiado, arropado por la frondosidad de una finca de una hectárea en la que lo único que se escucha es el suave sonido del agua, fue diseñado desde una vocación de respeto medioambiental y ahorro energético, para lo que se sirve de las nuevas tecnologías. En paralelo, ha sabido conservar y potenciar un entorno y un conjunto de arquitectura del siglo XVIII que constituyen un alarde de tecnologías de otra época. El objetivo es ofrecer a sus clientes una experiencia 100 % ecológica para disfrutar del máximo placer y bienestar reduciendo al mínimo la huella de carbono y el impacto en la naturaleza.
En el momento de su construcción se incorporaron a las instalaciones 15 placas solares, un sistema de mico-cogeneración que produce electricidad y agua caliente por combustión de gas y un método de climatización por suelo radiante, alimentada a través de un sistema de pozos, que consigue un considerable ahorro de consumo energético. Además la iluminación está diseñada en las zonas de paso con encendido de tipo presencial y, en otras estancias, por luminarias de bajo consumo. El calor disipado por la demanda de refrigeración del hotel se aprovecha para el calentamiento del SPA. A Quinta da Auga ofrece, gracias a todo ello, una reducción del consumo respecto a otros establecimientos hoteleros y ha sido puesto como ejemplo de sostenibilidad medioambiental por la Organización Mundial del Turismo.