Hoy se inaugura en CentroCentro la exposición Charivaria. Comisariada por José Luis Espejo y Andrea Zarza, la muestra se apoya en recursos sonoros, visuales, documentales, de archivo y plásticos, para proponer varios relatos sincrónicos que abarcan desde los inicios de la Edad Moderna en Europa hasta la actualidad. Estos relatos se centran en el trabajo de los herreros, las campanas, las cencerradas, la fiesta, la protesta, la música mendicante, los carnavales y ritos, para sugerir genealogías hipotéticas sobre el uso del sonido como forma de posicionarse en el espacio público.
La muestra se puede ver en la 5ª planta de CentroCentro desde el 6 de octubre hasta el 28 de enero de 2018, con acceso gratuito. Contará además con un programa de visitas y actividades que se desarrollará a lo largo de los próximos meses.
“La exposición tiene dos recorridos simétricos, con dos introducciones también simétricas y una conclusión. En total son 12 salas, dos de introducción y otras diez que van ordenadas por conjuntos temáticos, en ningún caso llevan un orden histórico, es totalmente sincrónico y aunque es una exposición que trata sobre sonido, tiene distintos medios, es decir hay reproducciones de prensa, de óleo, audios, documentación, fotografía…” así lo explica José Luis Espejo, uno de los comisarios de la muestra.
“Todo está tratado desde una perspectiva de mostrar lo que suena, aunque sea dentro de una obra visual, por ejemplo, tenemos una serie de grabados que se llaman ‘los gritos de Madrid’ y muestran a personas que ocupaban espacio en la calle por su trabajo o por cualquier tipo de razón, y los gritos que emitían para vender su producto, es decir, aunque tratamos la obra en cuanto que es visual pero extraemos la parte sonora, focalizando en la parte sonora.” Andrea Zarza es la otra comisaria, que nos explica el porqué de la exposición.
CHARIVARI
Los diccionarios de la lengua española y las enciclopedias, cuando registran la palabra, la dan como de origen francés y alguna enciclopedia (2) indica, de modo categórico, que es equivalente a la castellana cencerrada. Es decir, la definición del charivarique se lee en los viejos léxicos galos y bajo latinos, se puede aplicar a la indicada voz hispana en tanto en cuanto alude, sobre todo a un ludustinnitibus et clamoribusvaríis, quibusilluduntiis. aui ad secundas convolantnuptias(3). Dejando a un lado la cuestión de cuál sea la etimología de charivari, de charivariumy de las formas chalvaricum, chalvaritumo charavalliumque recoge Du Cange (4). o las otras de las hablas de Francia, como chalivali, hay que aceptar que en tierras de habla castellana existe la costumbre expresada por ellas y que, por el nombre, se le da un particular sentido auditivo en relación con determinado instrumento que es el cencerro y con el ruido, nada armonioso, que este produce.
(El charivari en España/Julio Caro Baroja)
Herreros, cencerros, protesta y fiesta
La exposición parte de la idea de que el sonido es indelimitable, como define el escritor Pascal Quignard, “no entiende ni de paredes ni de tapices” y atraviesa lo público para introducirse en lo privado y viceversa.
A través de un recorrido histórico, utilizando grabados, reproducciones de pinturas y documentos de archivo, la muestra saca a la luz los primeros oficios expulsados a los límites de las ciudades a causa del sonido que emitía su trabajo –caldereros, herreros, latoneros, cuchilleros y chisperos– y la apropiación por parte de las clases populares de estos ruidos prohibidos.
Calderos, sartenes, cacerolas y cencerros han sido herramientas básicas de la protesta sonora desde el siglo XVII en Europa, tanto en el contexto rural como en el urbano, contra los que incumplían las normas comunitarias. El título de la exposición, Charivaria, hace referencia precisamente a uno de estos usos, la cencerrada (conocida en francés como charivari), la costumbre popular de humillar con ruido.
Una sección central de la exposición está dedicada a mostrar el trabajo de músicos y artistas que toman la calle como escenario para construir identidades subalternas, históricamente asociadas a la pobreza. Un último apartado se centra en el sonido como medio fundamental de carnavales, festividades invernales, solsticios y procesiones en distintas culturas europeas.
Volviendo al origen…
¿El ruido es solo ruido?
Quizá cuando salgas de la exposición Charivaria oigas de otro modo…
Nos lo cuentas…
Los comisarios…
Andrea Zarza (1986) es archivera y licenciada en filosofía. Nacida en Madrid, desde 2011 vive en Londres donde trabaja como comisaria en el archivo sonoro de la British Library. Ha trabajado con el archivo del London Musicians' Collective en UniversityoftheArts London Archives and SpecialCollections Centre, en el Deep ListeningInstitute (Kingston, NY, U.S.A.) y en Pacifica Radio Archives (Los Angeles, CA, U.S.A.). Su sello discográfico Mana Records, llevado junto con Matthew Kent, se dedica a publicar obras que se encuentran en la intersección del sonido contemporáneo y de archivo.
José Luis Espejo (1983) es comisario, investigador y docente. Ha estudiado historia del arte en Madrid, Buenos Aires y Oxford y en los últimos años ha centrado sus investigaciones en las relaciones entre el arte y la cultura de la escucha. Ha comisariado los ciclos de conciertos Archipiélago en el Museo Reina Sofía y Arrecife en CentroCentro y co-comisarió las cinco instalaciones site-specific en espacios públicos que formaron parte de EntzumenBehatokia / Observatorio de la Escucha en el marco de la Capitalidad Europea de la Cultura Donostia - San Sebastián 2016. Previamente, realizó Resonancia, también en el Museo Reina Sofía, donde se analizó la reverberación del edificio con seis conciertos.