La nueva configuración del Gran Meliá Fénix incluye un restaurante y el rediseño de sus habitaciones Red Level con bañeras de cuento, un interiorismo más fresco y actual, una suite de 200 m² y guiños a sus siete décadas de aristocrática historia.
El restaurante Aduana arranca con una propuesta mediterránea y boutique con vistas panorámicas al Paseo de Recoletos y la Biblioteca Nacional.
La sobria arquitectura neoclásica y la elegancia que ha caracterizado al hotel Gran Meliá Fénix durante sus siete décadas de existencia se refuerza esta nueva temporada con una completa reforma que actualiza su clásico encanto british.
El resultado aporta una nueva frescura y claridad en el diseño de gran parte de las habitaciones, una renovada y exclusiva zona Red Level, mucho más lujo en los baños y un restaurante íntimo y casi secreto, Aduana, que mira a Madrid con espíritu mediterráneo desde la última planta.
Gran Meliá Fénix, uno de los tres hoteles en Madrid miembros del selecto The Leading Hotels of the World, ha llevado a cabo durante el 2017 una reforma completa de gran parte de sus habitaciones. En total se estrenan 56 estancias, incluyendo todas las suites y la Suite Presidencial. El Estudio de Arquitectura de Álvaro Sans, encargado del rediseño, ha profundizado en la nueva línea de la marca Gran Meliá que ya se puede disfrutar en los hoteles Gran Meliá Roma y Gran Meliá Palacio de los Duques.
Sin dejar de lado la sobriedad y la elegancia características de Fénix, con su reconocible estilo inglés, Sans ha decidido pasar de los tonos ocres y oscuros protagonistas en telas y doseles a un nuevo decorado de materiales y telas en tonos blancos y crudos. En las habitaciones, el cambio principal es de estilo, que pivota de clásico a moderno con soluciones como el cambio de las telas que cubrían las paredes por murales lisos y blancos. Por su parte, el dosel ha dejado paso a cabeceros más modernos y se ha incorporado el walking closet en las One Bedroom Suites.
La remodelación también se ocupado de modernizar los materiales constructivos del hotel y de cambiar significativamente el aspecto de los baños. Toda la grifería de las nuevas habitaciones es de la marca de lujo Hand Grohe y las habitaciones Red Level cuentan con ducha de gran tamaño en 3 posiciones (bañera, ducha de mano y ducha cascada).
En las suites, además, se incorporan bañeras exentas que permiten la posibilidad de disfrutar de los canales televisivos al tener cristal transparente.
Este restyling se ha detenido muy especialmente en las habitaciones Red Level que cuentan además con un lounge privado en la Planta Red Level. En todas ellas, suites con vistas panorámicas, terraza e hidromasaje privado, se ha aplicado el nuevo diseño. La Presidential Penthouse Suite Red Level ha acogido a grandes personalidades de la realeza europea e internacional y a personajes de primera línea en el ámbito político, económico y cultural.
Valorada por los ilustres huéspedes por la calidad de sus instalaciones, sus servicios y privacidad, la suite presidencial Penthouse Red Level es un refugio único de más de 200 m² en pleno corazón de Madrid.
Aduana, cocina abierta con grandes vistas a Madrid
La segunda gran novedad de esta renovación es la apertura del restaurante Aduana en la séptima planta del Gran Meliá Fénix. El nuevo comedor, bautizado así en recuerdo del lugar del que partió Colón con destino a América en Palos de Moguer, exhibe con orgullo una cocina de mestizaje mediterráneo. Lo podrán disfrutar cada día un número privilegiado de comensales que quieran alejarse de las aglomeraciones -16 podrán regocijarse en el interior y 16 en la terraza- y tener unas vistas únicas sobre la plaza Colón, en la que confluyen los centros financiero, turístico y de la industria del lujo en Madrid.
La cocina tiene una base mediterránea a la que se le añaden toques exóticos y frescos. El chef ejecutivo Miguel Martín, con tres lustros de experiencia en los fogones del hotel, mima los productos de temporada con platos como Txangurro a la donostiarra, Panaché de verduras y queso de Idiazabal o Pluma ibérica lacada y con delicias de verbena.
La carta reserva también un espacio para la clientela internacional, en la que Martín confiesa haberse inspirado para elaboraciones como las estadounidenses y sureñas Ostras Rockefeller, el Caviar de Riofrío con blini ruso, la oriental Lubina salvaje al vapor de verduras, jengibre y arroz con leche de coco, la Causa limeña de atún rojo o el Tiradito de salmón noruego con mango en ceviche.
Un edifico neoclásico en el Paseo de la Castellana
Una joya neoclásica, el Gran Meliá Fénix está enclavado en el Paseo de la Castellana y da entrada a los jardines del Paseo de Recoletos. Se levanta sobre un majestuoso edificio del siglo XIX en el que a nada más entrar se aprecia un lobby de estilo clásico, una escalinata y el aristocrático salón de la rotonda, coronado por una imponente cúpula de cristal en tonos azules, blancos y amarillos. Al pasar el lobby y bordear el patio central se accede a un espacio con hechuras de salón de una casa solariega inglesa.
Esa acogedora estancia de paredes de madera es Dry Martini, de Javier de las Muelas. Los sillones y sofás de terciopelo, las telas cargadas de gran belleza cromática y los lienzos de las paredes hablan de la cultura y la sociedad del Madrid de las últimas siete décadas. El hotel, inaugurado en 1953 por Gregory Peck tiene una larga historia como establecimiento elegido por los personajes más célebres que visitan la capital, como Los Beatles en la década de los sesentas.