El enoturismo ocupa una posición privilegiada en los planes de cualquier viajero. También en verano, dada la amplia variedad de tipologías de propuestas que ofertan las bodegas. Entre ellas destaca la diseñada por Bodegas Pagos de Leza, en Rioja Alavesa, que ha sido recientemente reconocida con la mención especial en la categoría de ‘Mejor Bodega Abierta al Turismo’ de los III Premios de Enoturismo ‘Rutas del Vino de España’, un galardón que viene a refrendar la labor de la bodega en términos de promoción de los valores de Rioja Alavesa siempre de la mano de un producto de calidad como es su amplia gama de vinos, la oferta gastronómica en su restaurante Ángel Santamaría y el enoturismo en todas sus vertientes.
El verano es sinónimo de ocio, de destinar unos días a disfrutar de alternativas diferentes que se materialicen en experiencias inolvidables. Eso es precisamente lo que buscan los viajeros ‘slow’, una modalidad turística que invita a vivir un territorio desde sus raíces, fusionándose con él y con todo su potencial, materializado en patrimonio, naturaleza y gastronomía, entre otros elementos. Para ello se proponen alternativas que permitan sacar el máximo partido al destino de forma sosegada, exprimir al máximo cada visita y perderse para descubrirlo a fondo.
Una de las opciones por excelencia a la hora de planificar un viaje es el enoturismo, una vertiente de escapada versátil, que conjuga territorio y cultura vitivinícola, dando como resultado un elenco de experiencias complementarias de calidad. Actualmente son muchas las entidades que facilitan la elección de este tipo de alternativas: entre ellas se encuentran Bodegas Pagos de Leza, una referencia en este ámbito para descubrir las posibilidades de Rioja Alavesa, una de las comarcas vitivinícolas por excelencia.
El catálogo de experiencias de Pagos de Leza está diseñado para ofrecer sensaciones que van mucho más allá de la visita lineal a la bodega. Entre sus propuestas se encuentran, por ejemplo, catas y maridajes especiales de vino y chocolate o queso, ambas de aproximadamente tres horas de duración y en las que los participantes sentirán despertar todos sus sentidos.
La gastronomía es otro elemento destacado, por ello se ofrecen sesiones de showcooking y talleres de cocina, o bien almuerzos entre cepas mientras se disfruta de la naturaleza en su máximo esplendor. También existe la posibilidad de ser ‘enólogo por un día’ compartiendo los secretos de los profesionales de la bodega, la técnica, propiedades de la barrica e, incluso, haciendo coupages con diferentes tipos de vino. En época de vendimia existe la opción de participar en la recolección más especial, en la que los racimos se recogen de noche para elaborar unos vinos de edición limitada: los P. Numbra.
Además, quien quiera explorar la vertiente más artística del vino, podrá participar en las visitas teatralizadas, que se desarrollan desde agosto a diciembre, o bien en la propuesta ‘Un vino, un paisaje y un lienzo’, en la que se ofrece disfrutar de naturaleza y arte armoniosamente en un paisaje inigualable entre viñedos para retratar el entorno mágico de Rioja Alavesa. Viernes enoculturales, aperitivos poéticos o juegos para buscar un tesoro escondido entre viñas y barricas son otras de las posibilidades con las que cuenta la bodega, siempre abierta a la innovación y la incorporación de sorpresas para sus visitantes, galardonada con la mención especial a Mejor Bodega abierta al Turismo en los III Premios de Enoturismo Rutas del Vino de España gracias a su completa oferta.
Su objetivo no es otro que el de dinamizar el enoturismo y convertirse en un receptivo de viajeros en búsqueda de experiencias inolvidables, premisa que cumple a través de las mencionadas iniciativas, que siguen incrementándose paralelamente al crecimiento que experimentan sus vinos.