El próximo 3 de mayo, el Teatro Español acogerá el estreno de La cantante calva, una coproducción del espacio municipal junto con Pentación Espectáculos, que estará en cartel en la Sala Principal hasta el 11 de junio. La puesta en escena de una de las obras cumbres del teatro del siglo XX, y una de las más representativas del llamado teatro del absurdo, cuenta con la dirección de Luis Luque y un reparto de excepción integrado por: Joaquín Climent, Helena Lanza, Adriana Ozores, Javier Pereira, Carmen Ruiz y Fernando Tejero.
El sexteto de actores dará vida a esta “comedia que es en sí misma una gran tragedia”, como la calificó el propio Eugène Ionesco, y cuyo germen procede del intento del autor por aprender inglés a partir de un manual que, lejos de enseñarle el idioma, le propinó una serie de frases sin sentido llenas de estereotipos y afirmaciones absurdas. Esta incomprensión anecdótica inspiró una fábula que habla del vacío existencial a través de la crítica mordaz encarnada en “una sociedad burguesa aburrida, llena de clichés, hilarante y trágica, como un enorme colador donde el tiempo es inútil o se vuelve loco”, como señala Natalia Menéndez, responsable de la traducción y versión del texto.
Luis Luque, quien repite como director en una producción del Teatro Español (en 2015 estrenó en las Naves del Español El Señor Ye ama los dragones, de Paco Bezerra), afirma que La cantante calva es una obra que “fue y sigue siendo vanguardia” y califica la obra de Ionesco como “un teatro de advertencia social”, que hoy en día sigue más vigente que nunca. “De ahí la urgencia de volver a despertar a la cantante, que su nocanción vuelva a recordarnos el galimatías social en el que nos encontramos y que nos deja tan perplejos y tan desorientados”, afirma Luque.
Eugène Ionesco fue uno de los dramaturgos más singulares e innovadores del siglo XX, de un humor mordaz y agudo, que consiguió trasladar al medio escénico las técnicas expresivas procedentes del surrealismo. La cantante calva, su primera obra teatral, estrenada en París en 1950, lleva desde entonces siendo representada ininterrumpidamente en Francia y se ha convertido en una de las piezas más representadas de todos los tiempos en la escena europea.