Cuando hablamos de la República Dominicana es inevitable no pensar en sus interminables playas azules de arena blanca, paraísos llenos de cócteles, palmeras…, pero conocer el arte y la cultura de un país es saber más de su gente, sus costumbres y también de la sensibilidad de los artistas que lo han creado. La artesanía en República Dominicana es un oficio exquisito y noble para muchos lugareños de este país caribeño.
La artesanía de República Dominicana se ha convertido en algo único y en una de las expresiones artísticas más representativas del país
Es una rica manifestación que conjuga una variedad de técnicas, contenidos y tradiciones. En ella predominan una infinidad de objetos, entre ellos, los elaborados con motivos taínos. En cuanto a las joyas tradicionales y típicas del país, están las piezas elaboradas con ámbar, larimar (una preciosa piedra que solo se encuentra en República Dominicana), hueso, cuernos y jícara de coco…
El ámbar dominicano
El ámbar dominicano es considerado el más rico del mundo y con él artesanos y artistas elaboran preciosas figuras para el deleite de viajeros y turistas. Tiende a presentarse en numerosos colores muy brillantes con una variedad verdaderamente hermosa e insuperable. Dentro de los mismos encontramos amarillo, opaco, blanco, rojo, negro, verde, azul, plateado, rosado y púrpura. El ámbar dominicano procede de una resina fósil del árbol del género Hymenaea del período geológico terciario, y, según los científicos, es uno de los más codiciados del mundo. En él se pueden encontrar fósiles de fauna y flora autóctona elevando su autenticidad. Las fuerzas magnéticas y la energía positiva de las que se cree está dotada esta piedra semi-preciosa ya impulsaron a los habitantes primitivos a utilizar esta joya para ahuyentar las fuerzas y corrientes negativas. El ámbar de esta nación antillana ha sido utilizado como excelente materia prima en la elaboración de delicadas figuras decorativas y exquisitos objetos de joyería que reflejan todo el esplendor y la belleza de esta piedra preciosa. La creación quisqueyana se centra, sobre todo, en la joyería, con la producción de preciosos collares, hechos en diferentes diseños y formas y con ámbar de variados colores, siendo el azul y el color champaña los más cotizados.
Maravillosos pendientes y broches con inclusiones fósiles, incrustados en oro y plata, elegantes pulseras y aretes muy finos que son muy preciados en todo el mundo como elementos decorativos personales. Otras creaciones muy originales y deseadas son pequeñas esculturas en forma de animalitos como elefantes, peces, tortugas, buhos, ranas o gatos. Una buena muestra de lo que ha supuesto el ámbar para los dominicanos a lo largo de los años, la podemos encontrar en el Museo Mundo de Ámbar ubicado en la zona colonial de Santo Domingo, en una construcción del siglo XVII.
En las zonas rurales y urbanas la sensibilidad artística del pueblo dominicano se manifiesta en la producción de este arte menor. Se puede encontrar gran variedad de artículos de la industria artesanal dispersos por calles, arterias y los principales centros comerciales de Santo Domingo.
El turista puede deleitarse paseando por los atractivos mercados y calles de la capital como el Mercado Modelo, la Plaza Criolla, la calle El Conde, Las Atarazanas y la Casa de Bastidas donde es posible elegir entre una gran variedad de artículos como objetos de cuerno, cuero, concha de caracol, ámbar, larimar, alfarería, cerámica o cestería.
Los adornos y objetos elaborados con madera y palma, la cerámica o las telas de algodón bordadas son, igualmente, demandados por el visitante.
La variedad de colores y formas es casi infinita y muy atractiva para los ojos.
El ámbar dominicano es considerado el más rico del mundo
Las pinturas naïf al óleo, cuyo origen lo encontramos en el vecino Haití han hecho de sus cuadros otros de los objetos más característicos de República Dominicana, cuyos artistas han incorporado llamativos elementos y motivos propios que les dan personalidad y atractivo. Las obras de las galerías de arte, por ejemplo, en la ciudad de los artistas de Altos de Chavón, en La Romana, son muy demandadas y apreciadas por los compradores más selectos.
Los amantes de la escultura quedarán cautivados por la belleza de las figuras de caoba, de las máscaras de los diablos cojuelos o por las lindas cajitas de música que tocan merengue, ritmo típico de esta tierra.
Las muñecas de Limé forman también parte de la artesanía de República Dominicana. De rostro anónimo, con vestido largo, cargando aguas en tinajas, vendiendo frutas u ofreciendo flores, o con la cabeza cubierta por un pañuelo, han tenido, por su calidad artística y técnica, una fuerte demanda tanto nacional como internacional. Así estas muñecas se han convertido en un verdadero símbolo para el país.
Otra piedra muy preciada en la artesanía de este pueblo es el larimar, también considerada como piedra preciosa, denominada turquesa dominicana.
El barro, la porcelana, la madera, el cuero o la cabuya sirven de base para elaborar también artículos y diversas figuras decorativas que se encuentran en las casas de los lugareños.
La herencia de distintas culturas
Gracias a la herencia española, africana y taína, la artesanía de República Dominicana se ha convertido en algo único y en una de las expresiones artísticas más representativas del país. Poco a poco los dominicanos han ido conformando su propia identidad de la mano de los grupos étnicos que han estado en el pasado en la isla e incluso, han llegado a convertir la artesanía en una forma de vida que ha trascendido de generación en generación.
En la capital del país, Santo Domingo, se localizan los mercados y calles más concurridos
En la capital del país, Santo Domingo, se localizan los mercados y calles más concurridos: el conocido Mercado Modelo en la Avenida Mella, la Plaza Criolla, la calle El Conde, Las Atarazanas y la Casa de Bastidas. Estos son los lugares elegidos para el comercio turístico, que cada día atraen a visitantes y productores artesanales nacionales que compran y exponen, respectivamente, una gran variedad de artículos elaborados a mano a precios asequibles.
Los productos artesanales más característicos evocan las costumbres y tradiciones de sus gentes, desde las muñecas de barro Limé sin rostro pero con alegres y coloridos trajes típicos dominicanos hasta todo tipo de cestería elaborada con fibras de cañas y guano, pasando por pequeñas figuras religiosas talladas en madera reconocidas por la UNESCO.
En Samaná, el mejor lugar para ir de compras es el centro de Las Terrenas. Allí los visitantes encontrarán una gran variedad de artesanía local que va desde preciosas piezas de joyería hasta trabajos en madera hechos a mano que son una obra de arte.
En definitiva, la artesanía dominicana debería ocupar un lugar en la memoria del viajero al igual que esas playas paradisíacas, pues no cabe duda de que estamos ante algo singular que bien merece un espacio en la lista de cosas que ver en un viaje a la República Dominicana.