Capital de Europa, capital de Bélgica, capital de Flandes… y aún sigue conservando su ritmo tranquilo y acogedor.
¿Quién no ha oído hablar de la Grand Place, a Grand Place, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco, y descrita por Victor Hugo como la plaza más hermosa del mundo.
Grand -Place
Se ha derramado mucha tinta sobre la Grand-Place. Y no es de extrañar, ya que durante siglos ha cautivado a artistas y visitantes. Está limitada por unas casas gremiales del s. XVII y un ornamentado Ayuntamiento del siglo XV. A pocos metros, se encuentra una de las figuras más controvertidas de la capital: el Manneken-Pis. Cuenta la leyenda que, con su gesto, apagó la mecha de una bomba destinada a la monumental plaza. Sin embargo, para los bruselenses personifica su carácter irreverente.
En este mismo perímetro, se alzan las Galerías Reales de Saint-Hubert. Datan de 1847 y, bajo su sublime cristalera, se dan cita las mejores marroquinerías, chocolaterías y boutiques de la capital.
Atomium
Construido con motivo de la Exposición Universal de 1958, el Atomium no tenía que durar más de 6 meses, pero su popularidad y su éxito lo convirtieron en un elemento importante del paisaje bruselense. Con una altura de 102 m, su armazón de acero de 2.400 toneladas contiene 9 esferas unidas entre ellas y revestidas de aluminio. Representa los 9 átomos del cristal de hierro, una referencia a las ciencias ―tema importante de la Expo 98― y a los usos del átomo en pleno desarrollo durante esta época.
Es importante conocer los tópicos, pero para sacar todo el jugo a esta ciudad, que no deja de sorprender, proponemos las siguientes e imprescindibles paradas:
Acercarse al mirador del Palacio de Justicia para tener una vista de la ciudad dominada por la torre del Ayuntamiento.
Tomar el ascensor de la calle para llegar al mercadillo diario de la Place du Jeu de Balle.
Hacer una parada en la place du Sablon para comer algo, curiosear en los anticuarios, entrar en la iglesia en la que se casó Bruegel y acabar merendando en una de sus maravillosas bombonerías
Visitar el Mont des Arts y elegir qué museos visitar: Arte Antiguo, Arte Moderno, Magritte, Fin de Siècle, Instrumentos Musicales, Palacio de Carlos V…
Pasar por las Galerías Saint Hubert, las primeras galerías cubiertas de Europa, y pararse frente a la tienda de Neuhaus: ahí se inventaron los bombones hace más de 100 años
Acercarse al Museo del Cómic, un edificio modernista de Victor Horta. El hall es una maravilla
Seguir paseando por la ciudad descubriendo las innumerables fachadas pintadas con escenas de cómic
Acercarse hasta la zona del canal y conocer el MIMA, un original museo de arte iconoclasta
Alquilar una bicicleta y recorrer la ruta Art Nouveau para descubrir los impresionantes edificios modernistas de la capital
Entrar en el centro cultural BOZAR, un espacio fascinante en el que siempre hay alguna exposición o concierto que merece la pena
Descubrir la galería de dinosaurios mayor de Europa en el Museo de Ciencias Naturales y hacer un picnic en el parque del Cincuentenario
Visitar una fábrica tradicional de cerveza: Cantillon
Deambular por la calle Antoine Dansaert contemplando los originales escaparates y cenar en alguno de los desenfadados restaurantes de la rue des Flandres
Por la noche, las terrazas que rodean el antiguo mercado de Saint Géry siempre están muy animadas
Antes de dormir, echar un último vistazo a la Grand Place para ver si aún está iluminada.