El Ballet Nacional de España, dirigido por Rubén Olmo, estrena Afanador del 24 de abril al 1 de mayo en Corea del Sur.
Esta producción propia se adentra en la mirada surrealista del fotógrafo Ruven Afanador sobre el flamenco. Sus libros ‘Ángel Gitano’ y ‘Mil Besos’ han sido el punto de partida de Marcos Morau para idear este espectáculo en el que la danza española se encuentra con la danza contemporánea para “ver el mundo del flamenco a través de una lente deformante, que es una lente que parte del sueño, del deseo, de la memoria”.
Afanador se estrena por primera vez fuera del territorio nacional, en Yeosu, ciudad costera coreana que acogerá dos funciones de la última producción del Ballet Nacional de España.
Tras la representación de hoy y del viernes 25, la compañía viajará a la capital del país para estrenar allí el 30 de abril.
El espectáculo podrá disfrutarse dos funciones más el 1 de mayo.
Estrenado en diciembre de 2023 en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, desde entonces ha girado con éxito por los escenarios del Teatro Real (Madrid), Teatro Mira (Pozuelo de Alarcón), Teatros del Canal (Madrid), Les Arts (Valencia) y el Gran Teatre del Liceu (Barcelona).
“Nos ilusiona poder ofrecer esta producción en el extranjero y mostrar la capacidad de la danza española para adaptarse a lenguajes del siglo XXI”, ha dicho Rubén Olmo, director del Ballet Nacional de España, sobre la premier internacional de esta obra. Para Olmo, “Afanador es un ejemplo de que el diálogo entre diferentes disciplinas artísticas enriquece cuando se hace sin prejuicios” y de que “la danza española puede beneficiarse de este intercambio, manteniendo su carácter y su esencia”.
Porque, en Afanador, danza española y contemporánea se encuentran para reflejar la mirada del fotógrafo Ruven Afanador sobre el flamenco. Plasmada en sus celebrados trabajos Ángel Gitano y Mil Besos, son los protagonistas de ambos libros quienes han inspirado a Marcos Morau, responsable de la idea y de la dirección artística, para crear Afanador.
Para Morau, Afanador “observa el mundo del flamenco a través de una lente deformante, que es una lente que parte del sueño, del deseo, de la memoria”. Y es esa mirada surrealista la que evoca esta obra, donde cada escena parte de una imagen icónica del fotógrafo colombiano. El escenario nos transporta al instante que capta el objetivo y la evocación cobra vida. Música electrónica, minera, seguiriya, cantar de trilla o ecos de Semana Santa, provocan el baile, lo acompañan y despiertan la memoria de las instantáneas en blanco y negro. El propio Rubén Olmo, protagonista de una de las icónicas páginas de Ángel Gitano, da vida a la fotografía, también con su baile, en esta original propuesta.
En la producción que hoy se presenta en Corea prima el blanco y el negro de la fotografía, en un drástico contraste que permite transformar el vestuario y la escenografía tradicionales del flamenco —diseñados por Silvia Delagneau y Max Glaenzel, respectivamente— en elementos extraños e irreconocibles: cataratas, aludes y tempestades.
La coreografía ha sido realizada por el propio Marcos Morau, Lorena Nogal, Shay Partush, Jon López y Miguel Ángel Corbacho, asistente de dirección del Ballet Nacional de España. Grandes lazos, horcas y batas de cola acompañan la composición musical creada por Juan Cristóbal Saavedra, con la colaboración especial de la cantante y compositora Maria Arnal. Afanador transita las lindes de lo onírico, la vida y la muerte, de la mano del dramaturgo Roberto Fratini Serafide, el diseño audiovisual de Marc Salicrú y el diseño de iluminación de Bernat Jansà.
Para Marcos Morau, “Afanador es un trabajo que parte de un legado sagrado y se enfrenta a nuestro tiempo y sus cambios. Es un trabajo de rigor, de belleza y de misterio: porque solo mezclando el pasado con el presente conseguimos descubrir y lanzarnos hacia adelante. Y esto es lo que Afanador quiere: respetar el legado, mezclarlo con nuestro presente y lanzarlo al futuro”.