Al visitar la ciudad de Palma, no se puede dejar de saborear algunos de sus dulces más emblemáticos. Estos no solo representan el arte culinario local, sino también una parte esencial de las celebraciones y la vida cotidiana de sus habitantes.
Robiols
Los robiols son dulces típicos de Semana Santa. Estas empanadillas dulces son de forma semicircular y aspecto dorado después del horneado. Se elaboran con una masa fina y crujiente y se rellenan con ingredientes como el requesón, cabello de ángel, mermelada o crema pastelera.
Su origen se remonta a la época medieval, cuando se preparaban con ingredientes sencillos como harina, manteca, azúcar y huevo. Actualmente, estos dulces se preparan de manera artesanal en muchos hogares de la ciudad de Palma, especialmente durante las Pascuas, como parte de una tradición familiar que se transmite de generación en generación.
Crespells
Durante las festividades de Pascua en Palma, es habitual encontrar unas pastas dulces tradicionales conocidas como crespells. Estas galletas, de textura crujiente y sabor suave, se elaboran en forma de estrellas, peces, corazones, animales y, especialmente, en una flor de seis pétalos.
El origen de estas pastas podría estar relacionado con la tradición judía, ya que la forma de flor de seis pétalos se asocia con la estrella judeomusulmana, un símbolo que habría perdurado a lo largo de los siglos en la repostería mallorquina. Este vínculo cultural aporta un interés especial a los crespells como un vestigio de la convivencia histórica entre distintas culturas en la isla.
Quartos embetumats
Los quartos embetumats son dulces tradicionales de Palma. Este tipo de dulce se caracteriza por ser una especie de tarta de almendra que se cubre con una capa de almendra molida y glaseado. Tienen una larga tradición en la ciudad y se suelen preparar especialmente durante las celebraciones religiosas, como la Semana Santa. El nombre del dulce hace referencia a la forma de los pasteles, que suelen ser cortados en pequeñas porciones cuadradas, de ahí el término "quartos". El "embetumado" se refiere a la capa de almendra que los recubre, dándoles un sabor y una textura especiales.
Aunque no es uno de los postres más famosos fuera de la isla, sigue siendo una delicia apreciada por los habitantes de Palma, especialmente aquellos que buscan disfrutar de los sabores más autóctonos de la isla.
Gató de Almendra
Uno de los postres más emblemáticos de Palma es la tarta de almendra, conocida localmente como Gató de Almendra. Este dulce, sin harina en su receta, destaca por su textura húmeda y su delicioso sabor a almendra, ralladura de limón y canela. Tradicionalmente preparado con almendra molida, huevos y azúcar, el Gató es un postre ideal para quienes buscan una opción sin gluten. Su nombre proviene del término francés "gâteau", que significa pastel o bizcocho, y su origen se sitúa en la pastelería mallorquina del siglo XVIII. Refleja la riqueza de los ingredientes locales de la región, especialmente la abundante almendra de la isla, con Indicación Geográfica Protegida.
Cardenal de Lloseta
Se trata de un pastel típico de la isla que muchos disfrutan por la festividad de Semana Santa, también en Palma. El postre es de forma alargada y destaca por su textura esponjosa y delicada al paladar. Combina bizcocho, merengue, nata montada y licor de cereza. Destaca por su textura esponjosa y delicada al paladar.
Se dice que la denominación de este pastel surgió en una comida entre amigos de los dueños de un horno mallorquín hace más de 50 años. Uno de los amigos dijo “Esto es un bocatto di cardinale”, una expresión italiana para manifestar la exquisitez de un plato. Pues la calidad es tan alta que un cardenal lo disfrutaría como un manjar.
Para degustar estos dulces tradicionales, Palma cuenta con pastelerías emblemáticas como el Fornet de la Soca, ubicado en la Plaza Weyler, que destaca por su compromiso con la recuperación de recetas antiguas y la elaboración artesanal de productos como ensaimadas y cocas. Otro lugar de referencia es Ca’n Joan de s’Aigo, una de las chocolaterías más antiguas de la ciudad, famosa por sus "cuartos" y helado de almendra.
Estos dulces no solo deleitan el paladar, sino que también representan la herencia cultural y gastronómica de Palma de Mallorca, convirtiéndose en paradas obligatorias para quienes deseen conocer la auténtica esencia culinaria de la ciudad.