Calles empedradas, fortalezas, castillos o murallas son solo una parte de la historia que esconden muchos de los pueblos que hoy día conservan un carácter medieval. Lugares en los que el tiempo parece detenido y que han sabido conservar su esencia. Muchos de estos municipios, que se reparten a lo largo y ancho de España, además de mostrar un patrimonio sin igual también dan cuenta de una gastronomía viva que merece la pena saborear, como el potaje de vigilia, los buñuelos de bacalao o las tradicionales torrijas.
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Santillana del Mar, Cantabria
Conocida como la villa de las tres mentiras porque ni es “santa” ni es “llana” ni tiene “mar”, su nombre va ligado a las Cuevas de Altamira, la capilla Sixtina del arte rupestre. Recorrer su casco antiguo con sus calles empedradas y visitar su preciosa plaza Mayor, la Torre de Don Borja o las casas del Águila o la Parra bien merecen una visita a este conjunto artístico. Tampoco puedes perderte la Colegiata de Santa Juliana, una joya del románico cántabro.
Con una Semana Santa a la altura de su historia, en ella destaca la procesión del Vía Crucis que recorre sus calles más emblemáticas durante la noche del Viernes Santo. Un acto acompañado por el especial sonido de una banda de tambores y gaitas.
Chinchón (Madrid)
Sin duda es su increíble Plaza Mayor el centro neurálgico de esta bella localidad. Levantada entre los siglos XV y XVI, destaca su forma irregular, sus diferentes accesos y los 234 balcones de madera con barandillas de color verde que le dan un aire peculiar a este enclave. Escenario de multitud de películas, Chinchón cuenta con un castillo que, pese a que no se puede visitar por dentro por su estado, recuerda la grandeza de la villa. Pasear por sus calles de piedra y contemplar sus casas señoriales y sus palacetes es otra de sus enseñas junto con la Iglesia de la Asunción, que se caracteriza por la ausencia de torre, y la Torre del Reloj, que formó parte de una iglesia, destruida en la guerra de la Independencia contra los franceses.
La Semana Santa de Chinchón cuenta con una especial representación de la pasión viviente. Un espectáculo al aire libre que tiene la Plaza Mayor como escenario y que congrega cada año a miles de visitantes de muchas nacionalidades.
SOS del Rey Católico, Zaragoza
Perteneciente a la comarca de las Cinco Villas, este municipio se ubica en una elevación rocosa que la convirtió en una plaza fuerte y defensiva, frontera entre Aragón y Navarra. Con un centro histórico muy bien conservado, destaca la muralla, el Palacio de los Sada, dónde nació Fernando el Católico, y su plaza de la Villa, en la que se conservan algunos de los edificios más bonitos de la arquitectura civil aragonesa. Destaca también su barrio de la Judería, además de sus iglesias románicas como la de San Martín de Tours y San Esteban, de aspecto fortificado.
Durante el Jueves Santo es tradicional la celebración de “El reloj de la Pasión”, en el que doce vecinos vestidos con túnicas blancas, que representan a los Doce Apóstoles, recorren las calles del pueblo mientras cantan unas coplas que recuerdan la pasión de Cristo.
Laguardia, Álava
Capital de la Rioja Alavesa se caracteriza, entre otras cosas, por ser una zona de viñedos y ricos vinos, que han marcado la vida y la historia de Laguardia. Villa amurallada, que en el pasado fue importante atalaya, se fundó en el siglo X como defensa del Reino de Navarra, con un rico trazado medieval con estrechas calles en las que contemplar preciosos edificios de la época. Uno de los más destacables es la Casa de la Primicia, del siglo XIV, el edificio civil más antiguo de la villa. En su recorrido también puedes visitar la iglesia fortificada de San Juan Bautista, la de Santa María de los Reyes, con un pórtico policromado de Juan Francisco de Rivera del siglo XVII, y la torre Abacial, una espectacular fortificación.
En su Semana Santa puedes descubrir el llamado Descendimiento. En Viernes Santo los cofrades de la Escuela de Cristo bajan de la cruz un Cristo de madera del siglo XVII y lo depositan en el sepulcro para celebrar después el Santo Entierro.
Morella, Castellón
Situada entre el valle del Ebro y el mar Mediterráneo, recogida entre las comunidades de Cataluña, Aragón y Valencia, Morella ha sido testigo de un importante cruce de civilizaciones. La época medieval en la que fueron populares gremios como orfebres, plateros, escultores, tejedores, herreros, y comerciantes que ya viajaban a lugares como Grecia, Italia, o el norte de África, ha dejado la impronta de su quehacer en esta tierra.
El castillo de Morella, a más de 1000 metros de altitud, se alza majestuoso como el rey del maestrazgo castellonense. Pero no solo es este su punto de referencia. El visitante también puede admirar la Iglesia gótica Arciprestal Santa María La Mayor, el Convento de San Francesc, el acueducto gótico o la apuntada casa del Ayuntamiento.
Si eliges Morella para visitar esta Semana Santa, te sorprenderá la llamada Rompida de la Hora, en la que un grupo de jóvenes de la localidad se dan cita el viernes anterior al comienzo de la Semana Santa en la plaza del pueblo con tambores y bombos. Un increíble espectáculo de sonido que sigue la tradición de algunos pueblos vecinos de Teruel como Calanda.