Este 2025 marca un hito en la historia del arte debido a la conmemoración del 550º aniversario del nacimiento de Miguel Ángel Buonarroti, el genio del Renacimiento que transformó el concepto de belleza y perfección en la escultura, la pintura y la arquitectura.
Miguel Ángel nació el 6 de marzo de 1475 en la pequeña ciudad de Caprese Michelangelo, sus primeros pasos en el mundo del arte estuvieron marcados por la determinación y un talento prodigioso que asombró a la élite florentina. Desde joven, ya mostraba una habilidad inusual para esculpir y pintar, y con el tiempo, se convirtió en una de las figuras más reverenciadas en la historia del arte, dejando un legado inmortal que sigue presente en los rincones de la Toscana.
Este aniversario representa una ocasión única para redescubrir la riqueza artística de la Toscana y la huella que Miguel Ángel dejó en su tierra natal. Monumentos, museos y ciudades ofrecen un viaje en el tiempo a la época del Renacimiento, permitiendo una conexión directa con uno de los mayores genios de la historia del arte.
Caprese, los orígenes del gran maestro
Caprese es la localidad natal de Miguel Ángel. Se trata de un pequeño pueblo de 1.600 habitantes situado en la cima de los Apeninos, dentro de la región de Valtiberina Toscana. Este destino, rodeado de paisajes verdes y senderos naturales, es ideal para quienes disfrutan de paseos al aire libre en un entorno tranquilo y auténtico.
Allí se encuentra el Museo Casa Natale di Michelangelo, ubicado en el antiguo castillo medieval del pueblo, conocido como el Castillo de Caprese Michelangelo. Construido alrededor del año 1000, este complejo histórico está compuesto por tres edificios: el Palacio del Podestá, el Palazzo Clusini y la corte alta, todos ellos rodeados por murallas que encierran la antigua plaza de armas, hoy convertida en un jardín con exposiciones al aire libre.
El museo, dedicado a la escultura desde el Renacimiento hasta la actualidad, permite sumergirse en los primeros años de Miguel Ángel y en el contexto en el que creció antes de trasladarse a Florencia. Este enclave ofrece una perspectiva única sobre sus orígenes y la influencia que tuvo su tierra natal en su posterior desarrollo artístico.
Florencia, hogar del icónico David y de otras reliquias renacentistas
El vínculo de Miguel Ángel con Florencia comenzó en su juventud, cuando llegó a la ciudad siendo aún un adolescente. Lorenzo de Médici descubrió su talento, lo acogió en su palacio y le permitió formarse junto a los artistas más destacados del momento. Allí pudo estudiar de cerca las colecciones de esculturas clásicas y trabajar bajo la protección de una de las familias más influyentes del Renacimiento. Por este motivo, Florencia conserva un legado incomparable de sus obras más emblemáticas.
Para conocer los primeros pasos del artista, la Casa Buonarroti, museo dedicado a su legado, expone algunas de sus creaciones más tempranas. Entre ellas destacan el altorrelieve que representa la Batalla de los Centauros y el bajorrelieve conocido como la Virgen de las Escaleras, obras que reflejan la genialidad de Miguel Ángel y su dominio del mármol desde una edad precoz.
Sin embargo, si hay un lugar imprescindible para admirar su obra en toda su magnitud, es sin duda La Galleria dell’Accademia. Este museo expone el icónico "David", una escultura esculpida en mármol de Carrara que se ha convertido en un símbolo de la perfección del arte renacentista. Como curiosidad, el bloque de mármol con el que esculpió el "David" había sido descartado por otros escultores por considerarlo defectuoso. Miguel Ángel, en cambio, logró transformar esa pieza en una de las esculturas más icónicas de la historia del arte.
Otro de los lugares donde conocer más sobre el artista, es el Museo Bargello, ya que conserva dos importantes piezas, el "Baco", una representación del Dios del vino y el "Tondo Pitti", un delicado relieve en mármol donde la Virgen María sostiene al Niño Jesús.
Otro punto imprescindible en Florencia para conocer el legado de Miguel Ángel es la Basílica de San Lorenzo, una de las iglesias más antiguas de la ciudad y estrechamente vinculada a la familia Médici. Aunque su estructura original fue diseñada por Brunelleschi, Miguel Ángel dejó su huella en dos proyectos posteriores: la Biblioteca Laurenciana y la Sacristía Nueva. Esta última, concebida como capilla funeraria para los miembros más jóvenes de la influyente familia, alberga las tumbas de Giuliano de Médici, duque de Nemours, y de Lorenzo de Médici, su sobrino.
Para obtener una vista panorámica de la ciudad y de su legado artístico, la Piazzale Michelangelo ofrece una de las imágenes más reconocibles de Florencia. La plaza, dedicada al artista, alberga una réplica en bronce del "David" y se ha consolidado como un punto de referencia para quienes desean contemplar la ciudad desde las alturas. Desde este punto de la ciudad es posible apreciar algunos de sus monumentos más emblemáticos, como la Catedral de Santa María del Fiore, el Ponte Vecchio y el Palacio Vecchio.
Otra réplica del "David" de Miguel Ángel se encuentra en la Piazza della Signoria, el lugar donde originalmente fue expuesta la escultura antes de ser trasladada a la Galleria dell’Accademia para su conservación. Esta plaza, una de las más emblemáticas de Florencia, es un auténtico museo al aire libre, donde también pueden admirarse otras grandes obras de la escultura renacentista, como la Fuente de Neptuno y las piezas expuestas en la Loggia dei Lanzi, que incluyen el "Perseo" de Benvenuto Cellini y "El rapto de las Sabinas" de Giambologna.
La última parada florentina es una visita a la tumba monumental de Miguel Ángel, situada en la Basílica de Santa Croce, no muy lejos del Cenotafio de Dante, uno de los destinos más populares y admirados por los visitantes de Santa Croce. Tras la muerte del artista en Roma el 18 de febrero de 1564, su sobrino Leonardo, con el apoyo del duque Cosme I de Médici, logró trasladar su cuerpo de la Basílica de los Santos Apóstoles a Florencia. El monumento a Miguel Ángel fue diseñado por Giorgio Vasari y concebido por Vincenzo Borghini por encargo de Leonardo Buonarroti, se caracteriza por las elegantes esculturas de mármol de Carrara que que representan al maestro y las tres artes que definieron su genio: la escultura, la arquitectura y la pintura.
Un viaje por las obras de Miguel Ángel en un entorno renacentista único
Siena es la última parada en el recorrido de la vida y la trayectoria de Miguel Ángel. En la Catedral de Siena, se encuentran esculturas menos divulgadas del artista, como las cuatro estatuas de santos de la Capilla Piccolomini. Estas piezas reflejan su evolución y su capacidad para capturar la espiritualidad a través del mármol. Además de las obras de Miguel Ángel, la Catedral de Siena es un tesoro de arte renacentista que merece una visita detallada. El interior del templo deslumbra con su pavimento de mármol, que representa escenas bíblicas y alegóricas.
Para una experiencia más completa, es recomendable explorar el Museo dell'Opera Metropolitana del Duomo, ubicado a pocos pasos de la catedral. Este museo alberga importantes obras artísticas, incluyendo la famosa "Maestà" de Duccio di Buoninsegna, y ofrece una visión profunda del patrimonio artístico de Siena.