¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando piensas en Nueva York en Navidad? Seguro que el famoso árbol del Rockefeller Center está en tu lista. Y es que ese gigantesco abeto iluminado es mucho más que un simple adorno navideño; es un pedazo de historia, una tradición que cruza fronteras y hasta un motor económico para la ciudad. Pero, ¿te has preguntado cómo empezó todo o qué impacto tiene hoy? Ponte cómodo y vamos a desmenuzar esta joyita de Navidad.
Un árbol que nació de la necesidad
Para empezar, hay que irse a 1931. Eran tiempos duros, plena Gran Depresión, y un grupo de trabajadores de la construcción decidió colocar un árbol modesto, decorado con lo que tenían a mano: guirnaldas caseras y hasta latas. No era el espectáculo que conocemos ahora, pero ahí estaba, plantando la semilla de una tradición que ahora deslumbra a millones.
Dos años después, en 1933, el árbol ya tenía su primera ceremonia oficial de encendido. Imagínate eso: un evento que pasó de ser un pequeño gesto de esperanza a un show que, hoy en día, puedes ver en vivo desde cualquier rincón del planeta.
Un gigante lleno de luces
Este año, el árbol es un abeto noruego de 22,5 metros y unas 11 toneladas. Pero, lo que realmente se roba el espectáculo son las 50,000 luces LED multicolores que lo decoran. Y no olvidemos la estrella de Swarovski que lo corona: más de tres millones de cristales y casi 408 kilos de pura elegancia.
Y te preguntarás, ¿por qué tanto show? Pues porque este árbol no es solo un símbolo de Navidad; es una postal viviente que representa unión, celebración y tradición. Ah, y claro, es un imán para turistas. Si estás planeando un viaje a Nueva York en Navidad, te encantará saber que en hellotickets.es todas las cosas que visitar en NYC, incluyendo el famoso árbol del Rockefeller Center, están a solo un clic de distancia.
Impacto más allá de lo comercial
El árbol del Rockefeller tiene un lado solidario que no siempre se menciona. Después de que se apagan las luces y el árbol se retira, su madera es donada a Habitat for Humanity, una organización que construye casas para quienes las necesitan.
Además, el evento ha evolucionado para adaptarse a los tiempos modernos. Desde el uso de luces LED de bajo consumo hasta transmisiones en vivo por plataformas digitales, el Rockefeller Center sabe cómo mantenerse relevante sin perder su esencia.
Mucho más que un árbol
Durante la Navidad, el Rockefeller Center se transforma en un verdadero parque temático de fiestas. La pista de patinaje sobre hielo, que es tan icónica como el árbol mismo, está siempre llena de parejas, familias y turistas intentando no caerse.
Por si fuera poco, tienes atracciones como Skylift y The Beam, que ofrecen vistas impresionantes, y tiendas emblemáticas como Lego y FAO Schwarz, que parecen salidas de un cuento navideño. ¿Quieres algo más tranquilo? También hay conciertos, lecturas de cuentos y talleres para los más pequeños.
Al final, lo que hace especial al árbol del Rockefeller Center no es solo su tamaño o sus luces. Es el mensaje que lleva consigo: unión, esperanza, tradición. En un mundo que a veces parece ir demasiado rápido, tener un momento para detenerse, mirar las luces y sentir el espíritu navideño es algo que no tiene precio.