Islandia se enfrenta de nuevo a la impresionante actividad volcánica que caracteriza su territorio. Se trata de la reciente erupción volcánica en la península de Reykjanes.
Las autoridades locales, junto con expertos en vulcanología, monitorean de cerca la situación para mitigar los riesgos y minimizar el impacto en las infraestructuras cercanas.
Como medida preventiva para garantizar la seguridad de sus visitantes y empleados, se ha cerrado temporalmente el famoso spa geotérmico Blue Lagoon.
El aeropuerto internacional de Keflavík sigue operando con normalidad y el resto de las actividades turísticas en el país no se han visto afectadas. Sin embargo, los enjambres sísmicos asociados a la erupción han llevado a reforzar la vigilancia en las zonas adyacentes.
Diferencias entre volcanes rojos y grises: el caso de Islandia
El volcán en erupción pertenece al tipo de “volcán rojo”, caracterizado por la emisión de lava fluida que fluye tranquilamente a través de fisuras o cráteres, creando ríos de magma. Este comportamiento contrasta con los “volcanes grises”, que suelen tener erupciones explosivas y emiten cenizas, gases y fragmentos de roca debido a la viscosidad del magma y la acumulación de gases a alta presión.
Debido a su ubicación en la dorsal mesoatlántica, Islandia alberga principalmente volcanes rojos, cuyas erupciones, aunque impactantes, suelen ser menos peligrosas para los asentamientos y las infraestructuras. Estas erupciones ofrecen un espectáculo visual único y seguro, siempre que se sigan las recomendaciones de seguridad.
Oportunidades turísticas
A pesar de la actividad volcánica, Islandia sigue siendo un destino seguro que ofrece múltiples experiencias turísticas, permitiendo a los viajeros disfrutar tanto de su impresionante naturaleza como de la oportunidad de presenciar un fenómeno geológico en desarrollo.