ESTRENO ABSOLUTO
La Compañía Cuarta Pared estrena un espectáculo que recupera a una de las grandes figuras del arte universal y símbolo feminista
Oda a una vida eterna y a una muerte continua
La obra de Frida Kahlo es a la vez alegre y triste, intensa y emocionante. Esta combinación de humor y dolor es una de las características más distintivas de su obra, es una parte fundamental de su legado como artista y es lo que rescata este espectáculo.
Esta obra habla de la relación de Frida y su amiga invisible para hablarnos de la esencia de la vida y la muerte, del dolor y de la alegría, de la pasión y del sufrimiento. Frida creó una amiga invisible que la acompañaba en todo momento y la ayudaba a superar momentos difíciles. En la obra la hemos llamado Casilda. Frida mantuvo la creencia en Casilda durante toda su vida. Se convirtió en una forma de escapar de la realidad y sirvió como medio para expresar sus pensamientos y emociones más profundos. La historia de Frida y su amiga invisible es un ejemplo de su creatividad y su capacidad para encontrar consuelo y apoyo en su propia imaginación.
Soy el tipo de mujer que, si quiero la luna,
me la bajo yo solita
Frida Kahlo es un símbolo feminista, pues reivindicó el papel de la mujer en la sociedad. En un mundo de hombres (que eran los que se encargaban de recibir los reconocimientos en el plano artístico), Frida no solo destacó, sino que abrió un camino a todas las mujeres seguras de sí mismas y de su talento.
Se fiel a ti misma, no te dejes influenciar por lo que digan los demás. No importa si eres poco convencional o incluso raro. Frida siempre se sintió diferente y es en esa diferencia en la que, probablemente, encontró su talento y su forma de dejar una marca en el mundo.
Sobre el espectáculo:
Esta obra quiere hablar del dolor y el humor de Frida Kahlo; de su valentía y su coraje; de todo lo que tiene que decirnos sobre nuestra relación con la vida y la muerte.
Frente a la fridomanía y la comercialización de la imagen de Frida Kahlo, este espectáculo quiere reivindicar su figura como símbolo del feminismo, resistencia y autenticidad; y lo hace sin detenerse, como suele ocurrir, en la figura de su esposo y sin trivializar los aspectos profundos de su vida.