El Caribe Sur de Costa Rica es uno de esos lugares del mundo que destacan por su idiosincrasia. Como buenos ticos con su filosofía “pura vida” por bandera y cuidado del entorno y de las personas, esta zona del país tiene una diversidad cultural única: afrocostarriceneses, comunidades indígenas Bribri y Cabécares, culíes, centroamericanos u orientales fortalecen un crisol que se manifiesta en experiencias y un ambiente particular. A ello se le suma su naturaleza exuberante, playas de ensueño y su gastronomía única que la caracteriza. A continuación, cuatro claves para descubrir un imprescindible de Costa Rica.
Ritmos caribeños
La música caribeña es el alma de la costa, un vibrante reflejo de la herencia multicultural de la región. Ritmos como el calipso, el reggae y la música afrocaribeña resuenan a cada paso, componiendo una banda sonora continua que te envuelve. El Carnaval de Limón, que se celebra en octubre, es uno de los festivales más emblemáticos, donde la música, los desfiles y las coloridas carrozas llenan las calles de energía y alegría. En estos eventos se conmemora el mestizaje cultural de la zona, con influencias africanas, europeas e indígenas que se fusionan en una celebración única de la vida y la tradición.
La conexión entre la música y la comunidad es palpable en las pequeñas reuniones que se organizan en pueblos costeros como Puerto Viejo, donde los locales y viajeros se unen para bailar al ritmo de tambores y guitarras. Famosas son las melodías de cantautor e instrumentista limonense, Walter Gavitt Ferguson Byfield, conocido como “El Rey del Calipso”. La música aquí no es solo entretenimiento, sino una parte esencial de la identidad cultural de la región, uniendo generaciones y manteniendo vivas las raíces afrocaribeñas. Cada canción y cada baile es una manifestación de la riqueza histórica y cultural que ha hecho de la costa caribeña un lugar tan especial.
Comunidades indígenas
Las comunidades indígenas, especialmente los bribri y cabécares, son parte integral del tejido cultural de la costa del Caribe sur. A lo largo de los siglos, estos grupos han mantenido vivas sus costumbres, creencias y formas de vida, protegiendo su relación ancestral con la naturaleza. Los visitantes tienen la oportunidad única de conocer estas tradiciones a través de talleres organizados por las propias comunidades, como el proceso de producción del cacao, considerado sagrado por los bribri, donde los viajeros pueden participar en su preparación y aprender sobre su profundo significado cultural.
Además de la elaboración del cacao, los bribri y cabécares también proponen experiencias como la creación de artesanías tradicionales como cestas tejidas y arcos y flechas, y la posibilidad de observar rituales de danza y ceremonias que han perdurado por generaciones. Este intercambio cultural no solo enriquece a los visitantes, sino que también permite a las comunidades compartir y preservar su herencia en un entorno que valora el respeto y la sostenibilidad.
Maravillas naturales
La costa caribeña de Costa Rica es un paraíso natural repleto de vida, con una diversidad de paisajes y actividades que ofrecen una experiencia inmersiva a quienes la visitan. Uno de sus imprescindibles es el Parque Nacional Cahuita, un paraíso verde delimitado por playas de arena blanca y su rico ecosistema marino. Cuenta con uno de los arrecifes de coral más importantes del país y numerosas especies animales, lo que lo hace perfecto para el snorkel. En tierra firme, sorprenden sus senderos de exuberante vegetación, hogar de perezosos, monos aulladores y una gran variedad de aves, creando un ambiente vibrante y lleno de vida.
Más al sur se encuentra el Refugio Nacional de vida Silvestre Gandoca-Manzanillo, donde la combinación de paisajes de tierra, playa y mar, sumada a la cultura y comunidad local hace del sitio un lugar muy atractivo para el viajero. Sus ecosistemas más importantes son sus playas de arena amarilla y humedales, uno de los 12 del país que Protegidos de Importancia Internacional (HPII), también denominados sitios Ramsar, y en ellos resalta la conservación de especies amenazadas como el manatí y las tortugas marinas.
Sabores del Caribe
La gastronomía del Caribe Sur es un festín de sabores que mezcla influencias jamaicanas, indígenas, criollas y afrocaribeñas, haciendo de esta región un punto culinario único en el país. Los platos típicos se destacan por su uso de ingredientes frescos y locales, como el coco, el plátano, la yuca y los frijoles rojos.
Desde los patíes (empanadas de carne con chile picante), el arroz con coco, el pudín de yuca o el pargo frito con patacones, cada bocado cuenta una historia. Pero si hay un plato estrella, ese es el rice and beans, un arroz con frijoles cocinados con leche de coco y acompañado de pollo, pescado, cerdo o res. El rondón, una sopa a base de pescado, tubérculos y plátano verde, también cocinada con leche de coco y especias, es otro de sus imperdibles. Como maridaje no falta el agua de sapo o hiel, la bebida más popular hecha con jengibre, limones agrios y tapa de dulce.