Calificada por muchos ojos como una de las ciudades más bonitas del país, Cuenca (Ecuador) es sinónimo de belleza y patrimonio. Levantada sobre un valle primaveral de los Andes y atravesada por cuatro ríos, el viajero encontrará en ella encantadoras calles coloniales, una arquitectura de estilo europeo, iglesias y catedrales, ruinas que dejan ver el paso de los Incas, además de centros culturales y de arte de primer nivel.
Cuenca fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1999, por parte de la UNESCO, y desde entonces ha seguido recibiendo reconocimientos internacionales que la posiciona a escala mundial como un destino de excelencia. Como en la mayoría de las ciudades coloniales, un interesante conjunto de edificios rodea la plaza central hoy el famoso Parque Abdón Calderón. Entre ellos, destacan la Casa Amarilla, la Corte de Justicia y la antigua catedral del siglo XVIII de estilo neoclásico.
Si empezamos por el corazón de su ciudad colonial, el viajero encontrará los emblemas de la ciudad resguardados por verdes jardines y zonas arboladas: la Municipalidad, la Catedral Vieja y la Catedral Nueva, una de las obras más monumentales del país e, incluso de América Latina. De estilo renacentista, gótico y barroco -su construcción se inspira en la Basílica de San Pedro de Roma- la Catedral de la Inmaculada Concepción es reconocible a simple vista y sus tres enormes cúpulas azul cielo son un símbolo de Cuenca que sobresalen y se dejan ver en todo el centro histórico.
A un costado de esta, junto a la centenaria Iglesia y Convento de El Carmen de La Asunción, el viajero llega a la Plaza de Las Flores, donde -como su nombre deja adivinar- se encuentra uno de los mejores mercados de flores según la revista National Geographic por su belleza, explosión de color, variedad de especies, aromas y amabilidad de sus vendedores. Tras un despliegue de rosas ecuatorianas y coloridos ramos, el viajero puede dejarse llevar por los olores de la gastronomía típica de Ecuador en el Mercado 10 de Agosto, un imprescindible para descubrir los deliciosos sabores del país.
También cerca de la Catedral Nueva se encuentra el Callejón de Santa Ana, una preciosa calle adoquinada que encandila a sus paseantes por sus balcones vestidos con coloridas macetas. Otra de las joyas patrimoniales de Cuenca es el Barranco, corredor natural del río Tomebamba de sauces y arboledas, puentes y pintorescos edificios coloniales que llevan hasta el río a lo largo de una escalinata de piedra.
Para completar la visita, a tan solo 30 minutos de Cuenca se encuentra el Parque Nacional El Cajas, con más de 230 lagunas de origen glaciar y fantásticos paisajes que a más de uno, deja cautivado.