Ubicado en el corazón del Mediterráneo, Malta es un paraíso para los entusiastas del buceo. Contando con impresionantes formaciones naturales y naufragios históricos, el archipiélago maltés es un destino obligado para aquellos que buscan explorar las maravillas del mundo submarino. Desde novatos hasta expertos, hay algo que descubrir en cada inmersión en las aguas maltesas.
Con aguas cristalinas que permiten una visibilidad de más de 30 metros, y temperaturas marinas que oscilan entre los 14 grados en invierno y los 28 grados en verano, el archipiélago ofrece condiciones óptimas para sumergirse en sus profundidades durante todo el año. Entre las aguas de Malta, Gozo y Comino, se concentra una gran cantidad de inmersiones, desde barco y desde la costa, y numerosas formaciones rocosas y paisajísticas por descubrir.
Malta: impresionantes pecios y grietas
En la isla de Malta, es posible sumergirse en la rica historia de la región y explorar los arrecifes de coral. En el sur, ubicado en la zona de Wied Iz Zurrieq, se puede encontrar Blue Grotto, uno de los lugares más célebres del Mediterráneo para la práctica de buceo. Se trata de una serie de seis cuevas marinas situadas a los pies de unos acantilados, un lugar estupendo donde buceadores de todos los niveles podrán admirar sus rocas cubiertas por corales, y la fauna marina de la zona, así como los impresionantes juegos de luces que crea el resplandor del sol en sus aguas. Para los amantes de los pecios, situado en la misma área, a 35 metros de la superficie se encuentra UM Faroud, un imponente petrolero libanés de 110 metros de eslora, una inmersión idónea para los buceadores avanzados.
Al norte de la isla se encuentran Cirkewwa y Reqqa Point, puntos destacados ya que poseen una amplia variedad de inmersiones, donde profundidad y naufragios, como el Rozi o el P-29, conviven con todo tipo de túneles y grietas, incluyendo una pendiente de 8 a 30 metros, un impresionante arco y numerosas cuevas, donde observar especies marinas como morenas, pulpos y multitud de corales.
Gozo: formaciones rocosas y fauna marina
La isla de Gozo, con sus aguas tranquilas y paisajes submarinos rocosos, es otro destino imperdible para los buceadores dentro del archipiélago. La Bahía de Djwera, ubicada en el noroeste, es uno de los lugares más reconocidos para las inmersiones. Desde ella se puede acceder a la célebre Blue Hole, una impresionante cavidad natural que ofrece una entrada en forma de arco que conduce a una cueva submarina. En este lugar, los buceadores pueden admirar la impresionante formación de rocas, arcos y túneles submarinos, junto a la variedad de vida marina que habita en ellos. La inusual configuración de las rocas crea un paisaje submarino fascinante que atrae tanto a fotógrafos marinos como a entusiastas de la fauna acuática.
En las cercanías de Azure Window, una grieta en la roca da paso al agua, creando una bahía interior conocida como Inland Sea, o Qawra para los residentes locales, caracterizada por a su rica biodiversidad marina y sus fascinantes formaciones rocosas. Se trata de un enclave idóneo para la práctica del buceo, tanto para buceadores novatos como experimentados, ya que permite explorar la grieta que la conecta con el mar Mediterráneo, donde la profundidad aumenta hasta alcanzar los 50 metros junto a los imponentes acantilados.
Comino, y sus laberintos rocosos
La isla de Comino, ubicada entre Malta y Gozo, conocida por la belleza de la Blue Lagoon, también alberga numerosos lugares idóneos para el buceo. La Cueva de Sta. María (St. Marija Caves), cuenta con espectaculares formaciones de coral y una rica diversidad de especies marinas dentro de su laberinto de cuevas submarinas.
En la zona de Ghansielem se puede encontrar una inmersión singular en los alrededores del faro, donde una chimenea en la roca conduce hasta los 19 metros de profundidad, que se abre paso un laberinto de bloques submarinos a los 40 metros. En esta inmersión, los buceadores tienen la oportunidad de explorar este fascinante laberinto mientras siguen la pared de la roca.