La llegada de la primavera y presumiblemente, de un mejor tiempo, hace que nos animemos y seamos más proclives a un cambio de look. Pasarse al rubio o cambiar el que ya tenemos, es siempre una opción muy apetecible y demandada, sobre todo si se trata de cambios no demasiado bruscos, con opciones más discretas y suaves que van desde tonos ceniza como el mushroom o el light ash, a los reflejos vainilla y arena de un rubio tostado o un sandy.
El rubio nunca falla, pero debemos elegir muy bien aquel que nos vaya a quedar bien, con el que vayamos a sentirnos más cómodas. Tonos arena como el sandy y helados como el ice platinum son opciones a tener en cuenta así como el mushroom, que queda ideal en pieles claras o el chai en sus versiones vainilla, iluminando y generando contraste en mujeres de pelo castaño (suele trabajarse en las mechas shatush, con una técnica depurada para que no se ensucie el color ni se aclare de más el fondo). También el dirty, tendencia neoyorquina con mechas muy difuminadas, suaves y cálidas, cuyo nombre viene del hecho de que aquí, los colores se funden o ensucian literalmente: “En lo personal, me encanta el ceniza pálido, un rubio que parte desde más debajo de la raíz, dando un efecto más natural porque no surge desde el nacimiento del pelo. Otro ceniza muy favorecedor es el light ash, algo más frío que el rubio helado. Según el óvalo de la cara, se marcaría el contouring, le va genial a una piel entre pálida y rosada, en mujeres de ojos claros mucho mejor” – nos cuenta Sonia Atanes, directora de formación e I+D de Sonia Atanes Hair Beauty.
Atanes recomienda también el rubio tostado, capaz de iluminar las puntas y zona de contornos: “La clave es imitar el efecto sol, consiguiendo unos tonos vainilla o arena y más miel para la coronilla. Si la clienta lleva mechas anteriores, lo mejor es trabajar previamente una terapia reequilibrante para limpiar todos los residuos de colores”. Otros rubios a probar son el sandy, que simula la arena del mar y es perfecto para mujeres de tez blanca o muy blanca, y el baby, que nos devuelve a la adolescencia por medio de mechones aclarados en las zonas del cabello que aportan más luminosidad.
Los rubios soft de David Künzle
Mejor con dos decoloraciones suaves en lugar de una fuerte que se puede realizar en un día, el ice platinum es uno de los tonos preferidos por David Lesur, director de formación de los salones David Künzle en Madrid: “Se aplica un matizador para llegar a un rubio más blanco o más ceniza… o con tonalidades rosas, azules, etc. Pasadas unas horas de la peroxidación, no debe lavarse el cabello durante dos días, es la mejor manera de que el cuero cabelludo vuelva a generar el film lipídico, que es un protector natural”
Lesur también destaca el mushroom, un rubio ceniza entre el castaño claro y rubio oscuro que se hace sobre bases de castañas hasta rubias: “Es un degradado muy sutil (balayage), oscuro en raíz y puntas más claras con un matiz ahumado ceniza que queda ideal en pieles más blancas. Puede hacerse con la técnica de babylights o bien en combinación con balayage en tonos fríos, consiguiendo un color a medio camino entre el rubio ceniza y el marrón con marcados contrastes que aportan dimensión y profundidad en el cabello. Y además, disimula las canas en caso de tenerlas”.