La llegada de la primavera a Malta trae consigo una rica diversidad de planes y experiencias. Este archipiélago, situado en el corazón del Mediterráneo, tiene un atractivo innegable en cualquier estación. Sin embargo, es durante la primavera cuando florecen la mayoría de sus encantos, brindando así a los visitantes una experiencia única e inolvidable.
Un clima agradable
Malta se beneficia de un clima mediterráneo caracterizado por sus suaves temperaturas. Es a partir de abril cuando estas empiezan a ser más cálidas proporcionando así a los viajeros un entorno sumamente agradable. Gracias a estas condiciones, lugares como las playas de Golden Bay o Ghajn Tuffieha se convierten en escenarios ideales para la práctica de actividades como snorkel, kayak o paddleboarding, y lo mismo ocurre en la zona de Marsaskala. La Bahía de St. George's es propicia para la práctica de esquí acuático e incluso paracaidismo. Por otro lado, la zona de Marsaxlokk, conocida por sus mercados de pescado, ofrece también tours de pesca. En la isla de Comino, con sus aguas azuladas por la Laguna Azul, es el lugar idóneo para realizar actividades como el snorkel o buceo. Y frente a la costa de Sliema diversas empresas ofrecen una amplia gama de deportes acuáticos que van desde jet ski hasta tours en bote.
La flora maltesa
Durante la primavera, Malta se llena de una variada paleta de colores. En la isla se encuentran margaritas silvestres, amapolas, almendros en flor y lavanda, aportando un encanto y convirtiendo cada rincón en una obra de arte natural. Además, los tréboles, las buganvilias y los crisantemos se suman a esta diversidad floral. Explorar estos cambios primaverales se vuelve aún más especial en lugares emblemáticos como los jardines de San Antón, situados cerca de la histórica Mdina, donde la belleza y tranquilidad de la temporada se hacen evidentes. Los jardines de Upper Barrakka en la Valletta, con vistas hacia el Gran Puerto, permiten disfrutar de sus flores en pleno nacimiento. Los Jardines de Palazzo Parisio en Naxxar se destacan por sus paisajes, y Buskett Gardens en Dingli, el único bosque en Malta se transforma con la llegada de la primavera.
Gastronomía primaveral
La gastronomía maltesa, distinguida por su riqueza y autenticidad, brinda en estas fechas la Figolla, un dulce tradicional de la Semana Santa con formas que van desde representaciones religiosas, como el cordero pascual o la cruz, hasta figuras más simples, como corazones y estrellas. Este exquisito pan dulce se elabora con una mezcla de harina, azúcar, mantequilla, huevos y levadura en la masa con un toque de naranja, y se rellena con una apetecible combinación de almendras molidas, azúcar y clara de huevo. El broche de oro llega con la decoración, que incluye glaseado de azúcar, almendras o frutas confitadas.
Festividades y actividades
Esta amable estación inicia el momento ideal para disfrutar de eventos locales así como festivales culturales que resaltan la rica historia y la diversidad de Malta, así como el Festival Kanzunetta Maltija, una competición anual que reúne diferentes géneros de música maltesa. La maratón de La Valletta, que tendrá lugar el 24 de marzo, permite disfrutar del deporte a la par que se descubre el rico patrimonio cultural maltés. Asimismo, en Malta, debido a su tradición religiosa, tiene gran importancia la celebración de la Semana Santa. Para disfrutar de esos días en su máximo esplendor, lo mejor es acudir a Vittoriosa, Senglea y Cospicua. Estas tres ciudades de gran tradición viven las procesiones de manera más intensa, siendo gran ejemplo de cómo viven los malteses estas fechas.