Teatro del Barrio organiza ‘Carnicería social’, una exposición con más de 150 de los carteles de las obras y actividades que ha impulsado en la década de trayectoria que cumple el 2 de diciembre.
La exposición se ha podido visitar del 23 de noviembre al 1 de diciembre en el Mercado de San Fernando (Embajadores, 41), y desde el día 2, en Teatro del Barrio de forma indefinida.
El artista Jacobo Gavira es el creador de todos ellos, como responsable de la imagen gráfica de Teatro del Barrio: una imagen constructivista, directa e irónica.
Una mosca cojonera. Bárcenas, un rey emérito, gente bailando swing. Emilia Pardo Bazán, Gloria Fuertes, Nerea Pérez de las Heras. Ironía, humor. Rojo y negro, los colores del movimiento obrero. Líneas constructivistas, geométricas, dinámicas, funcionales. Sin artificios ornamentales. Carteles sin obsesión por la armonía, incómodos, con perspectivas inesperadas.
El artista Jacobo Gavira lleva ocupándose de diseñar la imagen gráfica de Teatro del Barrio desde que este proyecto cultural levantó la persiana en 2013. Ha diseñado y diseña los carteles de sus obras y actividades, la señalética (suyos son los mensajes sarcásticos que aparecen y desaparecen en las paredes del teatro).
Así, lleva una década contribuyendo a desarrollar la personalidad respondona de este teatro nacido a raíz de la explosión de indignación del 15M. Gavira ha sido un pilar esencial para que entre por los ojos, en colores y formas, su visión del mundo, sus valores, sus artistas. Su carácter popular, a lo patio de vecinas, y sus líneas de programación feministas, anticolonialistas, comprometidas con la memoria, el antielitismo, el amor libre o el ecologismo.
Sobre Jacobo Gavira
Jacobo Gavira nació en Madrid en 1970. De madre pintora y padre interiorista, comenzó a pintar siendo muy joven, y no tardó en consagrarse profesionalmente a la pintura y el diseño; en este último campo, sobre todo en los territorios de la Cultura y la Gastronomía. Tal como explica el Crítico de Arte Luís Francisco Pérez a propósito de una de sus exposiciones, “su pintura está más cercana a una retratística –neutra, abstracta y sofisticadamente primitiva- de una cierta idea de la condición humana que de una simple y limitadora cualidad figurativa o representacional, siendo estas calificaciones válidas pero con ciertos reparos semánticos. La existencia de una tensión dialéctica entre abstracción y figura recorre transversalmente todas las etapas de la obra del artista tras tres décadas de su trabajo. Y es más: su obra permite “visualizar” gran parte (por no decir todas) de las corrientes pictóricas que se “expresaron” en la pintura española desde finales de los 80.