El otoño no trae consigo solo la caída de las hojas.
También suele ir asociado a un aumento de los casos de gastroenteritis, ya que en esta época es habitual que pasemos de experimentar días más o menos calurosos a noches tirando a frescas. Y estos cambios de temperatura crean el entorno propicio para que se desencadenen trastornos gástricos.
De ahí la importancia de vigilar este y otros factores de riesgo.
Pero si ya está sufriendo una gastroenteritis, no se preocupe porque también conocerá dos infusiones antigastroenteritis muy sencillas de preparar y efectivas, además de deliciosas.
Más que un leve trastorno estomacal
La gastroenteritis es como se conoce a la inflamación del revestimiento del estómago y los intestinos, lo que conlleva una serie de problemas gastrointestinales.
Algunos síntomas que alertan de este problema son dolores o calambres en el abdomen, náuseas y en ocasiones fiebre. Pero los más comunes son diarrea y vómitos, que pueden ser más o menos intensos dependiendo del estado de la persona, así como del responsable de esa inflamación.
Y es que esta puede estar causada por virus, bacterias y parásitos, pero también por reacciones a ciertos medicamentos o incluso alimentos (en este último caso suele hablarse de “intoxicación alimentaria”).
De todos esos tipos, la gastroenteritis viral es la más habitual, siendo los principales virus responsables los de tipo norovirus, rotavirus y enterovirus. Además, puede transmitirse de una persona infectada a otra con bastante facilidad, a través del contacto de las mucosas de boca, nariz u ojos.
Respecto a su gravedad, por regla general no implica un gran riesgo para la salud, a no ser que la diarrea sea tan intensa que acabe conllevando una deshidratación. Por ello conviene vigilar a los grupos más delicados, como son los bebés, las mujeres embarazadas y las personas de más edad o que tienen un sistema inmunitario debilitado (por enfermedad autoinmune o porque están siguiendo un tratamiento inmunosupresor, por ejemplo). En estos casos, si no se corta a tiempo, puede poner en riesgo la vida de la persona afectada.
Cuáles son los factores de riesgo
Como le comentaba, durante el otoño conviene estar alerta ante una posible gastroenteritis, ya que se dan varios factores. Uno ya lo hemos visto, con ese constante cambio de temperaturas que puede acabar debilitando nuestro sistema inmunológico. Y, con ello, que seamos más susceptibles a las infecciones gastrointestinales.
Otro factor de riesgo es el mayor consumo de alimentos cocinados. Y es que en esta época apetece más tomar platos calientes, los cuales exigen de una mayor preparación. Pero a menudo este proceso involucra una manipulación y almacenamiento de alimentos que, si no se hace adecuadamente, pueden ser un caldo de cultivo para patógenos.
Precisamente por ello hay que evitar que los alimentos ya cocinados estén a temperatura ambiente durante mucho tiempo. Y lo mismo con la refrigeración de los productos frescos para no romper la cadena de frío, que también es una puerta de entrada a la proliferación de bacterias.
Además, hay que tener una buena higiene de manos cuando se manipulan los alimentos, así como todos los utensilios que entren en contacto con ese producto.
Asimismo, es crucial evitar la contaminación cruzada entre alimentos crudos y cocidos, así como entre alimentos crudos y las superficies de la cocina. En este sentido, suele ser habitual emplear un mismo cuchillo para cortar varios alimentos (crudos y cocinados), pero esto hace que los posible patógenos presentes en el alimento crudo acaben en el que ya estaba cocinado. Para evitar eso, cada vez que se use un utensilio de cocina hay que lavarlo bien antes de emplearlo con otro alimento.
Y, por último, vigile el consumo del agua, que es otra puerta de entrada a la gastroenteritis. Sobre todo si viaja, asegúrese de que el agua que bebe es segura y ha pasado por todos los controles de calidad.
Dos infusiones antigastroenteritis
Para combatir la gastroenteritis de manera natural la infusión de melisa es uno de los remedios más efectivos. ¡Y muy sencilla de preparar!
La melisa (Melissa officinalis) se ha utilizado contra los malestares abdominales desde la antigua Grecia. Tradicionalmente, esta planta se empleaba por sus propiedades calmantes sobre el sistema nervioso y digestivo. Esta acción se debe al ácido rosmarínico (de propiedades antiinflamatorias) y a un conjunto de sustancias (geraniol, citronelal...) de propiedades antisépticas.
Asimismo, extractos de hoja de melisa han mostrado una actividad antiespasmódica muy útil para los dolores intestinales.
Para preparar la infusión, solo tiene que colocar 1 cucharada de hojas de melisa en 1 litro de agua y hervir durante 10 minutos antes de filtrar. Puede beberla a lo largo del día, mejor si es con pequeños sorbos para no molestar a un estómago ya bastante delicado.
Y también es muy beneficiosa la infusión de jengibre y menta. Además de calmar el estómago, es muy reconfortante y ayuda a recuperarse del malestar gástrico.
Los ingredientes son:
- 1 trozo de jengibre fresco (aproximadamente 2 cm).
- 1 puñado de hojas de menta fresca.
- 1 taza de agua.
Hierva la taza de agua durante unos 5 minutos y agregue el jengibre, cortado en rodajitas muy finas. A continuación, añada las hojas de menta, retire el agua del fuego y deje reposar durante otros 5 minutos (mejor tapada, para que no se evaporen sus principios activos).
Por último, cuele la infusión y bébala lentamente mientras se conserve caliente.
Estos remedios ayudan a calmar la inflamación estomacal y proporcionan alivio en caso de gastroenteritis leve. Pero si los síntomas no remiten, sobre todo en caso de diarrea, es importante que acuda a su médico o naturópata para que sea atendido de manera adecuada y no haya riesgo de deshidratación.
(Extraído de https://www.saludnutricionbienestar.com/)