La Caja de las Letras recibió el legado «in memoriam» de Manuel Alvar (1923 - 2001), «una figura imprescindible en los estudios de la historia del español, de la dialectología y también de la presencia del español en el mundo, algo que nos afecta de manera especial», señaló Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, al comenzar el acto.
Asimismo, García Montero manifestó una «especial ilusión» en este homenaje al autor del Manual de dialectología hispánica pues, como recordó, «yo tuve la oportunidad, como estudiante y como profesor, de vivir el legado que él dejó entre sus alumnos y en una institución como la Universidad de Granada», de la cual Alvar fue catedrático durante veinte años.
Autor de 200 libros y unos 800 artículos científicos, la obra de Manuel Alvar «representa el espíritu universitario, donde se busca que el saber se convierta en condición de vida y, al mismo tiempo, un esfuerzo por que el saber se relacione con la sociedad», compartió el director del Cervantes.
Este acto se enmarca en el año que se cumple el centenario del nacimiento del catedrático y miembro de la Real Academia Española —la cual dirigió entre 1988 y 1991—. Antonio Alvar Ezquerra, hijo del homenajeado, compartió su «emoción profundísima y sentimiento de gratitud» de este acto en la Caja de las Letras a la que definió como «el templo sagrado de la cultura española», y enumeró los elementos que forman parte de esta «difícil elección debido al vasto legado que dejó mi padre».
Representación de su obra científica y literaria
Entre los objetos y publicaciones destacan «los materiales donde está su letra, porque Alvar fue sobre todo un investigador de campo. Se pateó España y América entera para conocer el español hablado en cada rincón del planeta» indicó Alvar Ezquerra.
Esta selección la comprenden seis cuadernos de campo en los que el dialectólogo recogió, a principios de los años cincuenta, la tradición oral del romancero sefardí en el norte de Marruecos, congelada en el tiempo y propia de las labores funerarias, sólo conocida por las mujeres.
Como ejemplo de su labor como explorador también se incluyen dos cuestionarios —de Las Palmas y Huesca, empleados para confeccionar los atlas de Canarias y de Aragón, Navarra y Rioja, respectivamente— «con los que el 'torturaba' a sus informantes» comentó irónico Alvar Ezquerra, al recordar cómo su padre sometía a exhaustivas entrevistas a campesinos y lugareños para extraer conocimientos de la lengua española y léxico de sus oficios.
El depósito incluye asimismo un ejemplar de Aragón, literatura y ser histórico, obra con la que obtuvo el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de ensayo (1976); así como varias publicaciones: Estudios sobre hablas meridionales (2004) y Español en dos mundos (2002), dedicadas a estudios sobre Hispanoamérica; Pasos de peregrino (1991), sobre su labor de investigador; y la antología de su poesía, Las granadas en el ramo (1983).
Como un recuerdo familiar y personal, a la producción científica y literaria del catedrático se sumaron una foto de Manuel Alvar junto a su esposa, Elena Ezquerra, en el día en que recibió el Premio Nacional de Literatura; y la biografía de Manuel Alvar, en dos tomos, que ella escribió tras el fallecimiento del investigador y lingüista en 2001.
Legado a la Biblioteca Patrimonial
Además del depósito en la cámara acorazada, la familia Alvar entregó a la Biblioteca Patrimonial del Instituto Cervantes publicaciones representativas de sus trabajos como profesor, investigador de campo y escritor.
Destacan varios ejemplares sus atlas lingüísticos y etnográficos, referencias fundamentales en la filología hispánica: de Canarias, los cuales supusieron el reconocimiento del dialecto canario; de Aragón, Navarra y Rioja; de Andalucía o los atlas de Hispanoamérica, como los de México o Venezuela; además de ejemplares de cuatro tomos de Léxico de los marineros peninsulares. Finalmente, algunas publicaciones entre ellas, el libro de relatos Islas afortunadas (1975).