Alojarse en un palacio en el corazón de Málaga es una realidad. El hotel Palacio Solecio se sitúa en pleno barrio de la judería, frente a la famosa iglesia de Santiago, de la Catedral y a pocos pasos del Museo Picasso, lo que lo convierte en el perfecto alojamiento en un enclave único donde ir descubriendo paso a paso la historia y la belleza de la ciudad andaluza y la vida del genio.
Este año se celebra el 50 aniversario de la muerte de Picasso, el malagueño más universal que la ciudad vio nacer y que, sobre todo, se convirtió en uno de los artistas más importantes del siglo XX. Por eso, Palacio Solecio ha decidido rendir homenaje al artista.
LA EXPOSICIÓN MÁS ÍNTIMA SOBRE PICASSO
Palacio Solecio, un edificio histórico construido en 1789, acoge una magnífica exposición donde poder ser testigo de la parte más íntima de Picasso. La muestra consta de 8 fotografías del artista realizados por el famoso fotógrafo Juan Gyenes y cedidas por el Museo Casa Natal de Picasso y Museos de Málaga, donde los asistentes se encontrarán cara a cara con la mirada inmortalizada que se esconde detrás de cada lienzo – concediendo la oportunidad de adentrarse en la vida de Pablo Picasso. La exposición se podrá visitar hasta junio de 2024 en la planta lobby del hotel.
Esta experiencia será la última parada de La huella de Picasso, una ruta en la que descubrir los lugares más significativos de la vida temprana del artista, así como su imborrable legado. En esta Ruta Picassiana, se recorrerán los rincones que inspiraron su imaginación y se presenciarán los vestigios que dejó en cada lugar.
La primera parada es La Casa Natal de Picasso, lugar donde nació el genio en 1881 y comenzó a desarrollar su talento, continúa por la Iglesia de Santiago Apóstol, la iglesia más antigua de Málaga y que vio el bautizo del artista. Como tercer punto estratégico, se visitará la Antigua Escuela de Bellas Artes San Telmo, donde Picasso tuvo el primer contacto con los trabajos clásicos gracias a su padre, que trabajaba como profesor de dibujo en ella. Por último, se visitará el Museo Picasso, un lugar que responde al deseo de Picasso de que su obra estuviera en el lugar que le vio nacer.
PALACIO SOLECIO
El estudio de arquitectura de Antonio Obrador fue el responsable del proyecto de recuperación del edificio, construido en 1789, para lo que se basaron en planos antiguos e imágenes de archivo del popular edificio para recuperar toda su esencia. El resultado se inspira en la arquitectura tradicional andaluza, aquella que mantenía un perfecto equilibro entre elementos árabes y cristianos, e integra paredes de ladrillo visto, papeles estampados que imitan los zócalos malagueños, suelos en blanco y negro en damero o lámparas de inspiración arabesca- elaboradas en latón y madera. En el proceso se recuperaron, además, algunas piezas encontradas en las ruinas de esta antigua casa-palacio con 230 años de antigüedad como los elementos de hierro forjado de ventanas y balcones, las pinturas barrocas de la fachada que fueron restauradas a partir de las originales encontradas o rescatadas de las ruinas, la gran escalera que preside la entrada y algunas columnas del patio porticado. En el conjunto también se integran, de manera armónica, diferentes elementos decorativos de vanguardia para ofrecer el mayor confort a los visitantes.
Palacio del Marqués de la Sonora
El histórico edificio, construido en 1789, fue residencia del genovés Félix Solesio (quien pasó a llamarse Solecio por una castellanización de su apellido). Este empresario italiano llegó a estas tierras tras recibir el encargo de José de Gálvez, ministro General de Indias de la Corte de Carlos III y Marqués de la Sonora, para instalar en la próxima localidad de Macharaviaya una Real Fábrica de Naipes que mantuvo, durante años, el monopolio de las exportaciones de cartas a América. Además, decidió instalar en Arroyo de la Miel las máquinas hidráulicas de los molinos de papel con los que poder surtir a la fábrica, consiguiendo, de esta forma, desarrollar económicamente la costa de Málaga. El palacio, que, por su estilo, se atribuye al arquitecto José Martín de Aldehuela, autor del Puente Nuevo de Ronda, no solo fue vivienda de Félix Solecio, también se utilizó como almacén de papel.