Aunque parezca una región pequeña, a lo largo y ancho de su superficie, la región belga de Valonia tiene innumerables rincones que se pueden conocer de varias maneras, también a dos o cuatro ruedas a motor. Son kilométricas rutas con una gran cantidad de paradas históricas, culturales o gastronómicas que cruzan por algunos de los pueblos más bucólicos de la zona y son la ‘excusa’ perfecta para entretenerse por el camino:
Chassepierre
Su riqueza arquitectónica le ha convertido en un paraíso para los artistas: destacan las residencias de los s. VIII y XIX, la Iglesia Saint Martin y su cementerio, el presbiterio y antiguo molino. Además, la villa también despunta por sus galerías subterráneas excavadas de forma artificial (Le Trou des Fées) que se encuentran debajo de la iglesia municipal.
De hecho, Chassepierre se encuentra en el Las Ardenas belgas y es el punto medio de la ruta para moteros (aunque también se puede hacer en coche) entre Bouillon y La Roche-en-Ardenne. Lo más bonito de la ruta es trazar la carretera bajo la atenta mirada de sus ‘verdes’ paisajes. La parada más destacada de la ruta es la de la abadía cisterciense de Orval, declarada patrimonio excepcional y en la cual elaboran una de las pocas cervezas trapenses del mundo.
Sin embargo, en esta ruta, también es curioso dedicar tiempo a la parada inicial, Bouillon. Lo más destacado es su fortaleza milenaria y su castillo que, de noche, permite hacer visitas guiadas con antorchas para conocer la historia del lugar de una forma más vivencial.
Laforet
Un encantador pueblo en Valonia, con una historia ligada al cultivo de tabaco que fue una parte vital de la economía local hasta el siglo XIX. Actualmente, Laforet conserva su encanto y atractivo para los visitantes interesados en su historia y belleza natural, gracias a sus puertas y ventanas hechas de madera, piedra o ladrillo. Destaca también el Pont de Claies, un puente trenzado cañizos que se construye cada verano para cruzar el río Semois.
Esta villa es una parada imprescindible de la ruta de 160 kilómetros que une Chimay con Bouillon. Además de esta bucólica villa, en Chimay (punto de inicio de la ruta) también se pueden degustar cervezas trapenses, ya que en la región de Valonia se encuentran tres rutas con este distintivo. Este itinerario tiene otra parada para los fans de la cerveza: es el caso de la Brasserie des Fagnes, que elabora más de 50 cervezas al año, cambiando el tipo y el aroma según la estación.
Aubechies
En el corazón de la provincia de Henao, se encuentra este pintoresco pueblo con encanto que destaca por su arquitectura tradicional de teja y ladrillo rojo. Así, Aubechies ofrece a los visitantes un viaje al pasado y, además, la belleza de sus alrededores lo convierten un destino imperdible.
El pueblo está a escasa media hora de Mons, una de las ciudades más importantes de Valonia (de hecho, fue Capital Europea de la Cultura en 2015), con lo que es de alto interés explorarla en uno o incluso dos días para conocer sus museos, Street Art o patrimonio cultural condecorado por la UNESCO.
En este sentido, Mons es el punto de comienzo de una ruta de más de 200 kilómetros que culmina en Chimay y en la cual es oportuno hacer una parada en la bonita Aubechies. Antes o después de llegar allí, es imprescindible visitar el majestuoso Castillo de Beloeil (conocido como el Versalles belga), que se encuentra a tan sólo cinco minutos.
Para continuar el viaje, los aventureros pueden descubrir el campo de batalla de Waterloo, donde Napoleón fue derrotado; o disfrutar del agua en los Lagos de Eau d'Heure, donde los motociclistas pueden bajarse de la moto y sumergirse en la diversidad de la fauna y la flora que rodea la zona acuática.
Sosoye
Ubicado en una colina, algunos edificios de la villa llaman rápidamente la atención: la Iglesia de la Nativité, del siglo XVIII edificio declarado monumento inmobiliario de Valonia, el presbiterio y el granero del s. XVII, también declarado monumento. Sosoye se encuentra en el punto medio de una ruta motorista de 260 kilómetros que permite descubrir algunos de los rincones más excepcionales de Valonia, como son Spa, la ciudad termal que da nombre al concepto de spa que conocemos hoy en día gracias a sus aguas; Dinant, una de las ciudades más ‘instagrameables’ de Valonia conocida como la perla del Mosa o Durbuy, considerada la ciudad más pequeña del mundo que parece sacada de un cuento.