LAS CAFETERÍAS SON TAN CARACTERÍSTICAS DE VIENA COMO MOZART EN SALZBURGO. SIN EMBARGO, SON POCAS LAS PERSONAS QUE ENTRAN EN UNA DE LAS TRADICIONALES CAFETERÍAS ÚNICAMENTE PARA REPOSTAR CAFEÍNA.
El hecho de pasar tiempo en la cafetería es más bien una cultura que consiste en desconectar un rato y mantener una conversación. Las mesas de mármol, los sofás tapizados, así como los periódicos en sus portaperiódicos de madera curvada, forman parte de la decoración de las antiguas cafeterías vienesas. Las especialidades de café se sirven sobre una bandeja de plata, que siempre incluye un vaso de agua de manantial fresca. La etiqueta y la elegancia de los camareros terminan de completar este ambiente único. Puede que a veces sean un poco gruñones, pero eso también forma parte del típico encanto vienés. El amor por las cafeterías también existe en otras ciudades de Austria.
El hecho de pasar tiempo en la cafetería es más bien una cultura que consiste en desconectar un rato y mantener una conversación
La cultura de los cafés vieneses
La cultura de las cafeterías vienesas fue incorporada oficialmente al Patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO el 10 de noviembre de 2011.
Los vieneses dicen que consiguieron como botín sacos con granos de café en 1683, durante la retirada de los turcos tras su infructuoso asedio. Pero la verdad es que su sabor fue descubierto gracias a un honrado espía de la corte imperial, que en 1685 abrió la primera cafetería vienesa. Aproximadamente 300 años más tarde, la cafetería vienesa es toda una institución que no puede compararse con ninguna otra en el mundo. Los vieneses incorporaron a su cultura el arte de tomar el café y lo elevaron a una forma de vivir. Nada más entrar en una cafetería quedará envuelto en un agradable ambiente. Los bancos acolchados y suaves rodean las mesitas de mármol, las sillas Thonet chirrían en el parquet y los espejos reflejan una suave y tenue luz. El mobiliario de algunas cafeterías es realmente suntuoso. De aspecto desgastado y oscurecido por el paso del tiempo, proporciona a la cafetería lo más importante: ambiente.
LAS ESPECIALIDADES DE CAFÉ VIENÉS
El pedido como billete de entrada
Da acceso a una época apartada del ajetreo diario. La entrada a este lugar es, desde hace generaciones, una taza de café. Tras seleccionar la variedad, Kleiner Schwarzer (café solo), Kapuziner (café con nata montada), Einspänner (café vienés) o Melange (café con leche), solo por mencionar algunas de las especialidades de café, puede sumergirse en un mar de calma y hacer lo que más le apetezca: leer uno de los diarios que hay repartidos, enfrascarse en la lectura de un libro que haya traído, navegar por internet con el WiFi gratuito, hablar sobre Dios y el mundo o tratar sobre negocios.
En algunas cafeterías las cartas y las mesas de billar de la época imperial y monárquica invitan al juego. La cafetería vienesa se convierte así en una “prolongación del hogar”, no está ni en casa ni al aire libre, y es el lugar ideal para aquellas personas que necesiten estar en sociedad para estar solas.
El servicio es parte del programa
Las cafeterías vienesas destacan por su servicio tan especial: tan solo sus horarios, desde primera hora de la mañana hasta medianoche, ya son impresionantes. A esto hay que añadir el personal, casi siempre camareros que responden a la llamada de "Herr Ober" - “¡Camarero!” y acuden de inmediato para tomar nota con su peculiar gracia y encanto vienés. No hay que olvidar los cómodos asientos y, por supuesto, los pequeños platos, dulces o picantes, que consiguen hacer que una larga parada en una cafetería sea de lo más agradable. Además de los platos del día, también ofrecen las clásicas salchichas de Viena con mostaza o bocadillos, así como la cautivadora combinación de periódico y desayuno.
Cabe señalar que los dulces son un encanto especial de cada cafetería. Casi siempre son de elaboración propia y, a menudo, según una receta del establecimiento muy bien guardada.
PEQUEÑO DICCIONARIO DE CAFÉ
La cultura de las cafeterías vienesas fue incorporada al Patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO el 10 de noviembre de 2011
En Austria no sólo se pide café, se pide...
- Mokka
café negro sin leche y sin azúcar (máquina de espresso)
- Kleiner Brauner
un simple espresso con leche o crema, servido en una pequeña taza
(lo más parecido a un cortado)
- Großer Brauner
un doble espresso con lecha o crema, servido en una taza
- Einspänner
un espresso servido en un vaso con mucha crema batida
- Fiaker
un doble espresso servido en un vaso con mucho azúcar y un chupito de Slivovitz o ron
- Häferlkaffee
café de filtro con mucha leche, servido en una taza grande con asa
- Melange
mitad café, mitad leche
- Wiener Melange
una Melange servida con espuma de leche
- Kleiner Schwarzer (o kleiner Mokka)
un espresso
- Großer Schwarzer (o großer Mokka)
doble espresso
- Verlängerter (internacional: Americano)
un espresso extendido con la misma cantidad de agua caliente
LAS CAFETERÍAS DE LA NOCHE
Aunque las cafeterías vienesas son, principalmente, un lugar para disfrutar durante el día, hay algunas que reciben invitados de última hora. Lo bueno es que todas ellas están en el centro de la ciudad, muy cerca de todos aquellos que no quieren recogerse y buscan un sitio donde tomarse una última copa e incluso un café vienés.
Cabe señalar que los dulces son un encanto especial de cada cafetería
Kleines Café (Abierto hasta las 2.00 horas)
Kaffee Alt Wien (Hasta las 2.00 horas)
Café Korb (Hasta las 00.00 horas)
Café Englander (Hasta la 1.00 horas)
LA NUEVA GENERACIÓN DE CAFETERÍAS EN VIENA
Kaffeemik
En un ambiente minimalista en el séptimo distrito se sirven sólo los mejores granos de café seleccionados.
Kaffeefabrik
Un café moderno en el cuarto distrito que sirve café muy bueno de su propia tostadora.
Kafferbar Balthasar
Sólo por la preparación del café en su máquina de Marzocco merece la pena la visita.
Jonas Reindl
Sirven distintos cafés de su propia instalación de tueste.
- Hornig
Una empresa tostado de café de Graz con una sucursal en el distrito 7.
Caffé Couture
Una barista premiado y una economista sirven cócteles de café.