"No podemos parar un tanque con una obra de teatro. Pero lo que podemos hacer como artistas es representar, tocar, leer a artistas ucranianos" (Helen Eastman)
Los artistas ucranianos y el mundo de la cultura se han unido a la resistencia civil ante el agresor ruso, prosiguiendo su trabajo a pesar de la guerra.
En el actual contexto de guerra, la cultura ucraniana es una expresión fundamental de la resistencia popular. Los artistas ucranianos que no han ido el frente a luchar y el mundo de la cultura se han unido a la resistencia civil ante el agresor ruso, prosiguiendo su trabajo durante la guerra. La Orquesta Filarmónica Nacional sigue tocando a pesar de los cortes de electricidad. Pintores, escritores, bailarines, cineastas o dramaturgos trabajan sin descanso, contribuyendo con su arte a apoyar la resistencia colectiva y a representar de diversas formas los crímenes de guerra contra sus conciudadanos/as. Tanto más cuanto que la guerra está claramente dirigida a destruir la cultura ucraniana en todas sus formas, ya que el agresor niega la existencia de una historia, una cultura y una identidad ucranianas propias.
La Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) y el Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), con la colaboración de Museums for Ukraine y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, han organizado esta conversación con destacados artistas ucranianos.
De la mano de destacados artistas ucranianos, la conferencia Guerra contra la cultura - Cultura en guerra debatió sobre la cultura como expresión de la resistencia popular frente a una guerra en la que Rusia pretende aniquilar la identidad ucraniana en todas sus formas. Esta conversación, organizada por la Fundación Friedrich-Ebert en Madrid y CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), cuenta con la colaboración de la iniciativa Museums for Ukraine y del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en cuyo Auditorio tuvo lugar este acto.
Después de más de un año del comienzo de la guerra, se calcula que cientos de infraestructuras culturales han sido objeto de ataques sistemáticos por parte de Rusia. Debido a las hostilidades en curso y a la falta de información de los territorios bajo ocupación, es difícil calcular el número total de espacios culturales dañados. Hasta el 5 de abril de 2023, la UNESCO ha verificado 250 sitios de este tipo. Museos, teatros y monumentos han sido atacados, dañados y destruidos, como el Museo Histórico y de Historia Local de Ivánkiv, el Museo de Arte de Kuindzhi, el Teatro Dramático de Mariúpol y muchos otros. También se producen saqueos de lugares culturales y reapropiaciones, como ocurrió en los museos de Mariúpol, Melitópol y Jersón, donde la mayoría de las colecciones fueron robadas.
En el actual contexto de guerra, la cultura ucraniana es una expresión fundamental de la resistencia popular. Los artistas ucranianos que no han ido el frente a luchar y el mundo de la cultura se han unido a la resistencia civil ante el agresor ruso, prosiguiendo su trabajo durante la guerra. La Orquesta Filarmónica Nacional sigue tocando a pesar de los cortes de electricidad. Pintores, escritores, bailarines, cineastas o dramaturgos trabajan sin descanso, contribuyendo con su arte a apoyar la resistencia colectiva y a representar de diversas formas los crímenes de guerra contra sus conciudadanos/as. Tanto más cuanto que la guerra está claramente dirigida a destruir la cultura ucraniana en todas sus formas, ya que el agresor niega la existencia de una historia, una cultura y una identidad ucranianas propias.
IDEAS DE UN DEBATE:
Es necesario un programa de recuperación de la cultura ucraniana cuando acabe la guerra (si acaba). Y hay que empezar a prepararlo.
¿Después de la guerra que tipo de cine hará Ucrania y sus cineastas?
El relato ucraniano es un relato europeo.
New Deal para la cultura.
Que Ucrania se incluya en todas las iniciativas culturales europeas.
¿Qué diría China si Ucrania montase una exposición en Taiwán?
LA CULTURA RUSA ESTÁ CLINICAMENTE MUERTA.
Biografías de los artistas ucranianos participantes en la mesa redonda
Konstantin Akinsha es un historiador del arte, comisario y periodista ucraniano-estadounidense. Es experto en arte expropiado durante la Segunda Guerra Mundial. Entre sus libros figura Beautiful Loot: The Soviet Plunder of Europe's Art Treasure (1995, con Grigorii Kozlov y Sylvia Hochfield). Desde el comienzo de la guerra, publica el blog Culture in Peril: The Destruction of the Cultural Property of Ukraine by the Russian Occupiers. Es comisario de la exposición En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930 sobre el arte ucraniano de vanguardia en las primeras décadas del siglo XX en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
Zoya Laktionova es una cineasta nacida en Mariúpol en 1984. Zoya se inició en el mundo del cine documental como personaje en la película "Ma"(10') en 2017, y un año después realizó su primer cortometraje documental "Diorama" (12') sobre el mar minado en la zona de Mariúpol. La película ganó un premio en la categoría MyStreetFilms en el festival "86" (Ucrania) en 2018, ha participado en numerosos festivales de cine europeos (DOKLeipzig, Ji.Hlava, Cottbus etc), y se estrenó en cines en Ucrania en 2019. En 2021, estrenó su nuevo cortometraje "Territory of Empty Windows" (10') en DocudaysUA International Human Rights DFF, lo mostró en cines en Molodist IFF en Kiev, y recibió un premio especial del festival Ji.Hlava en el festival Obirok 2021 y el premio principal en la competición de documentales del festival franco-ucraniano MIST 2021. Antes del comienzo de la guerra de Rusia contra Ucrania, Zoya vivía en Kiev y trabajaba como artista independiente y directora de documentales. La guerra, la memoria y las historias personales son los principales temas sobre los que trabaja.
Anna Stavychenko es musicóloga, crítica musical y productora de música clásica. Hasta hace poco era directora ejecutiva de la Orquesta Sinfónica de Kiev, para la que produjo la primera representación de Tristán e Isolda en Ucrania en otoño de 2021 en la Ópera Nacional de Ucrania en Kiev. Desde la invasión rusa de Ucrania, ha trabajado como comisaria de proyectos especiales en la Orquesta Sinfonía Varsovia, ayudando a esta formación polaca de fama mundial a incluir repertorio ucraniano en su programación y creando eventos especiales para los refugiados ucranianos y sus hijos. Actualmente, es jefa de misión del proyecto Philharmonie de Paris, que ofrece a músicos ucranianos contratos temporales con orquestas nacionales francesas. También es Directora General del Club Lyatoshynsky, cuyo objetivo es promover el repertorio ucraniano, y es residente Harriman en el Columbia Institute for Ideas and Imagination.