Desde las pinturas y frescos más reconocidos a nivel mundial, hasta la combinación de estilos barrocos y neoclásicos en su arquitectura, el archipiélago maltés posee un legado artístico de valor incalculable
El arte es una de las formas más evolucionadas de la expresión humana, pues través de él el ser humano ha podido expresar desde tiempos inmemorables sus inquietudes, sus intereses y sus pasiones. Por ello, con el objetivo de dar a conocer la importancia que tiene esta forma de expresión en la sociedad, la Asociación Internacional de Artes Plásticas ha declarado el día 15 de abril como el Día Mundial del Arte.
Se trata de una fecha celebrada por cientos de países alrededor del mundo, sobre todo por aquellos que conservan a la perfección la esencia de su legado artístico y cultural; siendo Malta uno de los grandes referentes de la zona Mediterránea.
Su maravilloso legado, marcado por los más de 7.000 años de historia que tiene el país y conservado como el mayor tesoro por los malteses, consigue que cada experiencia en el archipiélago sea algo sensacional para los grandes amantes del arte. No solo porque cuente con deslumbrantes iglesias y palacios de estilo barroco y neoclásico, sino porque en el interior de estas construcciones se encuentran algunas obras consideradas verdaderas joyas del mundo del arte.
Entrada a la capital a través del arte
En la capital de Malta se encuentra uno de los edificios que no pasa desapercibido para ninguno de sus visitantes: el Parlamento. Considerado como uno de los mayores atractivos arquitectónicos de La Valletta y un símbolo representativo del arte vanguardista mundial, fue diseñado por el italiano Renzo Piano.
Su diseño sostenible y respetuoso con el medioambiente, así como la piedra caliza de color miel con la que está construida, son los principales elementos que hacen de este edificio una de las obras arquitectónicas más emblemáticas de la ciudad. En este sentido, la fachada está compuesta por dibujos geométricos que reducen la contaminación causada por las emisiones de CO2 y favorece el aislamiento térmico.
Además, este lugar es conocido como la Puerta de La Valletta, pues forma parte del recorrido que invita a los viajeros a adentrarse en el centro histórico de esta asombrosa ciudad que cuenta con el título de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Tesoros artísticos escondidos tras iglesias y edificios
Entre los grandes tesoros que se pueden encontrar en la isla está el cuadro de "La Decapitación de San Juan Bautista", la obra más famosa del pintor italiano Caravaggio. Esta obra se encuentra en la Concatedral de San Juan, en Valletta, una iglesia construida por los Caballeros de la Orden de Malta en 1578. Su austera arquitectura exterior contrasta con la riqueza de su interior, en el que destacan grandiosas columnas de mármol y frescos que decoran sus paredes y bóvedas.
Por su parte, los antiguos palacios también albergan exuberantes colecciones y obras de arte. Entre ellos destaca el Palacio del Gran Maestre en Valletta, que en la actualidad es la sede del gobierno del país. Fue construido entre 1570 y 1580; y en su interior se encuentra la Armería, un espacio con una maravillosa colección de armaduras y más de 5.000 armas de los siglos XVI, XVII y XVIII. Además, se pueden encontrar piezas de lo más singulares, como la armadura original que llevó el Gran Maestre Jean de la Vallette, fundador de Valletta, así como antiguos tapices y retratos de los diferentes presidentes del país.
Sin embargo, la grandeza de los edificios históricos erigidos en el archipiélago no es la única razón por la que Malta es un destino clave para los amantes del arte, ya que posee una gran variedad de colecciones y exposiciones. Algunas de ellas se encuentran en el Museo Nacional de Bellas Artes de Valletta; el Museo de Arqueología, que alberga piezas y restos de templos fenicios, romanos y árabes; el Museo Marítimo de Vittoriosa, que relata la historia marítima del país; o el Museo Nacional de la Guerra, que expone armas, vehículos e información de las fortificaciones de las islas utilizados durante las dos Guerras Mundiales.
Un escenario clave para el séptimo arte
A pesar de que Malta sea uno de los países más pequeños del continente europeo, con el paso de los años el archipiélago se ha convertido en un gran plató de cine al aire libre. Tanto es así, que muchos cinéfilos han bautizado a la isla como "el pequeño Hollywood del Mediterráneo".
Desde las fortificaciones, como el Fuerte Ricasoli o el de San Telmo, que vieron luchar a Brad Pitt y Orlando Bloom en Troya, o al gran Russell Crowe en Gladiator; pasando por la Bahía de Anchor Bay, que se convirtió en el refugio de Robin Williams mientras interpretaba a Popeye El Marino. Incluso aquellos rincones que vieron cómo florecía el amor entre Daenerys Targaryen y Khal Drogo en Juego de Tronos.
Todos estos lugares consiguen que los fanáticos del mundo del cine se vean envueltos en los escenarios reales de sus películas preferidas mientras crean consciencia de la importancia del legado artístico y cultural del país.