EN EL MUSEO DEL PRADO HASTA EL 2 DE JULIO DE 2023
Nueve obras de maestros como el Greco, Velázquez, Goya y Murillo, que en su mayor parte no se han visto en nuestro país desde que salieron de España, pueden ser admiradas en la sala 16 A del edificio Villanueva gracias a este préstamo excepcional y único, que ha contado con la colaboración de la Comunidad de Madrid.
Cinco de estas obras se han emparejado con otras tantas del museo con las que mantienen estrechas afinidades.
Este préstamo se convierte así en una oportunidad única e irrepetible de ver compartiendo espacio a San Jerónimo y Retrato de médico, y La expulsión de los mercaderes del Templo y La Anunciación del Greco; Felipe IV en Fraga y El Primo de Velázquez; Autorretrato y Nicolás Omazur de Murillo; y Retrato de mujer y Juan Bautista Muguiro de Goya.
Henry Clay Frick y su colección
Henry Clay Frick (1849-1919) labró una gran fortuna en las industrias, interrelacionadas, del carbón, el acero y los ferrocarriles. Sus orígenes como empresario se vinculan con Pittsburgh y sus alrededores, pero en 1905 se trasladó a vivir definitivamente a Nueva York, donde hizo construir un palacio neorrenacentista al arquitecto Thomas Hastings, en la Quinta Avenida.
Como muchos de los magnates de su tiempo, Frick desarrolló un fuerte interés por el arte europeo de la Edad Moderna y comienzos de la Contemporánea, y fue uno de los protagonistas de un capítulo fundamental en la historia del coleccionismo, por el que cientos de obras maestras cruzaron el Atlántico rumbo a América en las primeras décadas del siglo XX. Una gran parte de ellas formarían en el futuro importantes museos.
La colección que reunió Frick en su residencia neoyorquina, y que abriría sus puertas como museo en 1935, cuenta con obras de muchos de los pintores más importantes desde los inicios del Renacimiento, y se distingue tanto por el alto nivel de calidad de la mayoría de las obras, como porque responde a unos criterios de gusto muy definidos: sus cuadros fueron adquiridos para convivir con ellos, y eso condicionó el predominio de temas como el paisaje, el retrato, las escenas galantes, etcétera.