¿Tienes pensado donde os besaréis por San Valentín? El Pirineo francés es uno de los mejores destinos donde disfrutar del mejor beso de invierno; para ese primer beso; para el que damos todos los días; para besarse mucho de una forma insólita, inquietante, diferente... Aquí te revelamos cinco lugares imprescindibles donde besar a tu pareja tanto si es como si fuera la primera vez.
El Ponton du Ciel, en el Pic du Midi
Besarse desde el cielo es siempre una de las más conmovedoras y memorables experiencias. El Ponton du Ciel, en el Pic du Midi, es uno de los escenarios más increíbles donde regalarse o sorprenderse con un beso. Esta espectacular pasarela suspendida en el vacío, a 2.877 metros de altitud, recorre doce metros de paseo acristalado antes de adentrarnos en las más fascinantes panorámicas de los Pirineos, testimonios de ese bésame mucho.
Para llegar es necesario subir con el teleférico hasta la cima del Pic du Midi (Altos Pirineos). Y si por si lo que vemos bajo nuestros pies o a cada lado fuera poco, mirad arriba y alcanzaréis la “Reserva Internacional del Cielo Estrellado”. Un lugar privilegiado para la observación astronómica y otro beso.
Una habitación con vistas, en La Pierre Saint-Martin
A 1.800 m de altitud, en medio de la nada, hay unas maravillosas habitaciones con vistas. Son los pods de Black Rock. En el dominio de nieve de La Pierre Saint-Martin, los pods están en plena naturaleza, calefactados con estufa de leña, para besarse de la forma más inusual en la nieve.
Combina naturaleza y confort, con una belleza inigualable… Todo empieza con una salida en raquetas de nieve, al atardecer; sigue con un placentero baño nórdico; y, finaliza en esta habitación con vistas y un manjar a base de gastronomía local en plena montaña nevada.
En el dominio de los Dioses, en Nistos
Besarse con el Aneto, el Arbizon, el Malladetta o el Pic du Midi de Bigorre de telón de fondo no está nada mal. En Altos Pirineos se encuentra uno de los espacios nórdicos más genuinos: Nistos, el lugar donde besarse día y noche.
Aquí los besos prometen y prometen mucho porque es donde podéis hacer realidad esa experiencia tan romántica. Salir con raquetas de nieve para observar, antes del anochecer, cómo las míticas cumbres acunan el sol; acercaros a la cabaña situada en el extremo norte, donde Bruno -vuestro guía en esta aventura- os preparará una deliciosa fondue de queso y chocolate. Y, de vuelta, descansar en una yurta rodeada de nieve, donde ver la luz de la luna y escuchar los sonidos de la noche.
En parapente, en Guzet
Besarse en parapente biplaza sobrevolando la maravillosa estación de Guzet no puede resultar más memorable. En la región francesa del Ariege, en Guzet podéis despegar desde lo alto del dominio esquiable antes de abrazar las cumbres nevadas.
Envueltos en el aire que revolotea vuestro parapente y la adrenalina que cosquillea vuestras mejillas, llega el aterrizaje con los esquís, muy suavemente sobre las inmaculadas pistas blancas, y el gran momento: Ese beso memorable y tan especial.
En la intimidad del bosque nevado, en Font-Romeu
¿Qué hay más mágico que besarse en la intimidad de un bosque nevado? El espacio nórdico de Font-Romeu Pyrénées 2000 es el bosque donde besarse ya que cuenta con senderos panorámicos y soleados en sus crestas, y otros más íntimos por el bosque de los “Estanyols” que recorren el río congelado.
La estación de Pirineos Orientales es un lugar especial, independientemente de si sois nuevos o unos confirmados del esquí nórdico; con más de 103 kilómetros de pistas trazadas y señalizadas como la célebre pista “Martin Fourcade”.