Una escapada a Tel Aviv y Jerusalén
De España a Tel Aviv, la ciudad más cosmopolita de Israel, hay poco menos de 5 horas de avión. Una vez allí, aparece una ciudad joven, frenética, moderna y abierta que se presenta como la ciudad ideal para ir una tarde de compras o tomar una copa en un lujoso rooftop. Pero también es una ciudad cultural, como demuestran sus museos – como el de Arte o el del Pueblo Judío- y sus más de 4.000 edificios Bauhaus, reconocidos por la UNESCO.
Tel Aviv también es una ciudad para deportistas. La urbe ha confeccionado 100 kilómetros de carril bici en sus 51 km2 de superficie. En Tel Aviv, alquilar una bicicleta es tarea sencilla y se puede hacer las 24 horas del día. La compañía más extendida es Tel-O-Fun, que ofrece alrededor de 2000 bicicletas por la ciudad que se pueden recoger en 200 estaciones.
Jerusalén, una ciudad diferente, histórica, espiritual pero igual de sorprendente y atractiva
Una de las mejores zonas para subirse a la bici es el paseo marítimo de la ciudad. Es amplio y vibrante, siempre está lleno de gente. Además, en primavera-verano, en cuestión de minutos se puede aparcar la bicicleta en una de las estaciones ubicadas para ello, darse un chapuzón en las cristalinas aguas mediterráneas y después, retomar el camino a golpe de pedal.
Pero uno de los grandes atractivos turísticos de Israel, al entrar por el aeropuerto de Tel Aviv, es desplazarse unos kilómetros e ir a su otra gran ciudad: Jerusalén. Una ciudad diferente, histórica, espiritual pero igual de sorprendente y atractiva. Para los más fieles, en esta milenaria ciudad se puede visitar el Muro Occidental –un gran icono a nivel mundial–, el Santo Sepulcro, la Vía Dolorosa, la explanada del Templo o del Domo de la Roca o la Torre de David. La Ciudad Vieja, donde se ubican precisamente todos estos lugares, es ahora un lugar mucho más accesible para las personas con movilidad reducida. De esta forma, Jerusalén se abre todavía más al mundo.
Además de todas estas visitas sacras, en Jerusalén una mañana se puede pasar rápidamente en el colorido mercado de Mahane Yehuda o entre interesantes museos como el Museo de Israel, Museo del Holocausto, Museo Rockefeller o el Museo de Tierra Santa.
Además, Jerusalén es el lugar ideal para degustar los productos más típicos de la cultura judía y menús que se rigen por la ley dietética kosher.
Mar Muerto y Negev: la naturaleza árida en estado puro
En Israel abundan los colores cálidos, entre rojizos, amarillos y marrones. Esto se debe a la geografía israelí, ya que el 60% de su territorio es un desierto, el del Négev que se caracteriza por sus páramos pizarrosos, cañadas y cañones arrasados por la erosión. En esta zona, ubicada en la parte sur del país, ofrece múltiples experiencias para conocerla de forma que quede un recuerdo imborrable en la mente.
Maktesh Ramon es, en mayúsculas, el gran cráter de Israel
Jeep tour para conocer el monte Sodoma
El monte Sodoma es una colina situada en el límite suroeste del Mar Muerto, cosa que provoca que gran parte de su composición sea salina. Sus formas son rugosas y escarpadas, con lo que la mejor forma de explorarlo - también sus alrededores - es dejarse llevar por un jeep preparado, para recorrer sus trazados más angostos, viviendo una experiencia adrenalínica única.
Ascenso a la fortaleza de Masada
Masada (que data del 30 a.C.) es uno de los lugares con más historia de Israel y está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Situada cerca del mar Muerto, Masada conserva gran parte de los restos arqueológicos de la época. Sus maravillosas vistas, el palacio de Herodes, las ruinas de la ciudadela, los baños romanos, por citar algunos, hacen de este enclave una parada obligatoria. Para acceder andando por el arduo Camino de la Serpiente, es necesario madrugar y subir a primera hora de la mañana o bien, incluso cuando aún no ha amanecido. Si no, el calor es demasiado fuerte y la alternativa es subir a través del funicular.
Maktesh Ramon
Es, en mayúsculas, el gran cráter de Israel. Asimétrico y con formaciones rocosas rosáceas, es una joya de Israel que todavía no es del todo conocida. Estar quieto y admirar tal tesoro geológico que ofrece la naturaleza ya es una experiencia única de por sí, pero, además, se puede completar haciendo rapel, tours en 4x4 e, incluso, un vuelo en globo aerostático.
Por su parte, el mar Muerto - cercano a la zona del Négev - es otro de los grandes reclamos de Israel, mundialmente conocido. Es el punto más bajo de la Tierra (430 metros bajo el nivel del mar) y el lago de mayor superficie (técnicamente, no es un mar) más salado del planeta. Esto permite flotar en él sin esfuerzo alguno, además de sus aguas y barros, que tienen grandes beneficios para la piel.