Llegó otoño, y con él, las ganas de los planes al aire libre, disfrutando del entretiempo que tanto nos gusta. Es el momento de las escapadas rurales acompañados de impresionantes vistas y una gran compañía. Si hay un destino estrella, es Asturias. Gastronomía, sidra, buenas vistas y parajes únicos son los sellos de identidad de San Esteban, un pueblecito desconocido para algunos en el corazón de Asturias. Es ahí donde reside su encanto, a pesar de estar a tan solo 50 kilómetros de Gijón, esta localidad presume por ser un destino perfecto para viajeros que huyen de la masificación en búsqueda de paz, descanso y actividades al aire libre.
En este enclave tan especial rodeado de mar se asienta el Gran Hotel Brillante. Un hotel boutique recién reformado, que fue el lugar escogido ya a principios del siglo XX, por el pintor Joaquín Sorolla, Fortuny o el escritor Rubén Darío.
Con 14 cómodas habitaciones y 8 residencias privadas, este hotel, que fue inaugurado el pasado año, te hará sentir como en casa. El Gran Hotel Brillante propone a sus huéspedes dormir en un verdadero edificio con historia. El objetivo es hacer que el hotel sea un lugar de descanso y ofrecer a sus clientes una experiencia única mimando cada detalle. La estancia incluye un delicioso desayuno buffet con una exquisita selección de bizcochos caseros, frixuelos típicos de la zona, tostadas y zumo natural de naranjas recién exprimidas.
Conecta con la naturaleza
San Esteban cuenta con un espectacular paseo por la llamada Ruta de los Miradores. Se trata de una Senda Costera de Muros de Nalón, que conecta con San Esteban. Además, a tan solo 5 minutos en coche se encuentra La Playa de Aguilar, una de las playas más especiales de Asturias, una visita obligada para los amantes de las playas salvajes y del surf en un paisaje impresionante que te dejará sin palabras.