Islandia, al igual que otros países como Estados Unidos con su “Ruta 66” o Australia con “The Great Ocean Road”, también cuenta con una carretera mítica en la que poder disfrutar de un road trip en toda regla, aventuras incluidas. Hablamos de la “Ring Road” o “Route 1”, que da la vuelta completa a la isla a lo largo de más de mil kilómetros.
La aerolínea islandesa lowcost PLAY, acerca a los viajeros a esta ruta de leyenda para explorar algunos de los paisajes más extraordinarios e impresionantes del planeta.
La “Ring Road” parte desde Reikiavik y, tal como su propio nombre indica, traza un círculo alrededor de las principales poblaciones y espacios naturales de la isla. Se trata de poco más de 1300 kilómetros que sorprenden al viajero. Este encontrará a su paso cataratas, baños termales, volcanes, glaciares, fiordos, parajes solitarios que cortan la respiración y poblaciones con ese encanto tan único que otorga su ubicación a un paso del Círculo Polar Ártico.
¿Embarcarse en esta ruta da acceso a lo mejor de Islandia? Sin duda, aunque será recomendable tomar algunos desvíos en algunos casos. Normalmente los viajeros empiezan el anillo por el Sur de Islandia (la zona más visitada) hasta dar la vuelta completa a la isla.
He aquí cinco consejos clave que ayudarán a sacarle el máximo provecho a esta ruta.
Entre siete y diez días
En unos siete días es posible cubrir el anillo principal de la ruta si se realiza una media de 200 kilómetros por jornada con paradas en los principales puntos de interés. Sin embargo, en el caso de que se decida incluir la Península de Snaefellsnes, la ruta se incrementa en 400 kilómetros, lo que alargaría el viaje unos dos días. Por otro lado, ya que el punto de partida es Reikiavik, sería recomendable dedicarle a esta interesante capital un par de jornadas aparte para visitarla como merece.
Mejor en 4x4 que en un utilitario
Islandia tiene su lado salvaje y, aunque la “Ring Road” está perfectamente asfaltada, a lo largo de la ruta surgen constantemente senderos poco accesibles que invitan a adentrarse en ellos. Aquellos con un espíritu más explorador disfrutarán al máximo de estas pequeñas incursiones —que solo es posible realizar en 4x4—, ya que estos caminos suelen conducir a parajes que aún conservan ese halo de lo “secreto”. En Reikiavik (en el aeropuerto y en el centro) existen multitud de agencias que alquilan este tipo de vehículos e incluso motorhomes perfectamente equipados.
Otoño, un momento ideal
Durante las primeras semanas del otoño, Islandia cuenta aún con suficientes horas de luz solar al día, lo que permitirá aprovechar la jornada. Lloverá, claro, soplará el viento de manera inclemente, hará frío… Pero a cambio será un buen momento para contemplar las auroras boreales. El paisaje, igualmente, mostrará un rostro un poco más amable gracias al cambio de color de la vegetación, que muda a tonos ocres y rojos.
¿Desviarse a la costa norte?
El trazado de la “Ring Road” se aleja bastante de la costa en su paso por el norte de la isla, por lo que es recomendable tomar otra carretera, la R-76, para acercarse al mar. Aquí el paisaje se torna aún más montañoso y mágico, puesto que esta zona es rica en leyendas de Trolls y demás criaturas míticas. Muy cerca quedan también las Cataratas de Dettifoss, un salto de agua que se cuenta entre los más sobrecogedores de Europa.
Un día completo en el Parque Nacional de Thingvellir
Este parque nacional está ubicado en el límite entre las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia, por lo que su terreno se halla lleno de impresionantes grietas. Además, se trata de un lugar muy relevante desde el punto de vista histórico, puesto que en él fue fundado en torno al año 900 d.C. el Alþingi, el que puede ser considerado el primer parlamento del mundo. Igualmente, en Thingvellir nació la República de Islandia en 1944. Este parque, asimismo, forma parte del conocido como el Círculo de Oro de Islandia, junto con Gullfoss y Geysir. Un must del viaje a unos 100 km de Reikiavik.