Lisboa es una de las ciudades más antiguas de Europa y, por tanto, tiene un largo recorrido que puede descubrirse a través de sus múltiples monumentos, museos y centros culturales. Los grandes apasionados de la historia no pueden perderse esta ruta que propone Turismo de Lisboa.
El centro interpretativo Lisboa Story Centre es el punto de partida de este recorrido. Situado en la Praça do Comércio, desde el año 2012 muestra los eventos clave que han tenido lugar en la capital portuguesa desde hace cientos de años hasta hoy. Gracias a sus instalaciones interactivas y su base tecnológica, es posible realizar un viaje en el tiempo y conocer sus memorias. Destaca la zona dedicada al terremoto de 1755 que destruyó el centro de la ciudad, presentada de tal forma que el visitante puede vivir de primera mano dicho acontecimiento, a través de imágenes, luces, sonidos y movimientos.
En la misma plaza se encuentra otro de los monumentos más representativos de su pasado. Se trata del Arco da Rua Augusta, construido en 1775, símbolo de la fuerza y la unión del pueblo tras el efecto devastador que causó la tierra, el fuego y el mar durante el terremoto de 1755. Su Sala del Reloj cuenta la historia de este icónico arco y de tiempos de conquistadores.
Tras observar desde su mirador unas increíbles vistas 360, se puede continuar la ruta hacia el Convento do Carmo, la puerta de entrada al Chiado, al que se puede acceder desde el reconocido Elevador de Santa Justa. Este templo religioso de estilo gótico fue el más importante de Lisboa hasta el famoso terremoto, que lo tiró abajo casi por completo. Sus ruinas abiertas al cielo bien conservadas pueden verse hoy en día y sorprenden a todo el que las visita. Además, alberga un pequeño Museo Arqueológico de gran interés.
De su pasado árabe destaca el Castelo de São Jorge, construido a mediados del siglo XI en lo alto de la colina que ocupa el barrio de Alfama. Conserva 11 torres, algunos elementos característicos de las fortificaciones militares de la época y un exuberante jardín donde pasear entre patos y pavos reales.
En el otro lado de la ciudad, Belém rezuma historia por todos sus costados. El Mosteiro dos Jerónimos es uno de sus puntos de interés principales. Declarado Monumento Nacional y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1983, es uno de los mayores ejemplos de arquitectura manuelina de todo el país y rinde homenaje al periodo glorioso de los descubrimientos. Su iglesia acoge las sepulturas de importantes figuras portuguesas como Vasco da Gama y Luís de Camões.
Además, alberga el Centro Cultural Casapiano, abierto en el año 2000 con el objetivo de preservar y difundir los más de dos siglos de historia de la Casa Pia.
Pero conocer la historia de Lisboa también es posible más allá de sus monumentos, museos y centros culturales. La azulejería cuenta historias por sí misma. Se trata de una forma de arte única que refleja los acontecimientos más importantes a lo largo de los años. Se pueden encontrar en calles recónditas, plazas o edificios. Y, si se desea ampliar la información, el Museo Nacional del Azulejo permite realizar una buena inmersión en esta expresión artística desde el siglo XV hasta la actualidad.
Y como la gastronomía también puede hablar del pasado, un lugar imprescindible es el Centro Interpretativo de la Historia del Bacalao, espacio dedicado al homenaje de los marineros y pescadores portugueses que, desde hace siglos, se dedican a la pesca de esta especie. Al finalizar el recorrido es posible comprar bacalao y otros tipos de conservas.