Roberto Álvarez es un reconocido actor, nacido en Asturias, que en estos días se enfrenta en el Teatro Infanta Isabel, de Madrid, a unos de los papeles más complejos de su larga carrera. Es el psiquiatra Martín Dysart en la obra de Peter Shaffer “EQUUS”…
¿Qué supone Equus en la carrera de Roberto Álvarez?
Uno de los textos más icónicos de la literatura teatral llegó a mis manos. Imposible resistirme a esta tentación. Es uno de los textos más bellos y completos a los que me he enfrentado. Anthony Hopkins decía que en su memoria queda el alegato final de Dysart como uno de los pasajes de su vida profesional más recordados. Tengo el honor de llegar a ese final de la obra de la mano de Carolina África.
Anthony Hopkins decía que en su memoria queda el alegato final de Dysart como uno de los pasajes de su vida profesional más recordados
Esa obra en 1975 fue un escándalo porque por primera vez salía una mujer, María José Goyanes, semidesnuda en un escenario español. Incluso estuvo a punto de prohibirse ese estreno. Toda aquella polémica hizo que el teatro tuviese llenos diarios, aunque a veces con amenazas e insultos para la actriz protagonista.
Ahora, casi 50 años después...
¿Nos vamos a escandalizar o hemos superado esos temas?
Hasta dónde puedo recordar ese semidesnudo acabo en desnudo completo con la muerte de Franco. En nuestro montaje se mantienen esos desnudos como así demanda el autor. Es un momento de intensa belleza y sigue sobrecogiendo el desnudo integral, pero entiendo que no por lo escandaloso, sino por la poesía que destila la obra y por la entrega y generosidad con que Alex Villazán y Claudia Galan lo acometen.
Por esto mismo, te pregunto ¿Qué queda de aquel EQUUS y si sigue siendo interesante traerla al teatro?
Queda todo. En serio. En esta versión se han actualizado las causas educativas desencadenantes de que un muchacho acabe sacándole los ojos a un caballo poniendo en juego estímulos de hoy en día, la televisión, internet, etc…manteniendo también las originales… pero más allá de esto, la obra consigue igual que antaño interpelar al espectador haciendo reflexionar sobre la libertad, sobre aquello que las convenciones sociales nos han impedido hacer, sobre dejar brotar las pasiones y lo hace con una belleza y poesía que te dejan con el corazón sobrecogido, pero vitalmente positivo.
¿Es una obra que sigue estando vigente?
Las cadenas, las riendas, el bozal, el bocado…que nos pone la sociedad, el qué dirán, los prejuicios, el miedo a la libertad…etc…. no han pasado ni pasarán de moda….
¿Cómo es tu personaje, ese psiquiatra que se encuentra con un duro caso?
La función transita hasta conocer las causas que provocaron que un muchacho, Alan, cometiera un acto reprobable como te he dicho. Lo hace de forma trepidante, rayando en lo detectivesco, donde el ritmo y el interés se garantizan a través de uno de los textos más brillantes del siglo pasado en un montaje de Carolina África, todo talento, y una sorprendente adaptación de Natalio Grueso a los códigos actuales.
La obra consigue igual que antaño interpelar al espectador haciendo reflexionar sobre la libertad
No hay descanso para el espectador, la obra galopa sobre escenas perfectamente medidas para conseguir la atención del espectador y que no decaiga su interés en ningún momento hasta alcanzar el clímax final.
Disart, el psiquiatra, vive en la duda profesional y personal, “¿puede haber algo peor que privar a alguien de aquello que venera?”. En el caso de Alan consistiría en destruir su pasión por un mundo ensoñado alrededor de los caballos, amputar partes de su alma es el trabajo de Disart hasta, se supone, convertirlo en un ciudadano normal. ¿Merece la pena? Disart vive en el lado opuesto, en una vida acobardada y carente de emociones, atenazado por sus dudas y encadenado a viajas teorías…El quisiera también disfrutar galopando en mitad de la niebla pero finalmente tiene que cumplir con su deber como psiquiatra. Un psiquiatra puede destruir la pasión pero no puede crearla. Nadie puede hacerlo.
¿Cómo te has preparado para interpretar ese papel? ¿Has tenido que hacer algo diferente a cuando interpretas otros personajes?
Equus un texto complejo, lleno de propuestas y donde la mano de la directora y su visión suponen un importante eslabón de la cadena. Disart no sale de escena durante 1h y 40 min. El reto es monumental. El estado de concentración y memorización un gran desafío. En este momento de mi vida necesito de estos alicientes por más que sean laboriosos. Desde ahí estoy disfrutando como nunca.
Eres actor de teatro, pero también haces cine y televisión ¿en qué medio te encuentras más cómodo o te gusta más?
Es un clásico decir que en el teatro el actor se expresa con más profundidad, que su arte adquiere una dimensión superior. Es razonable pensar que es así. En definitiva el resultado depende de ti mismo, tienes la posibilidad y casi la obligación de ir creciendo con el personaje a medida que aumentan el número de funciones. Necesariamente eso va unido a una pequeña desazón permanente que te hace pensar que nunca llegas a estar bien del todo, que nunca acabas de conocer realmente al personaje que interpretas. No obstante te diría que cómodo no se está en ninguna parte a poco que seas exigente con tus resultados y que en definitiva cine, teatro o televisión, cada "palo" tiene su dificultad y, por tanto, su grandeza. Vamos, ¿capote, muleta o entrar a matar?
Lo mismo haces comedia, que drama, que suspense, ¿qué es lo más difícil?
Cada palo tiene su arista. Es difícil estar en un decorado 3D y ponerte en la situación de que una banda de forajidos te dispara sin piedad, de igual modo estar atado a una silla encima de una bomba programada y ponerte en el lugar de que quedan unos segundos, hacer reír dependiendo: ser gracioso es una virtud de nacimiento difícil de trabajar si no lo eres…estar en una situación graciosa resulta más llevadero… Pero en fin, ahí he estado, cura, camionero, banquero, médico, psiquiatra, y un largo etc… y cada uno con su vestimenta emocional…Dicen que valgo para un roto y un descosido. También navego bien en cualquier género. Dicen.
Si tuvieras que quedarte con algún personaje tuyo ¿Cuál sería?
Antony Hopkings, ya te comenté, cuenta que nunca olvidará la experiencia más enaltecedora de su carrera: tener la suerte de poder recitar en un escenario el ultimo parlamento de Dysart. EQUUS. Me sumo.
Ana y los Siete fue un salto mortal en popularidad, una experiencia única y sorprendente por inesperada
¿Ana y los Siete fue tu salto a la fama? ¿Qué recuerdas de aquella serie?
Ana y los Siete fue un salto mortal en popularidad, una experiencia única y sorprendente por inesperada. Fue la serie más vista de la historia de la televisión en su momento. Todavía, a día de hoy, uno de sus capítulos, el último, ocupa en el archivo de RTVE el tercer lugar en visitas después del 23F y de El Quijote de Fernando Rey y Alfredo Landa. Siempre estaré agradecido, entre otras razones porque también me permitió poder generar algunos ahorros con los que he podido sobrellevar los sobresaltos normales que esta profesión te depara.
Un papel que te gustaría interpretar y que no hayas hecho.
El que está por venir. Seguro que será emocionante meterme en su camisa, viajar con él y dar lo mejor de mí mismo para disfrute de quien se quiera acercar a él. En una palabra: el siguiente. Y que no falte.
¿Qué proyectos tienes que se puedan contar?
Me paso las mañanas en ‘Servir y Proteger’ (serie diaria), las tardes en el Infanta Isabel de miércoles a domingo, con EQUUS. Además, atiendo a lo que haga falta en la productora en los términos de mi responsabilidad. De momento no hay espacio para más.
Y para terminar, además eres ingeniero de Telecomunicaciones. ¿Qué queda del ingeniero?
Que soy capaz de arreglar un iPhone o un ordenador, que tengo un sentido práctico de la vida, de hecho participo en Equus como productor asociado, que si de pequeño lo primero que hacía era coger el destornillador y desmontar el Scalextric eso me ha permitido cierta habilidad para verle las tripas a cualquier cosa, para ser un manitas, eso te quita de muchas penalidades en una casa o en la vida en general… ver las tripas de Dysart es asunto distinto … las herramientas son distintas…pero unas y otras me apasionan…