Volvieron a Madrid María del Tango y Carlos el Calimbero o, para ser más exactos, Mundo Divino…
Esta vez el Planeta Calimba se situó en la sala Galileo Galilei, donde desplegaron su (mucho) arte para que los asistentes se convirtieran en “divinidades calímbicas” o a lo mejor en “calímbicos divinos”, que tanto monta…
Y, como se dice en las crónicas, ante un público entregado, María y Carlos empezaron con sus trucos mágicos en forma de canciones…
Al principio fueron dos, pero posteriormente se fueron añadiendo Juan Carlos Aracil – flauta -, Jesús Mañeru – percusión – y Helena Martínez -chelo – para terminar de convertir aquella ceremonia en una fiesta…
Fue una hora y media que pasó en un suspiro, entre suspiros y emociones…
Comenzó el concierto con el Calimbero a la guitarra y la del Tango al clarinete como introducción al primer tema, con ese “Brilla el que sueña con bailar…”
La voz clara y potente de María llenando todos los rincones del planeta-sala, de negro riguroso, sentada siempre o casi, aunque en muchas ocasiones su pasión la hacía, prácticamente, saltar y removerse sobre el taburete, dando palmas, golpeándose las piernas con sus manos abiertas…
En definitiva desbordando genio y fuerza.
Con la compañía de su hermano espiritual a la guitarra … y a la calimba (un instrumento musical de sonido dulce inventado y extendido por todo el continente africano), que se trajo de Argentina, según explicó el propio Carlos, un peculiar instrumento que actualmente colecciona.
Y como hemos escrito antes, sobre el escenario se fueron sumando la flauta de Juan Carlos Aracil, con su punto jazzístico; los tambores y el cajón, tan flamenco, de Jesús Mañeru, y por último el chelo de Helena Martínez…
Fue un concierto arriesgado, tal y como ellos reconocieron, porque había temas que nunca habían sido interpretados en un local con público y que perdieron la virginidad allí mismo.
Pero, ni eso fue un problema, o si lo fue, los espectadores no lo notaron y siguieron entregados hasta el final de la ceremonia que estuvo a punto de acabar con “Cositas divinas”, aunque a petición del fervoroso y ferviente público se alargó con ese “Gallo rojo, gallo negro”, el tema de Silvia Pérez Cruz, que Mundo Divino hizo suya a petición popular…
Amor y poesía.
Mundo Divino
Planeta Calimba
¡Salud y libertad!
Carlos y María…
A seguir creciendo…
Hasta la Luna, hasta las estrellas…
¡Que vuelvan pronto, que Madrid los espera!
Si (
No(
