Irlanda recibió con gran optimismo el cese de las restricciones Covid en enero y poco a poco la mayoría de las atracciones turísticas y museos fueron restableciendo su funcionamiento normal. Sin embargo, algunas visitas indispensables no pudieron reabrir sus puertas. Ahora, cinco imprescindibles de la Isla Esmeralda vuelven a estar disponibles para el público, haciendo el viaje a Irlanda más completo que nunca.
Cámara funeraria de Newgrange, el observatorio solar más antiguo del mundo
En el condado de Meath, a las afueras de Dublín, podemos encontrar una de las ruinas arqueológicas más espectaculares de toda la isla. Al norte de la capital irlandesa, a medio camino entre la ciudad e Irlanda del Norte, descubrimos un magnífico conjunto funerario de más de 5000 años de antigüedad: la tumba de Newgrange. Más antigua que las pirámides de Giza, esta necrópolis se remonta a la época neolítica y se considera un templo antiguo de gran importancia astronómica, espiritual y ceremonial.
La estructura tiene forma de túmulo y unas dimensiones de 80 metros de diámetro y 13 metros de alto. Fue descubierta en el siglo XVII y es el yacimiento más importante de un conjunto de 3 conocido como Brú na Bóinne. Hace unos meses el complejo abrió sus puertas al público, pero la cámara funeraria permanecía cerrada hasta nuevo aviso. Ahora, tras más de dos años cerrado, es posible volver a disfrutar de este impactante complejo arqueológico y las entradas pueden adquirirse online.
Una de las cosas más impactantes de esta necrópolis es el efecto que provoca la luz en el solsticio de invierno. Al salir el sol en el día más corto del año, y durante los días cercanos, un rayo de luz penetra por una ventana, ilumina el suelo y recorre el pasadizo hasta la tumba situada en la parte de atrás. Este espectáculo lumínico dura 17 minutos y se va a poder disfrutar este año por primera vez, tras más de dos años cerrado y de mostrar el fenómeno en vivo solamente de manera online.
Skellig Michael, el refugio final de Luke Skywalker
Al suroeste de la isla de Irlanda, en las aguas frente al condado de Kerry, se encuentran las dos islas Skellig. La mayor es Skellig Michael, también conocida como Great Skellig. Esta impresionante isla rocosa se eleva 220 metros sobre el nivel del mar y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1996. Además de ser una reserva natural y de tener una gran importancia cultural y religiosa –aún preserva un monasterio paleocristiano del siglo VI–, la isla es conocida por ser escenario de rodaje de algunas de las películas de La Guerra de las Galaxias.
Cerrada desde que terminó la temporada en 2019 sin posibilidad de reapertura por la pandemia, este año vuelve a estar abierta a los visitantes hasta el 1 de octubre. La isla es accesible en barco y hay dos modalidades de visita: una vuelta a la isla en la embarcación o un desembarco para poder recorrer y escalar la gran roca.
Carrick-a-Rede, el puente no apto para quien sufre vértigo
Uno de los lugares más icónicos de Irlanda del Norte es el famoso puente de cuerda Carrick-a-Rede, situado en el condado de Antrim. Este famoso puente fue construido por pescadores en 1755 y es actualmente uno de los mayores atractivos turísticos del norte de la Isla Esmeralda, en parte gracias al éxito de Juego de Tronos, ya que aquí se filmaron algunas de las escenas que aparecen en varias temporadas de la serie.
El puente une la zona norte de la isla de Irlanda con una pequeña isla rocosa situada en el camino de la migración del salmón, de ahí que su nombre original en gaélico escocés “Carraig-a-Rade” signifique “la roca en el camino”. Cerrado desde 2020, vuelve a estar abierto para recibir a los curiosos visitantes que se atrevan a recorrer los 20 metros del puente situado a 30 metros sobre el océano. Debido a la popularidad de la atracción, la reserva previa es necesaria a través de la web National Trust.
James Joyce Tower & Museum, inicio de la novela Ulises
Otro de los monumentos más importantes de la historia irlandesa que ha reabierto sus puertas recientemente tras la pandemia es la Torre Martello, conocida como James Joyce Tower and Museum. A las afueras de la ciudad de Dublín, en Sandycove, encontramos este museo dedicado al célebre e importante escritor irlandés James Joyce, autor de obras tan conocidas como Ulises o Dublineses.
Esta localización es clave en la vida de Joyce, ya que aquí pasó 6 días y es aquí donde comienza su famosa novela Ulises. Es por ello por lo que es un lugar esencial en el peregrinaje de los fans de la novela y del autor. En la torre podemos encontrar objetos de James Joyce y varias representaciones relacionadas con la novela de Ulises. Muy cerca de aquí está Forty Foot, donde los seguidores -o no- de la obra de Joyce se bañan durante todo el año, como hizo Buck Mulligan en el primer capítulo de Ulises.
Tapiz de Juego de Tronos, una auténtica obra de artesanía para los fans de la serie
Los seguidores de la famosa serie televisiva están de enhorabuena y es que el magnífico tapiz de Juego de Tronos vuelve a estar en exhibición en el Museo del Ulster de Belfast. Se trata de una auténtica obra de artesanía de más de 90 metros de largo, lo que lo convierte en uno de los tapices más largos del mundo. En él está tejida a mano la historia al completo de Juego de Tronos.
El tapiz también contiene algunos bordados destacables como el pelo dorado de los Lannister, el fuego salvaje en un vivo verde esmeralda, los fríos y azules Caminantes Blancos y los cuervos de un intenso color negro azabache. Además, esta obra de artesanía representa a la perfección el legado norirlandés de industria textil, históricamente una de las más importantes del mundo.
Este tapiz es el perfecto comienzo de todo lo que se puede ver en Irlanda del Norte sobre Juego de Tronos, desde los escenarios de rodaje y el atrezo de la serie en Linen Mills Studio, en Banbridge -en el condado de Down- hasta los 26 espacios de rodaje al aire libre por distintas localizaciones de Irlanda del Norte, así como muchas otras actividades tematizadas disponibles en Belfast.